¡Mira, a toda esa gente sola! Look at all the lonely people!
Por Sandra Farias
El tan ansiado regreso a casa es una película en nuestra memoria, de la que nos quedan gratos recuerdos, tal vez imborrables. Mientras para otros esta espera ocurre muy lejos de casa. Todo depende de qué lado del mundo nos toque estar. Día tras día, solos otra vez… "Alone again, naturally…"
Ya no hay días de la semana. Esa dulce sensación de la llegada del viernes, del sábado o del domingo que nos llenaba de plenitud, cuando la interminable carrera de acumulación del logro numérico semanal terminaba en dolores por doquier, pero al menos con la sensación del deber cumplido. Hoy para muchos de nosotros tal vez sea un recuerdo.
All my troubles seem so far away!
Mucho se habla de la nueva normalidad, como si todo este tiempo en pandemia fuera el tránsito a otra etapa nueva. ¿Y al otro lado del rio…que nos depara? ¿Otro día de trabajo?, ¿alguna otra tarea pendiente?, ¿una segunda oportunidad?
Ayer saludé a mi padre por su cumpleaños y por el día del padre, y como siempre lo hice a la distancia. Nada nuevo para mí, pero para mis hermanas que lo tuvieron cerca a lo largo de su vida, fue un momento mucho más difícil. Nuestra conclusión familiar es que la tecnología es la gran salvadora y que esa herramienta, sumada a la insoportable levedad del ser en la que nos hallamos todos los humanos, nos hace unirnos más, y por esas paradojas, tal vez hasta acercarnos.
Ese círculo de diez se puede quebrar a través de una pantalla y esa es una única oportunidad a la que nadie debería negarse, sin importar los años o los desafíos tecnológicos por delante. Aquellos que puedan adaptarse a esos cambios será como la primera vez que nadaron en el rio, se dejaron llevar por la corriente, o se animaron a bracear en el mar, o al menos a caminar en un puente sobre aguas turbulentas.
Otros cambios en nuestra manera de ser los he notado en mis vecinos. Antes poco nos hablábamos. En cambio, ahora, cada vez que nos cruzamos nos sale una sonrisa, un comentario y hasta un ofrecimiento de ayuda. ¿El aislamiento de meses nos hizo valorar a los demás?, ¿o es que antes no teníamos el tiempo de expresarlo? Hey, you got to hide your love away…
He llegado a pensar que muchos llegamos a esta situación forzados por las circunstancias mundiales, pero eso no nos impide aprovechar el momento y buscar en la dulce espera nuevas maneras de comunicarnos o de conectarnos.
El círculo de la vida no se detiene y así posiblemente veremos nacer de aquí a enero a una generación de niños Covid, concebidos bajo las sábanas de la incertidumbre. La única certeza es que el sol sale por el este y desaparece en el oeste, aunque eso sólo sucede realmente en los equinoccios, como ocurrió este pasado 21 de junio.
Como bien se preguntó un escritor de otras latitudes, ¿será que nos une el amor o el espanto?
