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Consejo de Desarrollo Hispano.
Boletin 13. Julio 2, 2020

Viñetas 13


PROCRASTINAR O NO PROCRASTINAR … ESA ES LA DUDA

Después de más de tres meses de estar observando el “váyase a casa y quédese en casa;” y de haber instalado oficinas en nuestros comedores of salas de estar, un nueva forma o estilo de trabajo se ha desarrollado en nosotros. En tiempos pre-“encierro” se tenían horarios de reuniones para planificar, presentar, evaluar, etc. En mi caso más en lo especifico, mi horario de citas para consejerías ya sea en la oficina o fuera de esta. El hecho de tener ahora ese tiempo que antes se usaba para viajar, hace que a veces uno piense que tiene algunas horas diarias más, y permitirse en algunas ocasiones “procrastinar”. 
“No dejes para mañana lo que debes hacer hoy.” Seguido por, “Tiempo perdido, los Santos lo lloran,” eran los mensajes de mi mamá cuando ella me preguntaba si ya estaba haciendo el proyecto escolar de la semana y yo le contestaba: “Tengo tiempo todavía.” Después me ponía en apuros cuando se acercaba el día de entregar el trabajo.
         Este hecho parece repetirse con más profundidad hoy en tiempo del nuevo normal. De acuerdo con discusiones entre expertos del programa dominical “thesundayedition” de la CBC esto es un hecho real; pero que no significa haraganería sino “simplemente mala administración del tiempo y débil auto control.”         
                
There's a reason we procrastinate and it's not laziness - CBC.cawww.cbc.ca
En mi caso personal siento que lo que debo hacer para evitar lo anterior es hacer lo que dice la frase “Pull up your socks, and get the job done.” (Ponerse bien los calcetines, y termina el trabajo) - Mi traducción grosso modo.

TRANSPORTE PUBLICO: PAGAR … NO PAGAR – UNA REALIDAD EN LA PANDEMIA

“En el auto bus de la TTC todo el mundo paga,” le dice el motorista del bus a un pasajero que abordó sin pagar. En este nuevo normal el auto bus se aborda por la puerta trasera y solo se puede pagar con la tarjeta Presto. A lo que el pasajero contesta “Yo quiero pagar. ¿Cómo hago?” aproximándose al área delantera con algo en la mano que parecían monedas.  “Dígame usted como lo hace; esto de pagar con Presto tiene más de dos meses de estar en vigencia”, le contesta el motorista. Al fin de cuentas el pasajero no pagó y viajó de gratis. Ahorrándose tres dólares y “fichas” como decimos en mi país. (El intercambio entre motorista y pasajero fue en inglés.)
Algunas personas enrollaron los ojos al infinito como en señal de “que se puede hacer,” otros que como el pasajero del cuento no habían pagado hacían el gesto de “¿Quién?... ¿Yo?”  Dirigiendo la mirada vaga hacia los anuncios en los costados superiores del autobús relativos al distanciamiento social y/o el de porqué usar mascarilla o bufanda como protección; o la ventana hacia el horizonte en forma de desentendimiento, o de: “ah, esta pandemia”.

SOBRE EL PAGAR O NO PAGAR

Un buen porcentaje de nosotros cumplimos con el compromiso y obligación de pagar nuestro pasaje en el transporte público. Otro porcentaje, en este caso alto (lo enfatizo porque una de mis tendencias es observar y llevar la cuenta de quienes pagan o no pagan al abordar el autobús). En mi investigación que a ratos es cuantitativa y a ratos cualitativa, ese día en cuestión pude observar que en una parada de nueve que abordaron, cinco pagaron, y cuatro no; en otro autobús de seis que entraron, ahí fueron tres y tres. En lo cualitativo los ‘truhanes’ (no encontré una mejor descripción) eran hombres y mujeres de todas las edades desde adolescentes hasta adultos mayores. Al abordar cada una de estas personas adoptaba diferentes expresiones faciales, y/o poses corporales. Los jóvenes con expresiones de desafío y en forma engreída; los adultos con expresiones de jugadores de póquer y directo a sus asientos. Los adultos mayores por su lado, con variedad de expresiones, unos con los ojos en el vacio viendo a todos y a nadie al mismo tiempo; unos dejando ver su fragilidad visible, otros valientemente tratando de ocultarla.   La cosa es que desafortunadamente el no percibir los pagos de los pasajes, venga de donde venga, aumenta y contribuye a aumentar el déficit como se muestra:

TTC Now Facing $520 Million Shortfall Due to COVID: Report torontostoreys.
Torontostoreys.com > ttc-520-million-shortfall-covid-19
May 12, 2020 - According to the report, PRESTO Taps have dropped from 1.72 million rides to ... an “unprecedented” decline in fare revenue due to the pandemic. ...
Mayo 12, 2020 – De acuerdo al reporte, PRESTO Taps han decrecido de 1.72 millones de pasajeros a… un  declive “sin precedentes” en ingresos por pasajes debido a la pandemia … “

TOO MUCH (SIC) PEOPLE MAN (MUCHA GENTE, HOMBRE)

El viajar en TTC, ya sea en el subterráneo, auto bus, tranvía, etc., es encontrar una variedad de situaciones conducentes a ideas para ser convertidas en viñetas vívidas, y ¿porque no? descriptivas. Tal como fue otro de los incidentes en el mencionado auto bus. 
El hombre que viajó sin pagar se quedó en la parte más adelante del vehículo, pegado a la cinta de contención muy cerca de donde yo estaba sentado. Felizmente había otro asiento donde podía moverme y mantener la distancia necesaria, todavía no abordaba mucha gente. Eso cambió unas tres paradas más tarde cuando de pronto el distanciamiento ya no fue posible, la cantidad de pasajeros aumentó peligrosamente.
Un pasajero que se encontraba cerca del hombre de la historieta anterior viendo que ese espacio se empequeñecía en voz alta le dice al motorista “Hey driver, too much (sic) people man, No space to move to keep distance. Don’t you see?” (Hey motorista, mucha gente hombre. No hay lugar donde moverse para mantener la distancia. ¿No lo ve?” El motorista le responde: “You cannot limit the number of people in the bus, every body needs to get where they are going, so please be flexible sir” (Usted no puede limitar el numero de pasajeros en el bus, todo mundo quiere llegar a su destino, asique por favor sea flexible señor). El pasajero entre dientes y en voz baja en forma de molestia dijo para sí: “flexible and in danger.” (Flexible y en peligro). Unos minutos después de este intercambio arribamos a la estación del subterráneo cada uno siguió su camino en su propio mundo interno. El incidente… de seguro olvidado. Paradójicamente, la estreches de los pasillos y de las gradas no permitía practicar el tan recomendado distanciamiento físico.

SEGURIDAD CUANTO ANTES

Afortunadamente yo iba preparado: llevaba mi mascarilla puesta, un pañuelito desinfectante en las manos, y un pomito de gelatina sanitaria que no tan discretamente saque de mi bolsa para echarme un “squirt” en las manos. Prefiero usar aquí “squirt” aunque sea ‘spanglish’ porque la resonancia que hace llama más la atención que simplemente “chorrito;” que suena debilucho e insignificante. Y si digo “unas gotas” me suena a medicina; y solo el pensar en estas me recuerda la visita a mi oculista un día antes de ésta, mi aventura hacia el mundo exterior desde la burbuja de mi apartamento. Pues déjeme decir que el “squirt” además de sonar a travesura, acentuado con el agudo olor a mentol que emanaba de mis manos al frotar una contra la otra, llamó la atención y demostró a las personas a mi alrededor que yo estaba siguiendo las instrucciones de las autoridades de salud. Por lo tanto…
Gracias una vez más por su atención … Hasta la próxima, 

Luis Carrillos