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Boletin 17. Julio 31, 2020

Salir de Casa

por Rodrigo Briones

Durante la pandemia hemos estado sometidos a un estrés permanente, por la incertidumbre frente al futuro y por las limitaciones a la que nos hemos tenido que acostumbrar. Pese a esa pérdida de grados de libertad, debemos continuar sacrificados por el bien propio y de la comunidad.

 

Hemos ya revisado como enfrentar esos desafíos.

Ahora que es el tiempo de “regresar” a una "nueva normalidad" cargada de medidas de autocuidado. Pero después de estar en casa por todo este periodo de aislamiento, la salud mental vuelve a ser un factor importante a tener en cuenta.

 

Cada uno de nosotros, como personas e incluso dentro de la dinámica de cada familia, no sentimos ni reaccionamos de igual forma ante la posibilidad de retomar las actividades fuera de casa, después del aislamiento preventivo obligatorio.

 

Por ejemplo, están las personas que sienten miedo o ansiedad ante la posibilidad de salir y, por tanto, no querrán hacerlo aún cuando sea necesario por sus actividades laborales. También habrá personas que se sienten cómodas, seguras y con fuertes vínculos familiares en casa, y tal vez, prefieran no tener que salir incluso teniendo que hacerlo. Por otro lado, habrá quienes sientan alivio y tranquilidad ante la posibilidad de salir.

 

Cualquiera sea el caso, es fundamental cuidar la salud mental siguiendo algunas acciones recomendadas por expertos antes de salir de casa, mientras se encuentra afuera y a su regreso.

 

ANTES DE SALIR DE CASA

 

Debemos identificar esos pensamientos, emociones y sentimientos que nos acechan, y esto hay que hacerlo antes de salir de casa, hay que hablar del tema y si fuera necesario acudir por ayuda.

 

Es recomendable buscar en su entorno una persona de confianza con quien hablar sobre esos sentimientos que le suscita esta nueva situación, desahóguese y escuche también lo que puede estar pensando o sintiendo esa otra persona sobre la misma situación.

 

Hágalo sin temor a ser juzgado o criticado, puede que esa persona también necesite hablar sobre el tema. Si prefiere, escriba sobre esas emociones, pensamientos o sentimientos. En este sentido llevar un diario de la actividad cotidiana es una fuente muy importante al momento de la reflexión.

 

En familia siempre hay una oportunidad para hablar, desahogarse y escuchar a los demás. Aquí es donde se deben incluir a cada uno de los integrantes de la familia: los niños, los adultos mayores y las personas en situación de discapacidad. Todos deben tener la posibilidad de contar su historia y de ser escuchados.

 

Es cierto que en ocasiones no es fácil hablar sobre lo que se siente o piensa. Por lo tanto, tome usted la iniciativa, ofrézcales a sus familiares la oportunidad de hablar. Sea usted el primero en compartir sus pensamientos y sentimientos respecto de la nueva situación. Más que preguntar directamente, coménteles cómo los ve.

 

Teniendo en cuenta que muchas familias durante este largo aislamiento tuvieron la posibilidad de establecer mayor contacto y cercanía emocional y física entre sus integrantes, y ante la posibilidad de la salida de casa de algunos de sus miembros, se pueden generar sentimientos de tristeza por la separación física o miedo a romper los vínculos y la cercanía familiar que se intensificó durante el encierro. Es como que se perdiera la armonía que se creo después de estos largos meses de estar todos juntos.

 

Es muy importante generar un espacio donde cada uno pueda elaborar, en un ámbito de confianza y seguridad, lo que significa individualmente y como conjunto el salir a la nueva realidad.

 

Es recomendable retomar las actividades cotidianas, donde cada integrante asuma un rol con niveles de responsabilidad y fomentar el autocuidado en todo momento.

 

Cuando se trata del cuidado de una persona que no puede bastarse a si misma, es importante que se planifique quién de la familia lo asumirá. No demos por sentado que tendrá que ser una mujer, ese es un rol estereotipado, cualquiera puede hacerlo con un entrenamiento específico.

 

Si se trata de un cuidador externo, recuerde proporcionar los elementos de protección personal y refuerce en esta persona las medidas de higiene y desinfección necesarias. Evite al máximo generar sobrecarga de tareas de cuidado de otro en las personas mayores y en los mas pequeños.

 

RECOMENDACIONES FUERA DE LA CASA

 

La comunicación es importante cuando se está fuera de casa, ayuda a mantener el vínculo familiar y a reducir sus preocupaciones por el bienestar de quienes se quedan.

 

• Esté atenta/o a los posibles riesgos, pero sin pánico. Si observa que alguna persona a su alrededor no está siguiendo las recomendaciones de protección personal y esto lo pone a usted en riesgo, con respeto, recuérdele la importancia de cuidarse y cuidar a las demás personas.

• Indague si puede ayudarle en algo o suministrarle algún elemento de protección que usted tenga a la mano y del cual la otra persona no dispone.

• Si siente que puede entrar en pánico ante un posible riesgo, deje aquello que esté realizando y respire lento y pausado, tómese 4 segundos al inhalar y 4 segundos al exhalar. Recuerde que parar para respirar le ayuda a manejar sus emociones.

• No estigmatice, ni discrimine a las personas por su rol, labor o servicio. Son personas, que al igual que usted, deben retomar sus labores o prestan un servicio vital para los demás. En su lugar, sea empático. El distanciamiento físico no significa que no tenga la posibilidad de ayudar o ser ayudado; una buena actitud, siempre aporta.

 

EN EL TRABAJO

 

• Hable con sus colegas, comparta sus experiencias, escuche, y exprese sus emociones y sentimientos en los momentos de descanso.

• Si siente estrés, cansancio o algún grado de ansiedad, pare y respire. Realice técnicas de respiración profunda. También puede programarse para realizar respiraciones profundas con cierta periodicidad. Por ejemplo, puede programar una alarma con recordatorio para hacer 4 o 5 respiraciones profundas cada hora, esto evita que se enganche con sentimientos, emociones o pensamientos angustiantes.

• Indague cómo puede participar en las acciones para el cuidado de la salud mental en el lugar donde trabaja.

 

DE REGRESO A CASA

 

• Tome un descanso e identifique cómo se siente después de cada salida. Si algo le incomodó o no le hizo sentir bien, evalúe qué sería importante ajustar para las siguientes salidas de casa y haga los ajustes necesarios.

• Converse con su familia sobre los principales acontecimientos en casa durante su ausencia; de igual manera, comparta con las personas que se han quedado en casa las diferentes situaciones cotidianas vividas fuera, seguro todos los que se quedan querrán saber cómo transcurre la vida allá afuera.

• Indague acerca de cómo transcurrió el día en casa y si los integrantes de la familia han podido asumir los roles y tareas que usted asumía antes de regresar a sus labores fuera de casa. De ser necesario, conversen sobre el tema y reorganicen nuevamente tareas y roles.

Y recuerde que siempre se puede solicitar la ayuda de un concejero. Esta bien sentirse mal.

 

Llame a la Unidad de Acceso a los Servicios SAU - de Family Service Toronto al 416.595.9618 y solicite un servicio en su idioma.

 

Recuerde que hay un especialista para cada desafío de la vida cotidiana.