Porqué en la actualidad el problema de los trabajadores temporales aparece con más prominencia como un área obscura dentro del marco migratorio, sobre todo cuando es claro que esta fuerza trabajadora visitante no aparece suscrita a las obligaciones y estándares de empleo normal en Canada?
En este breve artículo de reflexión intentaremos responder esta pregunta la cual encierra una cantidad de elementos, los cuales si bien es cierto son popular y anecdóticamente conocidos, su análisis sistemático aun no aparece rendido debidamente. De acuerdo a nuestra propuesta de tratamiento del tema, la primera propuesta tiene que ver con la razón de importación de mano de obra principalmente agrícola en el caso de Canada. Una primera aproximación a la respuesta, volvemos al temas de los términos de intercambio internacional, los cuales en términos tradicionales de la economía hacen que el costo de cada unidad de producción humana en Canadá sean muchos más elevados que en países con economías de menos intensidad de uso de capital y con mayor disponibilidad de mano de obra, obviamente a un costo menor.
Como consecuencia, y como lo estudiábamos en principios de economía básica, lo ideal, de alguna forma sería, es, el trasladar ese factor productivo generalmente de nuestros países de origen latinoamericano a Canada y de esta forma aplicar este recurso humano al contexto de mercado de este país. Las ventajas de este sistema son grandes para quienes entonces tienen la posibilidad de comercializar productos cuyos costos de producción son más baratos y eventualmente contribuyen a mejorar la posición económica de la agro-industria aquí en Canadá y en donde sea que esta esté ubicada, pues tenemos este tipo de trabajo de océano a océano.
Pero, existe un costo social de esta realidad y es que son los propios trabajadores temporales, y sus familias, quienes han de absolver algunos de los costos más duros de este proceso. Entre paréntesis, este fenómeno tampoco es una historia nueva en nuestra América en donde desde la esclavitud temprana, al comercio triangular Europa, África, América, a la importación de trabadores y la expansión económica de las praderas en la segunda mitad del siglo XIX tuvo siempre como base migración o importación de mano de obra desde la construcción y expansión del comercio y la industria vía ferrocarriles desde las pampas Argentinas al Far West estadounidense y por supuesto la construcción del ferrocarril que hoy cruza Canada y cuya base fue la mano de obra de los trabajadores indentados chinos quienes construyeron esto a fuerza de lomo y pica. Entonces, quedamos en que esto no es nuevo. En efecto podríamos decir sin ir muy lejos que la economía alimentaria del mundo en varias de sus facetas asociadas desde la colonia a la etapa actual ha sido forjada por esta mano de obra. Desde el ron y el azúcar de los ingenios del Caribe, a las fresas, uvas y lechugas que consumimos hoy como simple materia natural.
El gran sacrificio reside en el hecho de que quienes ¨eligen¨ venir a trabajar a Canadá se enfrentan con un sistema descarnado en el cual los derechos del trabajador aparecen vulnerados desde nuestros aspectos de protección laboral canadiense con suma frecuencia. De hecho, parte de nuestra historia y experiencia con trabajadores temporales en diferentes rubros, mujeres y hombres demuestra de muy temprano el gran desbalance en el poder del empleador vis a vis el trabajador. En la actualidad, si bien es cierto hablamos de nuevos contextos de protección, hemos tenido que ver a causa de la pandemia, como trabajadores bajo el Programa de Trabajadores Extranjeros Temporales han estado sujetos a condiciones de trabajo deplorables. El propio Primer Ministro de Canada Justin Trudeau este fin de semana recién pasado refiriéndose a algunos cambios relacionados con las condiciones de estos trabajadores expreso ‘profunda pena’ frente a la muerte de tres trabajadores migrantes de COVID-19, y agregó que ‘Canada le había fallado a esas comunidades’ (Star, Domingo 2 de Agosto, p. A7).
Obviamente existe una enorme falla, tal como lo reconoce nuestro PM, pero la pregunta es cómo llegamos a esta situación en la cual hay muertes pero también más crítico es el hecho de que el número de trabajadores temporales infectados se cuentan en los cientos, y de hecho, la región en donde se concentra principalmente esta crisis pandémica en la provincia de Ontario, Condado Essex-Windsor permanece con un riesgo alto de infección por COVID-19 al momento de publicación de este artículo.
Ciertamente, y volviendo a la profunda falta de equidad en la relación trabajador – empleador, esto pone de manera significativa en desmedro la situación de los trabajadores con contratos inelásticos que atan de acuerdo a la legislación migratoria con condiciones absolutas contractuales exclusivas so pena de finiquito y vuelta al país de origen. En la práctica esto determina la aceptación de condiciones abusivas más allá del salario básico y vida de rancho sin familia y sin privacidad lo que convierte al trabajador en simple peón susceptible de un alto costo humano quien existe como apéndice del proceso agroindustrial sin acceso a los beneficios básicos de vivir en una sociedad a la cual contribuye de todas formas.
Hoy día en Canadá, menos del 2% de la masa trabajadora está dedicada a las labores de agricultura. Por otra parte cuando hablamos cada día más de política y salud alimentaria y de lo estratégico de sustentar este sector solemos olvidar a quienes ponen el hombro en esta faena y una dosis de sudor. Trágicamente en esta época en que como sociedad comenzamos a reconocer problemas históricos con el racismo y la discriminación aun no hacemos conciencia de esta realidad legal y estructuralmente construida para la explotación de esta mano de obra sub valorada y por supuesto sub asalariada. Si, nuevamente nos encontramos con un hecho que es legal, pero su lógica económica bajo prácticas de mercados laborales nos invitan a meditar críticamente acerca de la justicia y los principios a los cuales nos referimos en los manuales de relaciones internacionales y esos silencios en los textos de economía los cuales son efectivamente sobrepasados con políticas darwinianas del triunfo del más fuerte…
El epilogo natural de esta reflexión es por lo tanto si estamos preparados para asumir el cambio del status migratorio como valor fundamental de esta explotación histórica.
Algunos de los puntos inmersos en esta nota:
• Desigualdad de los ingresos de los trabajadores en la economía contemporánea.
• En 1891 45% del trabajo estaba en la agricultura. Hoy solo el 2%.
• La discriminación y sus implicaciones en el largo plazo… con anuencia sistémica duran mucho más allá de su abolición.
• Desde la perspectiva del consumo de vegetales los consumidores prefieren hoy productos locales.
• No hay sindicatos para estos trabajadores del agro.
• Prácticas en el mercado laboral: Contrato temporal y no beneficios, no pensiones ni seguro.