Hay como un sentimiento nuevo de libertad en el ambiente.
Tras casi cinco largos y tediosos meses, toda la provincia de Ontario ya se encuentra en la Fase 3 de reapertura en esta nueva realidad por el Covid-19.
Los números de nuevos casos en todo el país son alentadores, la curva de contagios se mantiene casi horizontal. Ontario, que durante el pico de la pandemia registró el segundo lugar en infecciones, hoy tiene regiones que registran cero contagios y otras con muy pocas.
La frontera con Estados Unidos y resto del mundo permanece cerrada al turismo, y posiblemente seguirá por varias semanas. Sin temor a equivocarme afirmo que en Canadá todos tememos a una segunda ola del coronavirus y más si esta es ocasionada por el ingreso de personas con procedencia de lugares donde la pandemia aún azota sin control, como es el caso de nuestros vecinos en el país de las barras y las estrellas.
Sin embargo, no podemos sólo dirigir un dedo acusador al exterior y no reconocer y temer lo que podría ocurrir en unas semanas a partir de esta nueva fase con más libertad.
El peligro de una segunda ola de contagios no radica del todo en viajeros, sino en vivir esta nueva libertad sin tanta libertad. Tenemos que aprender a disfrutar de la libertad en el marco de la nueva realidad.
Y sobre todo no podemos olvidar que los grupos vulnerables, personas con salud comprometida y los adultos mayores seguirán siendo vulnerables y sujetos a seguir aislados, aunque esta vez lo hagan de forma voluntaria.
Toronto está en Fase 3, pero los pobladores de la ciudad más grande y más populosa de Canadá no podemos bajar la guardia y nosotros, los miembros de la comunidad hispana tenemos que seguir limitando o posponiendo nuestros usualmente concurridos festejos de verano.
Hace unos días fuimos noticia deplorable cuando un grupo de uno de nuestros países rompió el protocolo de salud entre la algarabía de un festejo en Niagara Falls – como que la memoria colectiva de los últimos cinco meses se borró y no se guardó distancia física y tampoco se usaron mascarillas.
La nueva libertad significa imponer auto límites a nuestra libertad.
Como miembros de la gran comunidad canadiense tenemos que seguir siendo cuidadosos y ayudar a que, en nuestras ciudades, provincias y el país no se vea lo que ya está pasando en España, Australia y algunos países en Asia, un repunte en nuevos contagios luego de anunciar el control de la pandemia.
La receta contra el Covid-19 sigue siendo la misma: Distancia física, lavado constante de manos, el uso correcto de mascarillas en lugares públicos y un círculo social limitado.
Y no debemos olvidar que el riesgo para quienes perteneces a los grupos vulnerables continúa y continuará igual.
Las personas con salud comprometida y los adultos mayores seguirán encerrados y con temor a salir si el resto de la población confunde Fase 3 con imprudencia.