No se sienta mal por sentirse mal

por Rodrigo Briones
El lunes 16 de marzo de 2020, coincidente con la confirmación del contagio de la esposa de Justin Trudeau, la población de Canadá entró en cuarentena obligatoria, situación que aun se mantiene, con matices provinciales, aquí y allá.

El shock que nos produjo a todo nivel, está directamente relacionado con el sentimiento de pérdida. Perdimos nuestra humanidad, lo que somos, lo que hemos venido siendo desde hace miles de años. Hemos dejado de ver a nuestra familia, de ir a trabajar, de hacer las compras en el supermercado, y cada uno de nosotros podría agregar su propio renglón a la lista.
Hemos perdido todo.
Al menos esta es una sensación innegable que hemos tenido, en mayor o menor medida frente a esta amenaza latente de contagio de uno de los virus conocidos mas pegajoso y mortal que hayamos enfrentado en los últimos 100 años.

Los efectos de este shock perduran y aun no sabemos cuando ni como finalizará.
Tal y como se han sentido los pueblos de todo el mundo cuando amanecen con los efectos de una guerra, de la cual se escuchan los estruendos a lo lejos, pero sin saber cuan cerca será la próxima explosión. Aceptar que es así y que lo hemos estado viviendo desde mediados de marzo es la primera tarea. No hacerlo nos llevará a una situación de negación de la realidad.

Al negar la realidad, estamos desconociendo los efectos que esta situación puede tener en nosotros. Mas allá de nuestra percepción de nosotros como superhéroes, hay momentos en que la realidad golpea fuerte y de forma indiscriminada. No dejemos para después el lamentarnos por no haber actuado a tiempo. El tiempo es el actual, la hora es esta.

Es evidente que este descalabro de las rutinas debe ser compensado por actitudes personales que pongan freno a la permanente acechanza de un desequilibrio emocional.
Y esto nos toca a todos atender.

Aceptar la pérdida de nuestro ritmo de vida, el que hemos venido llevando desde el nacimiento, con los cambios y las adaptaciones de edad, tiempo y espacio, es un imperativo del momento actual.
Este cambio es radical e intempestivo. Estamos aquí, es lo que tenemos.
No es importante lo de ayer, ni lo de mañana.
Tenemos que actuar para hoy, con este panorama.


He aquí algunos pasos prácticos:

    1. Mantener una rutina es clave. Rearme su vida teniendo siempre,

        a.
Su casa limpia y ordenada como para recibir visitas.

        b.
Su cuerpo limpio, aunque no salga, haga del aseo corporal y el cambio de ropas una obligación diaria, aunque tenga que ir de la cama al cuarto de estar.

        c.
Prepare comida regularmente, no caiga en la tentación de la comida comprada. Explore nuevas recetas, descubra nuevas formas y comidas.

            i.
Haga una rutina de aprovisionamiento, sea que haga las compras personalmente o a través de cualquier otro medio. Recuerde que hay muchos bancos de comida disponibles, incluso con entrega a domicilio si usted esta imposibilitado de moverse de su hogar.

        d.
Mantenga una rutina de sueño regular. Evite la tentación de trasnochar. Es más intente dormir horas extras. El sueño es el gran reparador del cuerpo.

        e.
Establezca una rutina de contacto con sus seres queridos, ellos son el sostén de la vida, así como usted lo es para la vida de ellos.

            I.
Haga un listado de su familia, amigos cercanos, amigos no tan cercanos y así hasta llegar a esos con los que contacta una vez cada tanto. Y hágase el propósito de contactarles, por teléfono, usando los medios sociales, las “video llamadas” – tan populares hoy.

        f.
Salga a caminar, manteniendo la distancia física. Aproveche el buen tiempo, recuerde que el sol tiene múltiples beneficios. Y si puede ir al parque, el baño de bosque le ayudará.

        g.
Busque ayudar a otros, en la medida de lo posible. Las actividades solidarias son beneficiosas para la salud en general.

        h.
Por último, pero no menos importante, tómese un momento en el día para reflexionar sobre sobre las cosas que hace en la vida, propóngase hacer mejor aquellas cosas en las que Ud. sabe que flaquea. Esas pequeñas victorias, que le elevaran el espíritu, son muy gratificantes.



Recuerde que solicitar ayuda es posible. Hay muchos servicios en español con consejeros y terapistas que están dispuestos a acompañarle en la resolución de esos desafíos que hoy ocupan su mente.
Unidad de acceso a los Servicios de Family Services Toronto – 416.595.9618

En Family Service Toronto hay servicio disponible para toda la familia.

Llame y mencione que quiere servicio en español.