Viñetas 8

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Como lo hemos mantenido en boletines anteriores y por supuesto de que antes que se estableciera la llamada “nueva normalidad,” uno de los más importantes compromisos del trabajo con la comunidad Latino/Hispana del Consejo de Desarrollo Hispano se venia centrando en los adultos mayores. El compromiso con esta importante población nos mantiene ocupados desde nuestras mesas del comedor para unos; salas de estar para otros; y de repente, aquellos que tienen una oficinita en su casa  haciendo seguimiento de cómo ellos están siendo tratados en estos momentos de emergencia permanente. Este seguimiento lo hacemos a través de la media formal –radio, TV, Prensa-; la media social; contactos socio/comunitarios profesionales; clientes, etc. 
La cosa es estar al tanto de esta nueva realidad y planificar adecuadamente como corresponde la asistencia y el servicio. 

Habiendo dicho lo anterior, nuestro interés también se extiende, como lo hemos demostrado anteriormente a las personas proveedoras de cuidado, en boletín pasado hicimos comentario sobre como “covid-19 crisis shines a light on neglected profession - May 2nd 2020 Toronto Star.” En esta ocasión traemos a cuenta sobre cómo estas trabajadoras que están al cuidado de personas mayores son referidas hacia en el último reporte provincial: “Otras.” Humm!!!

La intención no es refunfuñar, mucho menos sonar como un niño llorón sino traer una crítica justa a las personas a cargo en el gobierno, y hacer y/o aumentar conciencia a que en las luchas reivindicativas que nosotros los activistas sociales incluyamos o mejor dicho exijamos más respeto a sus derechos, beneficios, y remuneración adecuados.  Y por supuesto que cuando participamos en política por supuesto que fuera de nuestras agencias llevemos el debate a los representantes de los tres niveles de gobierno.
“While doctors and nurses in Ontario have fallen ill with COVID-19, the vast majority of health-care staff affected are personal support workers in nursing and retirement homes listed only as “other” in newly released provincial data."

Toronto Star, Mayo de 2020
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Descubro de Nuevo el Jazz

El quedarse en casa cumpliendo con la orientación de “Go Home and Stay Home” –Irse a Casa y Quedarse en Casa- tiene sus efectos. Unos buenos y beneficiosos, y otros lo opuesto. En mi caso los primeros me traen placer y los segundos me provocan reflexión. Habiendo dicho esto, por ejemplo he encontrado cosas que se me había olvidado tenia. Entre esas, un radio debajo de unas cajas con cachibaches que no había tocado por mucho tiempo. El radio estaba cubierto con una costra negra que olía a moho y humedad, en buen salvadoreño: a “rincón.”  Después de una estregada o fregada con vinagre y jabón el color plateado original apareció y olor se esfumo y ahora el dicho radio luce como  nuevo, hoy su apodo es “mi gritoncito;” el distintivo en el argot del mercado donde mi mama vendia cuando yo era adolescente.  Sin embargo la historia no termina con el “gritoncito” limpio y reluciente; cuando lo encendí escuche las melodías suaves y pacificadoras del Jazz, que junto a las del twang y el lamento de la guitarra de pedal -steel guitar- de la Country Music son mis dos favoritas.
El dial del “gritoncito” estaba sintonizado en la JAZZ 91.1FM, y ahora es mi constante compañía en mi oficina –la esquina del sillón-. Entonces, que lo suave del Jazz es en horas de trabajo, y el twang nasal y lamento de la guitarra a la hawaiana de la Country Music. es por una hora de 8 a 9 de la noche. Esto se alterna una noche si, otra noche no con canciones rancheras Norteñas con sus distintivas tonalidades  de el acordeón y el  bajo sexto.
Multitareas

Este domingo 17 de mayo mientras escuchaba a los colegas Rodrigo y Alejandro en su “habitual programa” Tarde o Temprano por la internet; picoteando en otro laptop lluvia de ideas que pudieran convertirse en vinetas o vinetas; manteniendo el olfato en la olla donde cocinaba la sopa; dando vistazos a una película de las de la serie Hallmark Channell; y por ultimo perezosamente escuchando acordes de Jazz en mi recién resucitado radio.
De pronto alga inusitado sucede, en la radio una mujer esta interpretando en español a ritmo de Jazz y al suave y melodioso estilo de Billie Holiday EL DIA QUE ME QUIERAS.  (Se dice que Billie Holiday fue la primer mujer de la raza negra en cantar bandas de Jazz con mayoría de músicos blancos.) Y al momento que entona “Luciérnagas curiosas,” en la película cuyo titulo no me quedo registrado, pasan una escena donde la noche muy oscura se ilumina intermitentemente  con la luz de luciérnagas. Es eso una serendipia  o qué?
Acaricia mi ensueño
el suave murmullo de tu suspirar,
¡cómo ríe la vida
si tus ojos negros me quieren mirar!
Y si es mío el amparo
de tu risa leve que es como un cantar,
ella aquieta mi herida,
¡todo, todo se olvida..!
El día que me quieras
la rosa que engalana
se vestirá de fiesta
con su mejor color.
Al viento las campanas
dirán que ya eres mía
y locas las fontanas
me contarán tu amor.
La noche que me quieras
desde el azul del cielo,
las estrellas celosas
nos mirarán pasar
y un rayo misterioso
hará nido en tu pelo,
luciérnaga curiosa
que verá...¡que eres mi consuelo..!
Como en estos días todo evoca recuerdos, en los clubes de baile que mi primo José Luis y yo íbamos los domingos por la tarde, todos chicas y chicos preferíamos los boleros de ritmo suave y uno de esos era EL DIA QUE ME QUIERAS  Interpretada por el cantor paraguayo Luis Alberto del Paraná. El la cantaba a ritmo de bolero, lo que se prestaba a la dulzura especialmente si  le andabas “enmielando el oído” a la chica. “Bailando en cuatro ladrillos,” decíamos. Por otro lado y muy significativo: mi mama, mi tío, y sus contemporáneos la bailaban a ritmo de tango con Carlos Gardel.  He ahí el detalle sin más explicaciones. Las conclusiones serán suyas. Lo que si puedo decir es que en este nuevo normal el mantenerse en casa sin las distracciones del trafico; sin la presión de no llegar tarde a la reunión; o del aroma del cafecito en la esquina, son posibles las multi tareas. 

Niño y su mascarilla

Benjamin o Minchito –no su nombre real- tiene 8 años y al igual que todos los niños en este nuevo normal él está en permanentemente en su casa con sus padres y hermanos. Su papa, desde que la orientación de “quedarse en casa” fue establecida, se toma la tarea de salir a caminar con uno de sus hijos, cada uno tiene su turno. En esta ocasión, siendo su dia, Minchito acompañó  a su padre a llevar unas cosas a casa de la mamá de este, su abuela Modesta, a quien los nietos le llaman Mama Mode. Al llegar a la casa de Mama Mode, padre e hijo depositan por la puerta el paquete de compras y se retiran a la requerida distancia. La señora sale, se saludan, los visitantes con mascarilla y guantes, lo mismo ella. Al verla el niño conteniendo el deseo de ir a saludar a su abuela le dice: “Hi Mama Mode” y llevándose la mano a la cara se toca la mascarilla y le dice  “Hi mama Mode I hate this thing –la mascarilla-  but I have to wear it. My dad says that I must.”  Unos minutos mas tarde, después de los saludos: “… nos vemos…” y deseos de bienestar, Minchito y su padre emprendieron camino de regreso y mamá Mode los vio irse desde la ventana.
Excelente y admirable lección la del niño. Si todos siguiéramos su ejemplo.