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Consejo de Desarrollo Hispano.
Boletin 20. Agosto 20, 2020

Viñetas 20

por Luis Carrillos

Estimadas y estimados, escribir estas viñetas son una diversión para mi. Esta diversión tiene sus desafíos; cada semana tengo que pensar de lo que vamos a hablar: ¿de impresiones en el camino?; ¿de las directrices y anuncios gubernamentales y sus efectos en la comunidad?; ¿de las impresiones que dejan la no observancia de esas directrices? o de los reajustes que se han hecho en la proporción de las sesiones de consejería. Por mencionar sólo algunos. 

Dicho esto, las de este número, aunque siempre en el marco del nuevo normal, se distinguirá la una de la otra en contenido, circunstancias, y escenarios. Lo que las conecta es el orden cronológico, veamos:

CONSEJERIA – PUPUSAS – ELOGIOS

 

El domingo 9 de agosto después de una sesión de trabajo de consejería, la joven mujer y yo decidimos que íbamos ir a comer unas pupusas a la Plaza Latina en Milvan y Finch en (Toronto Noroeste, para lectores que no conocen la ciudad). La decisión la basamos debido a que la ‘etapa 3’ permite, guardando la distancia, comer en mesas al aire libre. Al llegar a nuestro destino nos encontramos con la sorpresa, o tal vez no, de que no había ningún solo espacio para estacionar el carro. Si pudimos ver mesas al aire libre; todas ocupadas; y en el costado Sur del mercado un lugar espacioso de donde se escuchaba música “romántica pero triste” de acuerdo con mi acompañante.  Este hecho, acompañado con que la cantidad de gente, en mi opinión superaba a la 50, hizo que fuéramos a ver si la Pupusería Salvadoreña a unos pasos de distancia tenia servicio para comer adentro.

Plaza y Pupusería, los nombro porque ambos son emblemáticos en y para esta nuestra comunidad latino/hispana en esa parte de la ciudad. La mayoría de las personas que hacen uso de los servicios del Consejo de Desarrollo Hispano (CDH) particularmente el Programa de Familia y Jóvenes provienen del área. En términos de servicios, el edificio fue la casa de la desaparecida agencia de servicios Centro Latinoamericano en los 80s y 90s.  En el presente una búsqueda en línea dice que “Over 30 businesses 100 percent Latino under one roof.” –Más de 30 negocios cien por ciento Latino bajo el mismo techo- (Mi traducción).

La Pupusería Salvadoreña, y su propietaria Doña María (popular y cariñosamente referida por sus numerosos comensales como “donde La María”) tiene una historia cuasi paralela al Programa de Familia y Jóvenes del (CDH). Pupusería y Programas se inician temprano en los 90s. Doña María y sus hijos fueron de las primeras personas en obtener servicios del “Programa de Jóvenes” como era conocido inicialmente. Muchos de esos comensales hombres y mujeres por pertenencia o asociación provienen de los grupos “muchachos y muchachas” del Parque Christie; Danforth and Greenwood; Syme Woolner ; Keele y Wilson; etc. (Para lectores fuera de Toronto, estas son áreas de Este, Oeste, y Nord Oeste de Toronto). Muchos de ellos/as “clientes del Programa).

          

Lo emblemático de la pupusería de Doña María es que puede decirse que durante dos décadas ha sido algo así como incubadora para que otras mujeres emprendedoras que después de trabajar con ella por algún tiempo aprendiendo el negocio de las pupusas, han ido a abrir sus propios establecimientos y ahora forman parte de ese universo de las pupusas en Toronto. Este hecho fue la razón por la cual el Comité Organizador de la Celebración del Día Internacional de la Mujer en marzo 2019 le otorgara a ella uno de los tres premios de reconocimiento a la Mujer Latino/Hispana en Toronto. Este comité era encabezado por el (CDH).

 

Habiendo dicho lo anterior, a la llegada donde “Maria;” Xime, mi acompañante y yo vimos con satisfacción que el lugar en su interior está preparado para la etapa 3.  “¿Cómo esta Don Luis? Siéntese en esa mesa.” Me dice María en voz alta desde la cocina señalando la mesa más cercana a la puerta de entrada. Acto seguido comienza a caminar hacia la mesa llevando dos menús, y guardando su distancia me pregunta: “¿De dónde sacó esta muchacha tan hermosa?”  Esto mientras se dibujaba una sonrisa en su cara; sonrisa que en mi experiencia de consejero “milenario” pude calificar de admiración, esperanza, de orgullo en nuestras/os jóvenes; y seguridad en el futuro del trabajo con la comunidad. Esto lo corrobora con la pregunta: “Ella es de las muchachas que trabajan con usted; o está estudiando y es su alumna, ¿verdad?”.


Esto lo infiere porque cuando se le entregó el premio el año pasado vio que la mayoría de las personas trabajando conmigo en la mesa de recepción eran mujeres jóvenes y en palabras de ella “hermosas”. Estas jóvenes mujeres eran estudiantes de diferentes colegios vocacionales en la carrera de Trabajadoras Sociales y estaban haciendo su practica con nosotros. En la cultura de Dona María “hermosa” no solamente es una palabra, sino una expresión, que además de la belleza física, quiere magnificar la belleza espiritual; la de servicio a los semejantes; y de servicio a la comunidad. Ella desde su negocio hace abogacía entre por la comunidad apoyando aquellas personas que andan en busca de trabajo ya sea en la construcción, la manufactura o servicios de mantenimiento. Pregunta a sus comensales sobre algunas oportunidades.


En conclusión: las pupusas sabrosas como siempre, Xime la felicitó por lo “ricas que estaban”.  Doña María en su tono de vendedora consumada responde “…estas son de las mejores en Toronto”. La señora no se despidió sin antes mandarle saludos a todas/os las/os colegas del (CDH) y todas las personas del comité que le dio el premio; y desearle éxitos a “la muchacha hermosa” al tiempo de dar señal de bienvenida a otros comensales. 

 

CINCO DIAS PROCESANDO

 

Esta viñeta es una reflexión de cinco días de prolongación que ha perdurado tanto en los tiempos de estar despierto y los de estar dormido. Hacia el final de los cinco días siento que mi capacidad de empatía hacia mis clientes ha ascendido un escalón mas en el entendimiento a lo que les aqueja y sus formas de expresarlo. Mi narrativa de lo que me sucedió y el porqué esta conclusión, sucedió así:


Sería la 1:30 de la madrugada del lunes 11 de agosto cuando un ruido indescriptible me despertó, y yo pensando que eran mis vecinos los causantes no me alarmé tanto; unos segundos después me di cuenta de que era mi compañero de apartamento que me tocaba la puerta de mi dormitorio al tiempo que decía: “levántate que se nos inunda la casa.” A lo que inmediatamente salgo y lo primero que siento es el golpe de un vapor caliente al tiempo que me paro en un charco de agua caliente que provenía de la cocina. Al instante mi pensamiento fue el de parar el torrente que procedía de una manguera de la lavadora de ropa, la presión, lo caliente, y la gran cantidad de agua me trajo tres preguntas de desesperación negativas y encontradas: ¿¡Porqué!?; ¿¡Qué causo esto!?; ¿! Cómo voy a hacer para parar el agua!?.  Sin embargo, me puse en acción para hacer ‘algo.’  

                                                                                      

Lo primero que una persona sensible y con alguna idea de cómo funcionan estas cosas hubiera hecho es buscar la llave del agua caliente y cerrarla. Yo en mi desesperación doblé la manguera y la aseguré con cinta aislante. Esta acción me costó ampollas en ambas manos; sin embargo, felizmente para mi satisfacción el hirviente torrente cesó. La siguiente tarea era baldear el agua del piso al lavamanos; faena que duro cerca de dos horas y que me dejo con dolores musculares que hubo necesidad de tomar pastillas para el dolor por varios días.


SHOCK

 

El dolor muscular y las ampollas, aunque poco confortables, no se comparaban con el efecto emocional causado por el incidente. La hora de la mañana para irme a caminar vino y se pasó.  Tenía miedo de salir, ¡no fuera ser que hubiera otro derrame! A la hora del desayuno me di cuenta de que no lo había preparado. ¿Será que estoy en shock? Me preguntaba. La verdad es que mi ‘ordenado proceso’ se había descontrolado. No recuerdo haber sentido efectos como estos de cualquiera de otros hechos que se comparen con este último incidente que revivió recuerdos por largo tiempo olvidados.

Concluyendo esta segunda viñeta que comencé hablando de la empatía que, como consejero debo tener con las personas a quienes ofrezco y proveo servicio de consejería de apoyo; y que para enfatizarla he hablado de esta experiencia personal. Lo que sí debo decir es que decidí practicar lo que predico a mis clientes: Auto cuidado.

 

AUTOCUIDADO PERSONAL

 

Habiendo mencionado los efectos emocionales que me causo el derrame del agua caliente en mi apartamento, quiero decir que además de pensar en la reparación de daños en mi apartamento y en los posibles daños de los directamente debajo del mío; pensé en mi auto cuidado personal. De cómo debería darles tratamiento a esos sentimientos mezclados de temor y de inseguridad.

En orden de darme atención a mi mismo; dada la situación que para mi era de emergencia mi primer paso fue revisar y modificar mi agenda del día moviendo mi caminata de horas tempranas por la mañana a media tarde; y reprogramando las sesiones de consejería para los días subsiguientes.

 

CAMINANDO EN RAVINE (QUEBRADA BOSCOSA) PARA ALIVIAR EL SHOCK DEL DERRAME DE AGUA

 

Después de quedarme trabajando en casa toda la mañana; y de haber finalizado las viñetas anteriores; y dado que la situación del agua continuaba dominando mi atención; me fui a mi deseada y necesitada caminata.  Mi primera estación fue abrazar el viejo y nudoso manzano bajo el cual se sentó mi mama la última vez que visito Canadá. Allí comenzó mi proceso de alivio.


CULEBRITA ASOLEANDOSE

 

A un poco mas de media hora de camino me encuentro a una culebrita tomando el sol de la tarde en mero centro del sendero. Esta al ver el humano que se agacha a verla abre su boca en forma defensiva; yo le digo: “no tenes miedo que te aplaste una bicicleta?”  Buscando un palito para removerla, lo que no fue necesario porque esta rápidamente huyó entre la maleza.

GAVILAN QUERIENDO LLEVARSE A ARDILLA

 

Más adelante escucho una conmoción entre las ramas de un espeso roble; al dirigir mi atención hacia el área, veo una ardilla retorciéndose poderosamente en los talones de un gavilán hasta lograr escapar. Con el resultado de la ardilla viendo hacia donde el gavilán volaba como diciéndole el dicho común “Better luck next time” –que tengas mejor suerte la próxima vez-. El gavilán se despedía aleteando y emitiendo su característico chillido. 


PATOS y CARDENALES

 

Lo último que vi fueron una pareja de patos, macho y hembra de los llamados Mallard –Pato Real- que nadaba apaciblemente en el remanso del arroyo. Estos patos se caracterizan porque el macho tiene el pescuezo y la cabeza verde oscura brillante. Lo apacible de los patos nadando, dejando las estelas en el agua era acompañado, por los cantos de un cardenal que en lo más alto de un gigantesco sauce o llamaba a su pareja o marcaba su territorio. La imagen de esta ave con su plumaje rojo encendido contrastaba artísticamente con los diferentes verdes del bosque cuando volaba de una rama a la otra; o de un árbol a otro.

 

PODER ALIVIANTE DE LA NATURALEZA

 

Estimado público, antes cerrar estas viñetas quiero reafirmar mi convicción que la naturaleza tiene poderes para traernos paz, aunque sea a corto plazo en momentos de incertidumbre. El remedio de largo plazo en situaciones más difíciles lo encontraremos combinando el tratamiento con el apoyo profesional. Entonces, les invito a tomar un tiempo por lo menos una vez por semana. “Ver la naturaleza en acción” es lo que yo le llamaría a este ejercicio. A mi me trajo paz en un día que resultó ser fuera de mi normal cotidiano.

 

Pasen una hermosa y tranquila semana.

 

Hasta la próxima…

 

Luis Carrillos