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Boletin 24. Septiembre 17, 2020

Ansiedad, soledad y confinamiento

por Alejandro A. Morales

La ansiedad es uno de los posibles efectos del confinamiento en toda la población, pero la sobreexposición a la información sobre coronavirus, como un colega nuestro lo ha informado en este boletín y la radio, afecta de manera particular a la salud mental de personas mayores, en niveles más altos si son dependientes o viven solas.

 

Como población de riesgo, cuando escuchan información sobre el número de muertes, el número por edad en hospitales o el aislamiento de enfermos, pueden sentir una mayor angustia ligada a la posibilidad de ser los siguientes. "Todos nos intentamos resguardar en la probabilidad. Cuando nos dijeron que la mayoría de fallecidos por coronavirus superan los 75 años, muchos nos tranquilizamos. Imaginemos por un momento lo que sería ser mayor y que las cifras fueran las contrarias. Que veamos que se encuentra gente de nuestra edad muerta en las residencias cada día. ¿Cómo no van a tener ansiedad?" (Opina un futuro adulto mayor).

 

El aumento del aislamiento, la apatía que en ocasiones afecta a algunos ancianos, la ruptura de sus anteriores rutinas, sumado al menor número de opciones de entretenimiento para quienes tienen una edad avanzada, aumentan el nivel de angustia que, según los expertos, puede desestabilizar a las personas mayores.

 

Desde el primer día del estado de emergencia, se produjo una explosión de iniciativas a través de Internet para hacer la cuarentena más amena. Museos y conciertos gratis, ofertas en aplicaciones deportivas, directos de Instagram convertidos en talleres de cocina o yoga, etc.

 

Algunos han ironizado estos días sobre la "imposibilidad" de aburrirse en el confinamiento ante la inasumible oferta de entretenimiento en casa creada de la noche a la mañana. Ese respiro que buena parte de la población obtiene en las redes sociales no es posible para muchas personas mayores, especialmente aquellas que pasan buena parte del día frente al televisor.

 

Los psicólogos y trabajadores comunitarios recomiendan ver las noticias una vez al día,

escuchar la información "justa", pero su consejo se torna imposible para aquellos ancianos que, por sus circunstancias particulares de salud o económicas, apenas acceden a otra vía de entretenimiento más allá de la televisión, donde no es fácil encontrar programación libre de coronavirus. Si las malas noticias inundan sus mañanas, sus tardes y sus noches, acaban afectando a sus sueños y es lógico que se desestabilicen.

 

Hay quienes que han pedido espacios específicos de la programación dirigidos a los mayores. "Pedimos que las televisiones, al menos las públicas, dispongan de programación específica varias veces al día dedicado a los mayores. Testimonios, canciones de toda su vida, mensajes de cariño de niños y niñas o imágenes para el recuerdo", sostiene el portavoz del Colegio de Psicología de Madrid.

 

Otros apuestan por la creación de "canales libres de coronavirus" pensando en las distintas habilidades cognitivas de las personas mayores. "Igual que surgen iniciativas para los niños, sería interesante canales o espacios horarios para los mayores. Les ayudaría a poder desconectar, intentar parar sus pensamientos y estar bien más tiempo", añade una especialista.

 

Desde el inicio de la crisis, sectores de la televisión han lanzado una programación especial centrada en el público menor, ante el cierre de centros educativos. Son canales con espacios educativos dirigidos a públicos de distintas franjas de edad. "¿Por qué no hacen lo mismo pensado para los mayores?" Sería positivo un canal con películas y canciones antiguas para animarlos a través de la nostalgia de su tiempo pasado. Incluir testimonios positivos tanto de mayores, con los que puedan identificarse, como de jóvenes dirigidos a ellos". 

 

Por último, un mensaje recibido por vía cibernética nos dio a conocer las llamadas “metas del confinamiento”, las que podrían ayudar a nuestros adultos mayores adaptándose a lo actual o la prolongación de la pandemia:

 

• Crecer espiritual e intelectualmente

• Priorizar la vida de otra manera

• Reconocer nuestra fragilidad humana

• Liberar el ser creativo interior

• Valorar los círculos familia-amistades-escuelas-grupos de adultos mayores, centros de fe, etc.