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Boletin 25. Septiembre 24, 2020

La semana que sería en Ottawa…

por Duberlis Ramos

Aún para quienes nacieron en este país, Canada, la capital, ciudad generalmente poco conocida y poco entendida por la ciudadanía y residentes del país siempre depara sorpresas debido a los tecnicismos de un sistema político constitucional, que si bien es moderno, conlleva muchos pliegues de una historia colonial azarosa y compleja, difícil a veces, de entender en materias de procedimientos oficiales. Esto parece ser aún más cierto para quienes venimos de América Latina, cuya historia constitucional están basada en la vertiente del derecho civil Francés republicano y presidencial.

 

En Canada, y desde la noción de las “dos soledades”, particularmente nacida de la concepción québécoise, que implica de alguna forma el desarrollo de Canada como unidad nacional con dos socios principales, Inglés y Francés, los cuales dieron paso a una unidad territorial con un abismo cultural entremedio. Esto sin considerar el hecho que las comunidades autóctonas, tan diversas como su ubicación en la geografía han tenido que permanentemente luchar por su reconocimiento como naciones fundadoras del país, y más aún, cuando fueron parte de tratados internacionales que incluso preceden la propia historia del país fundado oficialmente en 1867. Constitucionalmente estos tratados acordados directamente entre la corona Británica y los habitantes originarios de estas tierras reconocieron precisamente  a las naciones indígenas como sociedades de derecho, incluidos sus derechos territoriales y por ende sus recursos naturales inclusivos dentro de su estado que les reconocía la corona de Gran Bretaña.

 

Es importante mencionar estas materias en frente del Discurso desde el Trono de este Septiembre 23 de 2020, pues entender esta breve bitácora de las relaciones coloniales del país, puede ayudarnos a comprender algunas de las subsecuentes materias en término de las relaciones ahora entre el gobierno federal y las provincias, y las relaciones también entre las propias provincias bajo la temática conocida como de las relaciones inter-provinciales. En parte, esta tensión es conocida como parte de la temática permanente  que caracterizan la política y marcan en parte los alineamientos políticos acerca de cómo resolver estos problemas históricos dentro del sistema federal y parlamentario dentro del cual conducimos nuestra toma de decisiones públicas y la gestión de gobierno y legislativo. Los politólogos se refieren a todos estos temas en inglés como los “cleavages” o grandes dobleces del juego político.

 

Como bien sabemos, Canada es un país enorme “A Mari Usque Ad Mare” como lo hace resaltar la leyenda del escudo de armas de Canada. De mar a mar este dominio colonial británico en parte grande de su historia reconoce el tamaño y su geografía tan diversa y población a su vez milenariamente multi étnica. Por ende, el arte y la política de gobierno deben de representar  los intereses de todos quienes viven en esta tierra hoy y de alguna forma acertar y afectar positivamente el bien común de esta enorme  unidad política actual. El otro gran componente y formador cultural de la historia contemporánea de Canada es por supuesto la provincia de Quebec, segunda en población solo después de Ontario con 8,5 millones de habitantes y uno de los territorios más grandes dentro del país. En gran medida con su propia historia y distinta culturalmente. Hecho poco conocido y poco entendido, la Nueva Francia en su origen colonial es una sociedad originalmente establecida como una variante feudal conocida como el sistema señorial y el vasallaje conocido como “habitantes” hecho que se mantuvo hasta su abolición solo en el año 1854. (Ver Canadian Enciclopedia)

 

El Discurso del Trono, y la monarquía constitucional de Canadá

 

Sin lugar a dudas es  un elemento de procedimiento constitucional canadiense de origen institucional monárquico que queda como parte de las reglas de la política que es muy interesante comprender, sobre todo en el momento actual. Esta tradición puede ser trazada a la historia de Canada y su colonización Británica en cuanto a que su fundación es definida en la actualidad como una monarquía constitucional. En otras palabras, la jefatura del estado reside en la monarquía de Gran Bretaña, cuya representación aquí en Canada es la Gobernadora General, en el caso de hoy;  la jefatura de gobierno reside en el primer ministro de Canada.  Entonces, de acuerdo a la Enciclopedia de Canadá, el discurso del trono, ceremonial, en la práctica inicia la nueva sesión parlamentaria con la presentación del plan de trabajo y consiguientes propuestas y sus objetivos para la sesión parlamentaria. Quien diseña este documento es el gabinete, y quien hace la presentación es la gobernadora general de Canada.

 

El corolario e implicación de este proceso es, ¿qué ocurre con la respuesta al discurso del trono?

Nuevamente parafraseando la Enciclopedia de Canada, en el caso de un gobierno de minoría como el actual, por lo menos hasta el día 23 de Septiembre de 2020… el discurso del trono podría ser rechazado por la mayoría de parlamentarios, lo cual puede concluir solo con dos resultados: 1)  Se llama a elecciones generales por la pérdida de confianza en el gobierno actual, y/o 2) Renuncia el Primer Ministro y el Gobernador General puede invitar al parlamento a producir un acuerdo parlamentario mayoritario y de esta forma generar un nuevo gobierno.

 

Obviamente, si el discurso del trono recibe la confianza mayoritaria de los parlamentarios, el gobierno actual continúa en funciones, y continúa a cargo de los asuntos del gobierno canadiense.

 

Como una última nota en relación a las reglas parlamentarias, cabe destacar que los gobiernos pueden colapsar solo en el caso de mociones de no confianza, y que estas han de tratarse fundamentalmente the legislación que tiene que ver con el presupuesto, o materias relacionadas con fondos públicos, y, o específicamente con votos para confirmar la confianza (o no) del parlamento en el gobierno reinante.