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Consejo de Desarrollo Hispano.
Boletin 26. Octubre 1, 2020

Carta del Lector

En el número 25 de Línea Uno, hay una interesante y detallada nota de Alejandro Morales quien, con maestría indaga en los orígenes del uso del gentilicio, esto es la forma en que hoy llamamos al nativo de un país o de una región.

 

Gentilicio como nos cuenta Morales ha tenido varios cambios en su significación a lo largo de la historia. En un momento servía para designar algo distinto de lo que significa hoy.

 

Y en este punto quiero detenerme.

El lenguaje es algo vivo, el lenguaje no existiría si no fuera usado, hablado, leído y evocado en la mente de los humanos principalmente. (1)

 

Como el lenguaje es vivo, no hay forma de meterlo en una red o en una caja. Sólo está en un libro a la espera que unos ojos aviesos se lleven las palabras a volar.

 

Entonces viajan las palabras y hoy, al igual que el Coronavirus, va de un lado a otro con rapidez sentado en la cabina de un avión. Con lo que se hace más “disponible” y usado en diferentes partes del mundo, quedándose en algún lugar y a veces, empieza a decirse igual, al poco tiempo se modifica levemente y a veces termina armando un nuevo lenguaje propio de ese lugar.

 

Otras veces la palabra se afinca en un territorio y mantiene sus formas, escritas y habladas, pero empieza a significar una cosa distinta a cuando llegó.

 

En la nota de Alejandro, el párrafo final que me animó a escribir este opúsculo habla sobre el uso de hindú e indio – entre otras – como formas de referirse al nativo de la India. Incorrecto es decir hindú, pues engloba a todos incluso aquellos que no profesan la religión hinduista. Hubo un error basado en la ignorancia, que debemos corregir para no herir a muchos. Si aun hoy, con toda la posibilidad de información a la mano insistimos en llamar hindúes a los nacidos en India seriamos necios, teniendo la posibilidad de corregir el error.

Si aun hay nativos de India que se llaman a si mismo hindúes, es por el resabio colonialista, el mismo que llamó indio al nativo de estas tierras. Y allí comenzó toda la confusión, pero eso es otra historia.

 

Rodrigo Briones

 

(1)   Mis gatos entienden cuando les hablo. Cuando viajé a China le dije, bien argentino a mi gato gris Morpheous: “… me voy por quince días, así que te quedás a cargo de la casa. Cuidá a Sandra y no te alejés de ella, ni de día ni de noche.”
Desde 2017 él duerme a lo largo, al costado de Sandra. Claro que por más que le expliqué que estoy de vuelta, él sigue aferrado a una conversación de hace tres años.