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Boletin 27. Octubre 7, 2020

Quino de la mano de Mafalda

por Rodrigo Briones

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Argentina a mediados de los 70 era un hervidero político militar. Era tal la paranoia de los militares y sus adeptos que cualquier literatura era sospechosa de subversiva. Entonces para mis largas horas de viaje en colectivo – “conmute” diríase en Canadá – opté por llevar debajo del brazo un libro recopilación de trabajos de Quino. Estaba ojeándolo en el atelier del maestro Demetrio Urruchúa cuando él se me acerca y dice: “… Quino fue alumno mío…” En ese momento pensé que el viejo lo decía más para impresionar a la alumna que yo estaba esperando y coqueteando que para lograr algún impacto en mí.

 

Urruchúa era un maestro de maestros reconocido internacionalmente y su palabra era valiosa. Fue mucho después cuando pude mensurar el impacto que puede haber tenido en el trabajo de Joaquín Lavado, a quien todos conocimos por Quino y fundamentalmente por Mafalda.

 

Su primera aparición como tira cómica consuetudinaria (2) fue en 1964 en el semanario Primera Plana de Buenos Aires, fue la evolución de una fallida campaña de electrodomésticos transformada en la Mafalda que hoy conocemos. En Primera Plana participaron periodistas de toda laya que fueron tan famosos como la tira cómica que dibujó Quino, quien era muy amigo de Julián Delgado, el periodista que lo presentó en el semanario.

 

Mafalda ocupó un lugar en lo cotidiano de muchas familias, primero argentinas y luego emigró al resto de Latinoamérica y el mundo. Hoy hay más de 30 traducciones a distintos idiomas del trabajo que como dibujante nos legó. Según Umberto Eco para entender a la Argentina, hay que leer a Mafalda.

 

Mafalda creció en un ambiente argentino que empezaba a desaparecer. El golpe militar de Onganía desalojo de las universidades a los mejores docentes y estudiantes que terminaron sus carreras en el resto del mundo. La clase media que apostaba al ascenso social rápido que propuso Perón entre 1945 y 1955 empezaba a diluirse en un mar de individualismo creciente, falta de oportunidades, fronteras abiertas a la llegada de producción internacional y endeudamiento financiero exponencial.

 

La frustración del papá de Mafalda, la resignación al trabajo en la casa de la mamá, las preocupaciones de Mafalda respecto del futuro de la humanidad son un escape hacia arriba de una clase social destinada a la proletarización y la pauperización. Felipe es la representación del esfuerzo y la duda que los argentinos de mediados de los 60 tuvieron y que les impedía concretar un futuro viable. Una generación que oscilaba entre el conformismo, la quietud o la búsqueda de alternativas políticas, siguiendo los ejemplos de algunas otras partes del mundo. (3)

 

Manolito y Susanita, que expresaban el capitalismo de manera endulzada, pero a veces brutal. Libertad y Guille eran la feliz anarquía, el llamado a romper el sistema, uno desde el salvajismo de un niño pequeño y nada complaciente y la otra desde una formación donde se entreveía a una madre sola y militante.

 

Mafalda fue una concienciadora del feminismo, de la injusticia, de la igualdad entre razas. Con sus sentencias de filósofo: “Tenemos hombres de principios, lástima que no les dejen pasar del principio”. Como siempre: “lo urgente no deja tiempo para lo importante.”

En una entrevista, Joaquín Lavado confesó que dejó de dibujar a Mafalda en 1973. De no hacerlo, nos dijo ella sería una más de los 30 mil desaparecidos. En 1976 el general Rafael Videla arribó con la intención de sepultar el peronismo y su miríada de reivindicaciones sociales. El pomposo y autodenominado “proceso de reorganización nacional” terminó sepultado por el peso de los desaparecidos y el fracaso de la guerra de Malvinas. El peronismo, ese hecho maldito del país burgués, se empecina en reaparecer y sigue siendo el hecho maldito de la política argentina.

 

Quino fue una sagaz mirada de la Argentina que le tocó vivir. Quizás comenzó en su casa natal en San José, en el departamento de Guaymallén de Mendoza influenciado por su tío Joaquín Tejón, quien era dibujante publicitario. Luego su estadía en Buenos Aires donde fructificaría su trabajo y sería su trampolín al mundo llevado de la mano por Mafalda. Colegas de México, Ecuador, Colombia, Brasil y Chile reconocen la influencia de Quino que les llegó en forma de libro bajo el brazo de algún militante exiliado. La influencia de su trabajo trasciende el ámbito de los caricaturistas.  Una vez le preguntaron a Julio Cortázar qué pensaba de Mafalda y el genial Julio respondió “… lo que yo pienso es irrelevante – arrastrando las erres – lo trascendente es lo que piensa ella de mí.”

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Cuando Quino arribó a España huyendo de los militares argentinos, se afincó obteniendo una segunda ciudadanía probablemente saboreada en las costumbres infantiles de su familia andaluza, de quienes siempre mantuvo el acento al hablar. Quino se reconocía como hijo de republicanos españoles, anticlerical a muerte y nieto de una militante comunista.

 

Lo que se aprende en la infancia no se olvida en toda la vida decía mi madre. La infancia de Quino estuvo plagada de revistas. Norteamericanas como Life, Esquire y Saturday Evening Post, europeas como Paris Match, donde se deslumbró con Jean Bosc y Chaval y las argentinas Patoruzú, Rico Tipo, El Tony y Tit Bits con dibujantes como Dobal, Lino Palacios y Divito con quien trabajaría años después.

 

Quino tiene un poco de todos ellos y mucho más, como que es un poco Mafalda, Manolito y Susana también, pero su trabajo más conocido no es el que mejor lo representa.

 

Hay dos rasgos asombrosos en el universo de Mafalda que explican su éxito: sus personajes hablan para generaciones con pocas referencias culturales en común y sus personajes siguen hablando del presente desde el pasado. Ella encarnaba filosofía y poesía. Crítica feroz y ternura. Bien podía representar a un pibe de 8 años y un viejo sabio en los mismos zapatos. Alguien que se preguntaba qué habrán hecho algunos pobres sures para merecer ciertos nortes, y también, adónde van tan apurados los perros que pasan ligero por la vereda, ¿les cierra el banco?

 

Un creador con la mirada afiladísima y la antena siempre bien orientada para registrar el mundo en el que vivía y su brutal distancia con el mundo que deseaba. Su dibujo del detalle, casi barroco, de página entera, con un remate de humor sencillo muchas veces sin palabras es el que más elaboró en su dilatada carrera como dibujante.

 

Los adultos vamos a Mafalda como al psicólogo. La leemos. A veces pensamos y enmudecemos, como con el psicoanalista. Los niños aprenden y ensayan la rebeldía, como con la sopa o cualquier aborrecida comida. Mafalda lo hizo antes que Greta Thunberg, pero con más sentido del humor.

 

El trabajo del artista termina en quién lo recibe y Quino reconoce haber sido impactado por este fenómeno: “… Yo me fui (de Argentina) en marzo del ’76. En junio mataron a cinco curas palotinos, y dejaron encima de sus cuerpos el poster del “palito de abollar ideologías”. Cuando vi por primera vez esas fotos publicadas mucho después de que se hubiesen ido los militares … fue algo que me impresionó muchísimo. No fue la única vez. También sucedió luego del asalto de un banco por parte de la FAL (Fuerzas Armadas de Liberación), en el que murió un policía. Tiraron como volante una página mía que había salido en Primera Plana, en la que aparecía un tablero de ajedrez en el que las piezas eran personajes humanos. De un lado había obreros y del otro los ricos, y aunque los obreros eran más el texto decía: “Juegan las negras y hacen mate cuando les da la gana.” (5

 

 

Joaquín Salvador Lavado Tejón será siempre recordado como Quino ya que nos llegó de la mano de Mafalda. Ella cumplió 56 el día antes del fallecimiento del genial artista, el pasado miércoles 30 de septiembre. Desde ese día andamos a lágrima limpia buscando el abrazo en tiempos de coronavirus, huérfanos todos. Por suerte nos queda el refugio de sus libros. Me abalanzo sobre uno de ellos. Encuentro la esperanza en esta tira, en la que su madre se despide para ir de compras al supermercado.




(1El dibujante Miguel Rep se despidió deHYPERLINK "https://www.pagina12.com.ar/295771-murio-quino-el-creador-de-mafalda"  Quino a través de sus redes sociales. "Se fue mi segundo papá", publicó en su cuenta de Twitter junto a un dibujo en honor al creador de Mafalda. Además de colegas, ambos dibujantes eran amigos y Rep ha sido prácticamente uno de los hijos que Quino nunca tuvo.

(2Miguel Brascó fue instrumental para que se publicaran tres tiran de Mafalda por primera vez en la Revista Leo Plan.

(3https://www.pagina12.com.ar/295977-quino-el-que-nos-dibujo-a-todos

(4 Ilustración del dibujante Rep en Página 12 

(5https://www.pagina12.com.ar/295777-quino-por-quino-la-charla-que-tuvo-con-rep-cuando-cumplio-80