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Boletin 27. Octubre 7, 2020

El desafío de este otoño

por Alejandro A. Morales

Estamos en pleno otoño, una estación de transición y favorita de muchos, simplemente porque el a veces exagerado calor y humedad del verano nos hacía depender de aparatos de aire acondicionado, salvo cuando la madre naturaleza nos regalaba algunos días especiales en los cuales salíamos a absorber la vitamina D que nos otorgaba el astro rey. Además, el lento proceso de las hojas cambiando de color y dando a los arces un marcado rojo, tal como se encuentra en la bandera de la nación. En fin, la naturaleza usando una enorme paleta cromática nos regalaba bellísimos paisajes para pintar o fotografiar.

 

Este mundo exterior no ha cambiado y nos parece sonreír desde nuestras ventanas. La pandemia, sin embargo, nos torna cautelosos y preocupados con las posibilidades de contagio. Y si agregamos el natural descenso de la temperatura, a medida que pasan los días, nos hace refugiarnos en nuestras habitaciones, incrementando involuntariamente el contacto humano y, por ende, el temido contagio.

 

Las máximas autoridades de nuestro país, la Gobernadora General Julie Payette, en su discurso “desde el trono”, y posteriormente el Primer Ministro Justin Trudeau nos dicen claramente: “La segunda ola no está comenzando. Ya está aquí. Enfrentaremos un otoño que puede ser mucho peor que nuestra primavera”.

 

Emocionalmente, pensamos en festividades tradicionales celebradas antes de finalizar el año: “El Día de Acción de Gracias” y la “Navidad” además de otras pertenecientes a diferentes grupos étnicos. Tradicionalmente estas son fechas que nos hacían reunir con nuestras familias, nuestros amigos y vecinos. Es muy posible que dichas celebraciones tengan que hacerse de una manera moderada y tal vez triste. Asimismo, las posibilidades de viajar para reunirnos con los nuestros, ya sea dentro o fuera del país, son limitadas y nos restan estos anualmente días felices.

 

Todo lo anterior dicho con la intención de enfatizar la urgencia en la cual nos encontraremos. Los expertos en el campo de la salud temen el peso que se agregará a los recursos con la llegada de la estación de la influenza, la que con el frío podría dar al segundo brote de corona virus un nuevo impulso. Agreguemos a lo anterior las consecuencias que podría a su vez devenir de la vuelta de los niños a las escuelas, cuando ya a esta fecha se ha detectado el virus en algunos niños y personal docente.

 

Es así, como el discurso del trono calificó el COVID-19 como “un enemigo invisible que no respeta fronteras y prospera en cualquier lugar, sin respetar a nadie”.

 

Las medidas económicas que han ayudado a un gran número de personas a salir adelante sin las entradas de su trabajo están llegando a su fin. Se anuncian otro tipo de beneficios fundamentalmente basados en el “seguro de desempleo” si califican de acuerdo a las reglas establecidas. Se ampliará además la ayuda a aquellos que directa o indirectamente han sido victimizados por el virus.

 

Una rápida mirada nos permite comparar situaciones, que todos sabemos son de carácter global. Gran Bretaña, por ejemplo, presentó el número más elevado de casos de contagio desde el mes de mayo lo que ha hecho aumentar el número de restricciones. Por otra parte, Israel, registró un récord diario de contagios lo que le ha obligado a un segundo encierro total. Lo mismo ha ocurrido en otras naciones europeas.

 

Los Estados Unidos, una reconocida zona de desastre en lo que respecta el coronavirus, estaría entrando en un “período de riesgo”, lo que se traduce en intencionalmente atenuar la dureza de la realidad, ya que lideran el mundo en materia de muertes debido a la pandemia. Como nota adicional hay que agregar que tanto el presidente Trump y su cónyuge resultaron contaminados por el virus y han entrado en un período de confinamiento.

 

En los meses venideros del resto del año hay un número de eventos descartados. La festividad de Halloween será celebrada en forma mínima y la anual Parada de Santa Claus es incierta. Otras festividades canceladas son: The Toronto Waterfront Marathon; el Mercado de Navidad en el Distrito de la Destilería; las celebraciones de Año Nuevo en la plaza municipal de Nathan Phillips. La Municipalidad ha extendido la prohibición de eventos mayores al aire libre hasta diciembre 31.

 

Bien ha dicho el Primer Ministro en decir que el país está en una encrucijada. En Canadá han muerto ya 9,000 personas debido al coronavirus en los últimos seis meses, lo que podemos comparar con los EE.UU. donde la cifra llega a 200,000 y globalmente a cerca de un millón. Pero, estos no son solamente números, toda esta gente han sido parientes, amigos vecinos, colegas. Es la historia de padres que han muerto en soledad, sin que sus seres queridos les sostengan sus manos. Ha habido niños que no han visto sus amigos o compañeros en meses. Y también la historia de aquellos que han perdido su trabajo.

 

En la medida que el otoño establece su derrotero, no podemos olvidar que generaciones que nos precedieron tuvieron que luchar duramente contra adversidades como las dos guerras mundiales, la terrible depresión de los años 30 que duró diez años, por mencionar algunas. Por tanto, es necesario armarnos de valor y disciplina observando las reglas que nos ayudarán a superar la crisis.