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Boletin 28. Octubre 15, 2020

Conmemoración y reflexión

por Rodrigo Briones

El 12 de octubre de 1492 ( 1 ) Cristóbal Colón llegó a una de las islas de lo que hoy conocemos como el Caribe. No buscaba mar, arena, sol y ron como muchos de nosotros que hemos ido a veranear allí. Venía con el mandato de buscar la riqueza que le estaba flaqueando a las monarquías de Europa.

 

La población de la isla La Española probablemente superaba los 3 millones de habitantes. A los 20 años de la llegada de España, se redujo a sólo 60.000. En 50 años, no se pudo encontrar ni un solo habitante nativo.

 

Cristóbal Colón obtuvo la mayor parte de sus ingresos de la esclavitud, según Bartolomé De Las Casas. De hecho, Colón fue el primer traficante de esclavos de las Américas. Cuando los esclavos nativos murieron, fueron reemplazados por esclavos negros. En 1505 uno de los hijos de Colón, que no se llamaba Cristobalito, se convirtió en el primer comerciante de esclavos africano.

 

Tres líneas nada más y ya no se si seguir escribiendo, pues en cada paso de la historia de lo que hoy llamamos América hay un relato de saqueo, muerte y destrucción. Todavía esperamos el resarcimiento por todo el oro y la plata que se llevaron de esas tierras y sirvió de capital de base para la prosperidad de Europa. En todo caso, nunca se ha hecho un reconocimiento del genocidio de aquellos pueblos originarios.

 

El pasado lunes 12 de octubre se cumplieron 528 del inicio de ese proceso. También el lunes se conmemoró en todo Canadá el día de Acción de Gracias. Una celebración de orígenes no del todo claro, pero que usamos cada año para dar gracias por lo que tenemos.

 

Un relato posible de como comenzó todo esto, da cuenta de una celebración por parte de los nativos de este lugar, relacionada con la cosecha de los frutos de la tierra. En ese marco es lógico que se celebre en el verdadero norte antes que en Estados Unidos, pues los tiempos de cosecha son acordes con el año trópico. La maduración de las plantas se produce un mes antes aquí en Canadá.

 

Siguiendo con el relato, los primeros europeos llegaron con lo puesto y sin posibilidad de guarecerse para el invierno, por tanto, ante la generosa oferta de los nativos de compartir los alimentos que estaban disponibles… fue algo para aceptar y agradecer. ( 2 )

 

Entonces el sincretismo, esa tendencia para armonizar corrientes de pensamiento o ideas opuestas, dio lugar a la celebración que ahora consagramos cada segundo lunes de octubre. En cada mesa, además del pavo relleno y otros manjares, está el espíritu de agradecer: al Creador como los colonos o a la madre tierra, como sus primeros habitantes. O ambos, cada uno elige.

 

En la primera opción, en medio de la pandemia de la COVID19 hay un ruego para, de ser posible apartar de nosotros este cáliz, tomando las palabras de Jesús en las vísperas de su muerte en la cruz.

 

En la segunda, una oportunidad para reflexionar, más que agradecer por los frutos de la tierra. Debiéramos preguntarnos que hemos hecho, como especie con el medio ambiente que nos cobija, para padecer esta pandemia

 

No sea cosa que nos dejemos llevar por el espíritu de Colón, que en aras de el progreso perpetró todo tipo de atrocidades, dejando un ejemplo que aún hoy padecemos: me llevo lo que quiero sin importar ni cómo lo hago, ni cuál es el resultado de mis acciones.

 


Notas:
(
1 )   Si es verdad que Colón vio tierra el 12 de octubre de 1492 del calendario Juliano, “el cielo que vio, la posición del Sol y de las estrellas, correspondería al 20 o 21 de octubre”. https://www.lavanguardia.com/cultura/20121012/54352490807/colon-descubrir-america-dia-calendario-juliano.html

(
2 )   El día de Acción de Gracias en América del Norte tiene sus orígenes en una mezcla de tradiciones europeas y aborígenes. En Europa, los festivales se llevaban a cabo antes y después de los ciclos de cosecha para agradecer por una buena cosecha, y para celebrar después del duro trabajo junto con el resto de la comunidad. Los nativos americanos también celebraban el final de la cosecha. Cuando los europeos llegaron a lo que sería América por primera vez, llevaron sus propias tradiciones (fiestas de la cosecha) desde su continente, celebrando el final de su viaje, la paz y la buena cosecha.