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Boletin 28. Octubre 15, 2020

Una larga y amarga historia

por Alejandro A. Morales

"Se les deja en pañales llenos de heces o en ropa empapada de orina. Sufren de úlceras no tratadas que llegan hasta los huesos. Pasan hambre. Están heridos, algunos son abusados" (2003).

 

Cuando el corona virus comenzó a convertirse en una crisis de envergadura, las primeras estadísticas de contagio y, peor aún, de muertes debido al virus, hizo notar que los hogares a largo plazo eran los que mostraban un alto número de decesos. Inicialmente se consideró que miembros de este grupo etario eran víctimas propicias debido a la debilidad ocasionada por múltiples achaques o enfermedades típicas de esa edad.

 

Una reportera del Toronto Star, Moira Welsh, ya en el año 2003 comenzó una serie de artículos llamados “Bitter End” (Fin Amargo) en los que describió un vistazo interno a la vida en estos hogares a los cuales llegaban ancianos en sus últimos años de vida, especialmente cuando ya no podían mantenerse por sí mismos.

 

"Se les deja en pañales llenos de heces o en ropa empapada de orina. Sufren de úlceras no tratadas que llegan hasta los huesos. Pasan hambre. Están heridos, algunos son abusados". El análisis básicamente demostró que los residentes estaban siendo descuidados en estos hogares a largo plazo. Hubo promesas de cambio emanadas de aquellas series, pero nunca hubo cambios reales.

 

Han transcurrido 17 años y Welsh ha continuado escribiendo sobre el tópico, revelando otras historias de abuso y negligencia que revelan problemas de orden sistémico. Y cuando la pandemia azotó duramente los hogares de ancianos y cuerpos militares fueron despachados a proveer asistencia directa en algunos lugares, después de algunas semanas en la primera línea los comandantes presentaron un reporte con evaluaciones condenatorias, lo que vino a refrendar en lo que la periodista mencionada había estado trabajando.

 

Welsh, ha escrito su próximo libro titulado “Happily Ever Older” “(Felizmente Siempre Mayor), que examina el cuidado de adultos mayores en Norteamérica y Europa y que inequívocamente da cuenta de la vulnerabilidad de estos centros de atención.

 

Todo lo anterior viene a ser corroborado con el trabajo realizado por Cathy Fooks, defensora de la salud, que fue nombrada para su cargo en junio pasado y a quien le impactaron quejas inquietantes sobre el impacto del covid-19, especialmente en un hogar a largo plazo para ancianos que obligó a los empleados, cuyo examen de contagio era positivo, a continuar trabajando en dicho lugar. "Muchas de las quejas del personal que recibieron eran de naturaleza muy grave", escribió Fooks en el informe de 31 páginas del cual el Toronto Star obtuvo una copia. Un breve resumen de lo que Fooks ha detectado y a su vez denunciado es lo siguiente:

 

 

•    Muchos de los horrores se describen por primera vez en un informe de los equipos médicos de las Fuerzas Armadas de Canadá llamados para ayudar en un puñado de hogares de ancianos donde los niveles de personal cayeron hasta un 20 por ciento debido a enfermedades y ausentismo impulsado por el miedo.

 

•    Este nuevo informe va más allá y detalla más de una docena de las 568 quejas sobre hogares de ancianos, hospitales, atención domiciliaria y comunitaria de marzo a julio, y las preocupaciones sobre los hogares de ancianos solo aumentaron en un impresionante 370 por ciento desde el mismo período de 2019.

 

•    En un hogar de ancianos, tantos miembros del personal estaban enfermos o ausentes por temor a su propia salud que "el personal restante trabajaba turnos de 15 a 18 horas y estaba exhausto", dice el informe.

 

•    "No hubo tiempo para contactar a las familias de los residentes para compartir información, y las familias no recibían notificación cuando un residente dio positivo", continuó el informe. “El personal, incluida la gerencia, no usaba Exposure Prone Procedures- EPP (Procedimientos Propensos a la Exposición) correctamente y algunos iban de una habitación a otra sin máscaras”.

 

•    Más de 1.900 residentes de hogares de ancianos y ocho trabajadores que los cuidaron murieron durante la pandemia, lo que representa aproximadamente dos tercios de las muertes de Ontario por COVID-19.

 

•    Muchas quejas se referían a la falta de comunicación entre los hogares de ancianos y las familias de los residentes, a quienes no se les permitió visitarlos por temor a que trajeran nuevas infecciones. Pero sin suficiente personal para cuidar a los residentes en hogares con brotes graves, hubo situaciones en las que las familias no pudieron averiguar el estado de sus seres queridos, especialmente aquellos con demencia o que no podían usar teléfonos o correo electrónico.

 

Sus recomendaciones incluyen nombrar un hospital o un socio similar para ayudar a cada uno de los 626 hogares de ancianos de Ontario con asistencia de gestión, prevención y control de infecciones, y personal para los brotes según sea necesario. También recomienda que todas las organizaciones de salud, como hogares de ancianos y hospitales, tengan un plan de contingencia de personal en caso de que no haya un gran número de empleados disponibles, y que todos los empleados reciban capacitación sobre control de infecciones y EPP.

 

Cathy Fooks dijo que también quiere mejores protecciones para los denunciantes de irregularidades para los trabajadores, que están a salvo de represalias en virtud de la Ley de Atención a Largo Plazo de 2007, pero solo en lo que respecta a las discusiones con los inspectores del Ministerio de Atención a Largo Plazo o las investigaciones forenses.

 

Las últimas estadísticas siguen demostrando la inevitable presencia de esta segunda ola del coronavirus. Por tal razón, nos seguimos preguntando si los horrores ocurridos en los hogares a largo plazo en los meses iniciales de la pandemia volverán a repetirse. Si así fuese, nos indicaría con claridad que los esfuerzos y la esperanza de derrotar la pandemia carecen de un fuerte respaldo de las organizaciones responsables de los hogares y la opción de integrarlos al sistema de salud de orden federal.

 


Fuente:
“The Toronto Star”, sábado 26 de septiembre de 2020.