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Consejo de Desarrollo Hispano.
Boletin 30. Octubre 29, 2020

Influenza y COVID 19 ¿Es posible distinguirlas?

por Ixchel Osorio Paz ( 1 )

Las infecciones respiratorias son las más comunes en el ser humano, debido a que su contagio ocurre durante las actividades cotidianas. Estas infecciones poseen varías características en común, para empezar todas se transmiten a corta distancia de persona a persona a través de gotitas de saliva y tienen una marcada estacionalidad (principios de octubre hasta principios de mayo). Estas infecciones pueden ser ocasionadas principalmente por dos tipos de microorganismos, las bacterias y los virus, siendo las enfermedades respiratorias causadas por bacterias menos comunes que las generadas por virus. Aunque son muy parecidas, existen algunos rasgos que permiten a los médicos establecer un diagnóstico adecuado entre ellas.

 

Enfermedades respiratorias de origen bacteriano

 

Una de las características más comunes en una infección respiratoria de tipo bacteriana es la presencia de secreción purulenta verdosa o amarillenta en la garganta, hay un aumento drástico en la temperatura corporal y el malestar es considerablemente mayor que en una infección de tipo viral. Aunque las infecciones respiratorias provocadas por bacterias pueden representar un riesgo mayor, existe un tratamiento eficaz para controlarlas a través del uso de antibióticos.  Algunos ejemplos de infección respiratoria por bacterias son: la difteria, la tos ferina y la tuberculosis.

 

Adicionalmente, existen infecciones respiratorias bacterianas de tipo “oportunista”, estas infecciones se asocian principalmente a enfermedades virales, en donde la persona que la padece disminuye sus defensas inmunológicas, oportunidad que toman las bacterias para invadir. Dentro de las bacterias oportunistas más comunes en el sistema respiratorio está Streptococcus pneumoniae mejor conocida como neumococo, la cual provoca neumonía.

 

Enfermedades respiratorias de origen viral

 

Por otro lado, las infecciones respiratorias ocasionadas por virus son mucho más comunes, estas son descritas, la mayoría de las veces, como padecimientos leves, suelen curarse con descanso y en algunas ocasiones con el uso de antivirales. El tratamiento médico para este tipo de infecciones puede ser un poco más complicado, debido a la estrecha relación que establecen los virus con nuestras células. Sin embargo, raramente las enfermedades virales son mortales en adultos sanos y para la mayoría de las enfermedades víricas más peligrosas existen ya vacunas eficaces.

 

Dentro de las enfermedades respiratorias víricas más comunes están la gripe (o influenza) y el resfriado común.

 

El resfriado común y la gripe

 

Es muy usual que exista una confusión entre estas enfermedades y aunque son muy parecidas son ocasionadas por virus distintos y sus síntomas nos permiten diferenciar entre ellas (tabla 1). El resfriado común es una afección frecuente en niños y adultos provocada principalmente por virus llamados rinovirus (75 %), coronavirus (15 %) y por otras variedades de virus entre ellas los adenovirus (10 %). Dentro de los síntomas más comunes de un resfriado común están: rinitis (inflamación de la región nasal), obstrucción y goteo nasal, así como malestar general. El resfriado común no representa una enfermedad de gravedad y generalmente se cura de manera espontánea.

 

La gripe o influenza por otro lado, es ocasionada por otro tipo de virus llamados ortomixovirus dentro de los más comunes tenemos los subtipos: influenza A, B y C. Estos virus están cubiertos por lípidos y proteínas llamadas hemaglutinina y neuraminidasa, estas proteínas son los antígenos que activan a nuestro sistema inmune en caso de ser reconocidas. Esta información es importante para entender de donde surgen los nombres que hemos visto o escuchado últimamente, tales como “influenza H1N1”, estas siglas se deben a la variación de las proteínas hemaglutinina (H) y neuramidasa (N) que cubre a los ortomixovirus.    Debido a la alta tasa de mutación de estos virus, sus antígenos (H y N) cambian continuamente, generando diferentes subtipos que pueden no ser reconocidos por nuestro sistema inmune.

 

Como dato curioso, cuando los italianos se enfrentaron a una epidemia de gripe creyeron que se debía a una influencia astral y le dieron el nombre de influenza. Actualmente suele existir confusión con los términos gripe e influenza y es común que sean disociados, sin embargo, se trata de la misma enfermedad.

 

Dentro de los síntomas más comunes de la gripe se incluyen: fiebre repentina durante 3 o 7 días, escalofríos, dolor de cabeza y malestar general, en algunos casos también puede presentarse diarrea y vómito. La recuperación suele ser rápida y espontánea, sin embargo, pueden presentarse consecuencias serias de una gripa, pero estas son ocasionadas principalmente por la invasión de bacterias oportunistas que aprovechan la disminución en las defensas inmunes provocando neumonía como se explicó previamente.

 

Tabla 1. ¿Es un resfriado o una gripe?

Tomado y modificado de: Madigan M.T, Martinko J.M., Parker, J., Brock Biología de los Microorganismos, 8a edición, Prentice Hall IBERIA, Madrid, 1999.

 

A lo largo de la historia de la humanidad la gripe ha provocado numerosas pandemias que han cobrado la vida de millones de personas (tabla 2); quizá dentro de las más conocidas están la gripe española y la que posiblemente todos recordamos, aunque por el territorio que alcanzó realmente no llegó a ser una pandemia, es la llamada influenza H1N1 que apareció en México en el año 2009. Las pandemias de gripe o influenza ocurren cuando aparece por mutaciones azarosas y comunes en la naturaleza, una cepa de virus nueva cuyos antígenos (moléculas reconocidas por el sistema inmune de los humanos) son diferentes de todas las cepas anteriores, por lo que no existe inmunidad ante este nuevo virus y entonces la enfermedad se propaga rápidamente a través de todo el mundo (exactamente como lo que sucede actualmente con el virus SARS-COV 2 y la enfermedad COVID 19).

Aunque el diseño de vacunas contra la gripe común es difícil, debido a que los antígenos de estos virus no persisten a lo largo del tiempo, existe actualmente una vacuna efectiva que contiene los antígenos de las cepas de virus más comunes (la vacuna trivalente contiene los antígenos de 2 subtipos del virus de la influenza A y 1 del virus de la influenza B), este tratamiento ha sido eficaz en la prevención contra la gripe en población vulnerable tales como los adultos de la tercera edad.

 

Tabla 2. Pandemias de gripe más conocidas.


COVID 19

 

Esta enfermedad surge debido a la infección por un nuevo tipo de coronavirus llamado SARS-Cov2, el cual brotó en diciembre del 2019. A diferencia de la gripe cuyos síntomas se presentan en los primeros 3 ó 4 días, el período de incubación del coronavirus SARS-Cov2 ocurre en períodos más largos (de 7 a 15 días) y es posible el contagio antes de que inicien los primeros síntomas. Los síntomas descritos para el COVID 19 se enlistan en la tabla 3. Estos, lamentablemente, son muy parecidos a los que encontramos en la influenza y en otras enfermedades respiratorias. Dentro de los que podríamos remarcar como diferentes están: la pérdida de los sentidos del gusto y el olfato, así como la falta de aire, sin embargo, es posible encontrar estos síntomas también en gripes fuertes.

 

Tabla 3. Síntomas del COVID 19

 

Ante la pregunta ¿Es posible distinguir entre la influenza y el COVID19?

 

A través de los síntomas no es posible. La única manera en la que se podrá diferenciar de manera cierta entre estas dos enfermedades es a través de pruebas biológicas realizadas por el personal médico.

Por último, es importante recordar que ambas afecciones pueden representar un riesgo importante para población vulnerable, como es el caso de las personas de la tercera edad, por lo que se recomienda mantener medidas de prevención, las cuales para nuestra suerte, sirven para prevenir cualquier padecimiento infeccioso respiratorio, estas son: evitar cambios bruscos de temperatura, uso de cubre bocas, lavado de manos con agua y jabón continuamente, evitar tocarse la cara, ojos, nariz y boca con las manos sucias, mantener una distancia adecuada entre personas y evitar aglomeraciones. La vacuna contra la influenza estacional debe considerarse como una medida imperante para personas de la tercera edad.

 

( 1 ) Ixchel Osorio Paz es Doctora en Ciencias