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Boletin 30. Octubre 29, 2020

Viñeta Número 30
Rutinas que cambian

por Luis Carrillos

Apreciadas amigas y apreciados amigos, antes de comenzar con la escritura formal de las viñetas quiero compartir algo con ustedes. Este fin de semana me alejé de mi acostumbrada rutina. El sábado mi mañana tiene que comenzar con llenar dos crucigramas, leer el periódico, regar las plantas, y por supuesto trabajar en estas líneas. El domingo, lo mismo con el crucigrama dominical y la lectura del periódico. En estos dos días, el desayuno varía de la avena con frutas a los plátanos fritos con frijoles fritos o sancochados con crema y tortillas tostadas el sábado. Huevos picados y casamiento (frijoles fritos con arroz) y crema el domingo.

Pues bien. Lo que sucedió fue un cambio de ‘rutina en la rutina’, valga la redundancia. Y para sacar la pata, voy a hacer el esfuerzo de explicar lo que digo.

Como muchas y muchos de ustedes son, soy también un lector asiduo. Los temas de mi preferencia varían de acuerdo a mis intereses del momento. Por ejemplo, en unas viñetas anteriores hablábamos de aves migratorias, sus especies y sus rutas. Entre la literatura que he estado estudiando está el material de la autora inglesa Helen Macdonald. Ella es especialista en el tema de aves de presa y el libro que al momento leo es Falcon (Halcón), y lo que esta ave de rapiña ha representado en el mundo de la diplomacia por milenios.  Sin embargo esta lectura la puse de lado para leer ficción de drama y suspenso en corte de ley criminal. Mi autor favorito de ese género es John Grisham, “novelista, abogado, político, y activista, mejor conocido por sus populares novelas de suspenso legal. Sus libros han sido traducidos en 42 lenguas y publicados alrededor del mundo”.
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Sus más de cuarenta libros dominan los estantes de mis libreras y cuando sale uno nuevo, engulle mi tiempo y domina mi atención, y lo convierte en el autor en la lengua inglesa que más he leído de todos los tiempos, desde su primera novela A Time to Kill (Hora de Matar), a su última del momento: A Time for Merci (Un tiempo de piedad). En inglés, al igual que Grisham, he tenido otros autores favoritos en diferentes géneros: clásicos, históricos, políticos, románticos, ‘westerns’ (de vaqueros), los llamados “trash” –basura-, etc. Otros favoritos son: John Steinbeck, Ernest Hemingway, James Michener, Leon Uris, Leon Tolstoi, Dostoievski, y otros. Sin que se me olvide el The Catcher in the Rye (El guardián en el centeno) de J.D. Salinger, que en Canadá ha sido y es ampliamente leído.                                             
Entre los escritores canadienses mencionaré unos: Farley Mowat, Joseph Boyden, Pierre Berton, Peter Kinsella, Michael Ondaatjee, entre otros.

En mis lecturas siempre he dado preferencia a novelas escritas por mujeres y donde las mujeres son los personajes principales o las heroínas. El respeto y admiración por la ‘mujer’, me fue implantado por mi madre, que crió por sí sola a una prole de seis: mis cinco hermanas y yo. Cuando tuve siete años ella me enseñó a hacer arroz frito.
 

Mi favorita en ingles de este género es la trilogía de la novelista inglesa Bárbara Taylor Bradford: Una Mujer de Sustancia – Ser La Mejor – Sostener el Sueño (de soñar). Otras escritoras inglesas que admiro son las cuatro hermanas Bronte que vivieron en la primera mitad del siglo 18 y que para  que se publicaran sus trabajos escribían con seudónimos masculinos. Entre ellas, y quizás la más famosa en mi opinión es Emily que escribió   Wuthering Heights (Cumbres Borrascosas) bajo el seudónimo de Ellis Bell. Otra de las novelas que me gustó mucho fue The Stone Diaries –Los Diarios de Stone- de la novelista canadiense Carol Shields nacida en los EUA. (…es la historia de una mujer ‘común’ en su jornada a través de la vida…) Stone es el apellido del carácter principal de la novela. 
En español, en este mismo género, una de mis novelas favoritas es Como agua para chocolate de Laura Esquivel.   … “una novela de amor que relata la vida de una muchacha (Tita) que sufre a causa de las tradiciones antiguas por ser la hija más pequeña la que tenía que cuidar a su madre.” Tita el personaje principal es mi heroína. Ella dice que la comida le queda rica porque cada vez que cocina lo hace con  amor.
Otra novelista es Reyna Grande, con su trilogía
A través de cien montañas, Bailando con las mariposas, y La Distancia Entre Nosotros.  Es un material recomendable para leer dada la situación que se vive en la frontera México/USA. Con el siguiente extracto quiero argumentar el por qué:

Reyna Grande se crió en la localidad mexicana de Iguala (Estado de Guerrero) en condiciones de extrema pobreza. Cuando contaba con 4 años, su padre emigró a los Estados Unidos en busca de trabajo. Poco después, su madre haría lo mismo, dejando a Reyna y sus hermanos al cuidado de su abuela. Siendo todavía una niña, la citada autora cruzó la frontera de Estados Unidos-México de manera ilegal para instalarse en Los Ángeles con su padre. Fue el primer miembro de su familia en obtener un título universitario, un camino marcado por un sinfín de dificultades.
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En español, de los escritores masculinos, Gabriel García Márquez es de quien he leído más. Comenzando con Cien Años de Soledad que leí allá a mediados de los años setenta, hasta Vivir para Contarla, hace poco menos de un año, antes que comenzara la pandemia. De don Miguel Ángel Asturias leí la mayoría de sus obras y es difícil decir cuál fue mi preferida. Sí gocé mucho su trilogía El Papa Verde, Viento Fuerte, y Los ojos de los enterrados.  De Mario Vargas Llosa leí bastante también, comenzando con La Ciudad y los Perros, también por los setentas“El causante de la violencia (dominante): el  Jaguar,( 3 )  para mí es el personaje más destacado en la novela. Décadas más tarde a mediados de los noventas en el Parque de Christie en Toronto me encontraría a muchos ‘Jaguares’ en las cuatro pandillas que poblaban el lugar.  Ese era su “cuartel Leoncio Prado.” 

No puedo terminar esta narrativa sin dejar de mencionar a Don Quijote de la Mancha de Cervantes, “El Manco de Lepanto”. Hubo más autores poetas, y ensayistas de diferentes países de nuestra América que leí y me tomaría mucho tiempo nombrar a ellos y sus trabajos: Isabel Allende, Gabriela Mistral, Claribel Alegría, Julio Cortázar, Augusto Roa Bastos, Jorge Amado, Carlos Castaneda, Roque Dalton, Manlio Argueta, y más… y más. Tenemos una gran riqueza cultural y literaria. Probémosla.   Gocémosla.

¿Pero para dónde va con esto señor de las viñetas? Se preguntarán ustedes. Ahorita les digo. Y tiene que ver con John Grisham y su última novela: A Time For Mercy (Un tiempo de piedad), como mencioné al principio.

La cosa comienza con este miércoles 14 de octubre, cuando en el desayuno me da por chequear las noticias en el Google y lo primero que veo es la foto de Grisham, en lo que mis colegas de Línea Uno llaman “la bajada”: “John Grisham Brings Back His Hero Jake Brigance for a Third Case.” (John Grisham trae de nuevo a su héroe Jake Brigance para un tercer caso).

“Qué raro que no lo he visto en el listado de la sección de libros en los periódicos del fin de semana,” me digo. Yo, siendo como mencioné un gran aficionado a sus novelas, decidí que iría a la librería más grande de la ciudad a buscarlo. “Dicho y hecho” como decimos por allá.  Fui, lo encontré, y lo compré. Y tan pronto como iba en el subterráneo, puse a un lado el libro Falcon que andaba leyendo y comencé con el nuevo.

Los siguientes dos días, jueves y viernes leí un poco entre las tareas de consejería, y de este Boletín. Sábado y domingo fueron los dos días de “binge – read” - lectura compulsiva-, de acuerdo a un artículo en el sitio web (bookbub.com)  el perfil del lector compulsivo puede ser:

No lo niegue: Una vez que usted ha tomado un libro, usted no puede dejarlo hasta que haya leído la última palabra – aunque esto signifique  eludir todas las responsabilidades de adulto  como dormir. De hecho, algunas veces usted se mete tanto en la historia, que hasta se le olvida comer…o a veces hasta respirar. Usted no entiende a las personas que se toman semanas para terminar de leer un libro cuando usted literalmente lo termina en horas. ¡Nosotros estamos acá para decirle que usted no está solo! (bookbub.com)
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Sábado y domingo de Lectura Compulsiva

Eso es lo que me pasó este fin de semana. El sábado comencé a leer a las 4 de la mañana, suspendí para ir a traer el periódico; un desayuno rápido leyendo; lo mismo en el almuerzo; continuar con “la nariz en el libro” como decía mi mamá. La cena no fue diferente, y a las 9:00 PM que ya veía nublado deje de leer. Me metí en la historia que deje de leer el sábado a la hora mencionada  y resumí el domingo a las 4:00 de la mañana hasta las 6:00 que me fui a caminar. La verdad es que la caminata sólo fue de un poco más de media hora para comprar el periódico dominical, y de vuelta a un desayuno rápido. Y a continuar con la lectura.

El leer compulsivamente sólo me sucede con novelas de ficción, porque quiero saber cómo va avanzando la novela. En el caso de ¨Hora Para Mostrar Misericordia¨, la trama trata el abuso doméstico, donde un adolescente de dieciséis años defendiendo a su mamá y su hermana toma la ley en sus manos contra el abusador, que no era su padre, quitándole la vida y por ello está siendo juzgado. Lo dramático en la historia es la estrategia del abogado defensor y el léxico en los argumentos que utiliza para convencer a los miembros del jurado que el joven no es culpable. Y, por otro lado, lo mismo que hace el fiscal para un veredicto opuesto.

Pastel Legal Agarrador

Como resultado de lo ‘agarrador de ese pastel legal’ por ratos me sentía como el abogado y por otros pensaba como consejero del muchacho, y de la familia como grupo. A qué agencias o centros, o a qué colegas profesionales los referiría para que se les diera apoyo y tratamiento a la situación para su sanación y así poder dar cierre a sus sufrimientos. Por ratos pensaba como si yo fuera miembro del jurado y qué argumento presentaría a los demás miembros en vía de persuadirlos y que, aunque probado que el chico era el responsable de la acción, este no era culpable. Las circunstancias me inclinaban a pensar como tal. Por otro lado, si el veredicto lo declara culposo, ese joven enfrentaría la pena de muerte.

Esto de ‘pastel legal’ es mi invento. Le llamo así porque, aunque es ficción, la narrativa está llena como los pasteles de comida que requieren de muchos ingredientes que se van añadiendo en forma gradual y medida.  Y por último horneado metódicamente. Los ingredientes de este pastel preparado por Grisham son de carácter legal, social, cultural, familiar, de género, y de humanismo.

El entrar a leer en la forma que lo describo acá, puedo afirmar que para mí fue un bienvenido ejercicio. Que, aunque intenso, me trajo a la memoria mis días, allá a finales de los 90 y a la primera década del 2000, de asistencia y participación en las cortes juveniles, acompañando a familiares, la mayoría de las veces las madres de muchachos acusados de diferentes delitos criminales. 

Sopa caliente y tortillas para volver a la realidad

Me metí tanto en la historia que no hubo lectura del periódico y tampoco la solución de crucigramas que es una costumbre sabatina y dominical obligada y enraizada en mí desde hace muchos años. También si usted me pregunta si los días fueron soleados o nublados le diría que no recuerdo.  Finalicé de leer la novela al mediodía del domingo. De pronto ese momento me di cuenta que era hora de almuerzo. 
                                                                               
Les cuento a los colegas de Línea Uno que para volver a la realidad me hice una sopa de hueso de res con bastantes verduras: huisquil, zapallitos, yuca, coliflor, y berenjena. Sazonada con apio, ajos, cebolla, perejil y albahaca.  Me la tomé humeante con bastante limón y un poco de picante; y con tortillas calientes que hice mientras se cocinaba la sopa.  Un día de esos cuando pase la pandemia les invito a compartir.

El leer compulsivamente es una tendencia que, aunque no sucede a menudo he tenido durante más de sesenta años desde que mi mamá me ensenó a leer. Mi primer ’binge’ lo tuve con el libro Corazón de Edmundo De Amicis. Mi primo José Luis (QPD) me lo prestó, me fui a esconder detrás de un inmenso árbol de mango y como decimos allá “me lo devoré.” No me recuerdo en cuanto tiempo, pero si le hice pasar un susto a mi mamá porque me desaparecí por largo tiempo.  De especial interés me pareció el relato de los Apeninos a los Andes. Creo recordar que hasta eché mis lagrimitas mientras leía.

Otras Lecturas

Unos años después fue con las Aventuras de Salgari; las aventuras de Tom Sawyer. Después La Madre, de Maxim Gorky, y ya en Canadá Gone with the Wind
(Lo que el viento se llevó). En ingles primero, y en español después. En inglés son 862 páginas con un tipo de letra bien fino y en español un poco mas de 1500 páginas. También, al igual que este pasado fin de semana en esas ocasiones perdí la noción del tiempo hasta que leí la última palabra. Ha habido muchos más, unos más que otros. Sin embargo, en unos he tardado hasta semanas, y otros que no logro pasar de las primeras cincuenta páginas.

Doña Mary

Le cuento a Doña Mary de mi chupe de lectura este pasado fin de semana: que dejé de leer un libro sobre aves de rapiña, que lo vengo leyendo de diez a veinte páginas por día, por uno apasionante de ficción en justicia criminal. Ella me responde que también tuvo un fin de semana intenso de lectura. “Puse a un lado la novela que estoy leyendo titulada El nombre de la rosa de Humberto Eco para leer parte de uno de los dos inmensos, tomos de tiras cómicas de Charlie Brown.” Es el regalo que recibió, dice ella, de sus nietas por su reciente cumpleaños. “Me divertí mucho. Me encanta Charlie Brown,” me dijo. “Son tan bonitos los muñequitos, que no quiero terminar de leerlos. El Nombre de la rosa es educativo, lo mete a uno en el tema histórico de la inquisición más y más. Eso educa. Charlie Brown en cambio, me distrae y me relaja. También Mutts, y Archie. A Eco por supuesto que lo continúo leyendo, pero tomándome mi tiempo”.

Cierre

Quiero darle cierre a este número que me permití hablar de libros y de los efectos que unos han tenido y tienen en mi vida de lector, educador, investigador, contador de historias, y consejero, por mencionar algunas. Lo que ha exigido eclecticismo en la lectura es la consejería. He tenido clientes que quieren conducir las sesiones basadas en lo que a estas personas les gusta leer. Esto incluye variados géneros, por ejemplo, horror, ciencia ficción, ciencias políticas, ciencias sociales, ficción histórica, etc.                                         Con esto he querido mostrarles una de las ventanas más amplias en mi mundo. Gracias y hasta la próxima.

Notas:

( 1 )   John Ray Grisham Jr. is an American novelist, attorney, politician, and activist, best known for his popular legal thrillers. His books have been translated into 42 languages and published worldwide. Wikipedia

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2 )   Wikipedia

( 3 )   HYPERLINK "http://www.academia.edu" www.academia.edu
( 4 )   Don’t deny it: Once you pick up a book, you can’t put it down until you’ve read every last word — even if it means shirking all adult responsibilities like sleep. In fact, sometimes you get so immersed in a story, you forget to eat… or even breathe. You don’t understand people who take weeks to finish a book when you can literally finish one in hours. We’re here to tell you that you’re not alone! Check out these hilarious images that perfectly describe your binge-reading habits. (bookbub.com)