Distinguidos lectores de nuestro boletín semanario Línea Uno:
Hace exactamente 30 semanas comenzamos la publicación de este instrumento de comunicación de nuestra comunidad para nuestra comunidad con la claridad de objetivos que frente a la pandemia y lo desconocido de este fenómeno comenzábamos a vislumbrar. Obviamente no teníamos ni la evidencia científica que explicara el fenómeno ni conocíamos cuanto tiempo duraría esta situación. Solo entendíamos que para poder sobrevivir debíamos hacerlo juntos, en solidaridad, con optimismo y una unidad de voluntades.
En nuestra cultura siempre lo reiteramos, la unidad hace la fuerza, a la vez que haciendo cosas juntos podemos llegar más lejos. Además de hacer lo básico como trabajadores sociales y trabajadores de la comunidad también comprendimos que en circunstancias no solo bastaba el análisis técnico ni erudito. De nuestra propia cultura el optimismo y el humor también son componentes de nuestra actividad diaria y profesional. Por lo tanto, en medio de sobrevivir a los hechos e informaciones durísimas del costo humano de las víctimas, de nuestras familias, de nuestros adultos mayores, de quienes ya no están por este flagelo que ha marcado la humanidad, todavía nos encontramos hoy usando nuestras habilidades físicas y emocionales para seguir animando el trabajo en la comunidad.
Esta publicación en su número 30 incita a reflexionar en los lugares donde hemos estado, y las experiencias de las cuales hemos sido testigos en el barrio, en el trabajo, en la organización social, en la casa y en la familia… en la oficina del parque, para poder conversar. Como lo asumimos inocentemente en un principio, esta publicación sería una bitácora en la vida de nuestra comunidad en Toronto. No podría decir, que hemos logrado todo lo imaginado inicialmente pues no conocíamos la magnitud del desafío. Lo único que podríamos decir con certeza es que hasta hoy hemos estado cada semana con la intención de matizar con un grado de gentileza y un grado de humanidad esta experiencia que marcará nuestra generación… y de que estuvimos… quedaran para la historia los comentarios, las viñetas, las fotos de amaneceres, la vida del barrio, el parque, los animalitos que se tomaron de vuelta sus espacios, y nosotros, autollamados “boletineros”, observando con una esperanza en el alma.
En solidaridad