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Boletin 35. Diciembre 3, 2020

Algo está pasando en la juventud de nuestro tiempo

por Rodrigo Briones

Esta generación de jóvenes puede ser la primera en la historia moderna que no lo haga tan bien como sus padres.  Los cambios en la economía, la naturaleza del trabajo y el empleo a largo plazo, así como los golpes destructivos de las crisis ambientales y de salud han devastado las expectativas de los jóvenes para sus vidas de maneras que sus padres y abuelos podrían no reconocer.

 

En una encuesta realizada en 2019 por 55.000 estudiantes de secundaria canadienses, el 37% de los encuestados describió los problemas relacionados con la carrera como traumáticos, y el 44% dijo lo mismo de su situación financiera. (1)

 

Recientemente el Toronto Star compartió una nueva investigación, que tomó un año, en la cual se hicieron más de 200 entrevistas, se revisaron miles de documentos y más de cien estudios académicos tratando de entender el por qué.

 

En entrevistas con 152 jóvenes que han experimentado algún desafío de salud mental, 90% de ellos han padecido de ansiedad, 80% depresión, 62% ha considerado dejar la escuela y el 48% ha contemplado el suicidio.

 

Las más de 6 mil encuestas realizadas a estudiantes post-secundarios en Canadá y Estados Unidos muestran que el 43% ha dicho que los servicios de atención a la salud mental en sus instituciones no responden a sus necesidades. El 59% manifestó que el clima del campus universitario es estresante. Un tercio de ellos han dicho que han tenido que esperar semanas y hasta meses para que su caso sea considerado. ( 1 )

 

En medio de una explosión generacional en las demandas de salud mental, una pregunta persiste en todas las estadísticas sobre la depresión juvenil, la ansiedad y las fantasías de suicidio: ¿por qué está sucediendo esto? Muchos creen que se ha reducido el estigma relacionado con la salud mental como una razón para el creciente número de jóvenes que se acercan a buscar ayuda.

 

Hace unos años creamos la Coalición por la Salud Mental con un grupo de trabajadores sociales de distintas disciplinas. Las preguntas persistentes eran cómo hacer para sacarle el estigma a la salud mental y cómo dar respuesta a la demanda de atención y servicios. En ambos casos, la respuesta no alcanza lo que tenemos para cambiar la situación de los jóvenes de la comunidad Latino Hispana, en particular.

 

"Los jóvenes, en cierto sentido, están guiando el impulso hacia la des-estigmatización", dijo la psiquiatra Juveria Zaheer. "Ese activismo, y seguir adelante es increíble, pero también ilustra esta brecha entre la conciencia que aumenta a un ritmo más rápido de lo que están disponibles los servicios".

 

En la amalgama de notas de los suicidas, Zaheer y sus colegas encontraron varios puntos de contacto que finalmente fueron publicados en 2018. Los autores de las notas se culparon a sí mismos por llevar adelante tratamientos psiquiátricos infructuosos. Expresaron la necesidad de imponerse a través del suicidio. Y escribieron sobre el agotamiento después de años de luchar contra una enfermedad a la que muchos se referían como una fuerza oscura en sus vidas, que no podían superar.

 

Un artículo publicado en el Canadian Medical Association Journal en febrero habla sobre el uso de teléfonos inteligentes y redes sociales en el aumento de la "angustia mental, el comportamiento auto lesivo y las ideas de suicidio entre los jóvenes”. ( 2 )

 

Por su parte, la psicoterapeuta Evelyn Kachanovzky marca la diferencia entre los jóvenes de hoy y las generaciones precedentes. ¨Las características de la adolescencia, de por sí, ya es bastante difícil, por los cambios físicos y emocionales. Muchas veces el joven ha tenido la fantasía de lo triste que estarían nuestros padres si algo nos llegase a pasar. En el adolescente el aparato psíquico todavía esta en formación y es difícil poner en palabras este cúmulo de emociones y entonces algunas veces se pasa al acto, como imposibilidad de poder procesar todos los sentimientos¨.

 

Kachanovsky también explicó que ¨hay que tener en cuenta que ahora hay más espacio para que este tipo de problemáticas se puedan expresar, y está bien que así sea, pues esto permite su tratamiento. Antes estaba muy escondido, muy tapado, ahora se habla. Hoy vemos un proceso de “des-estigmatización”, hoy se habla más de esto. Debe de haber muchas razones ya verificadas para que sea así. Algunas, por ejemplo, son el impacto del social media y del bullying, que pasó de ser algo de persona a persona para ser algo que está en la red; la viralización, con el peso y la significación que adquiere, o el impacto del sexshaming (vergüenza por el sexo). Antes esto podía ser un rumor, pero hoy con la cámara a mano hay evidencia¨.

 

Según un estudio de 2016 del Centro de Investigación en Medios de Comunicación, Tecnología y Salud de la Universidad de Pittsburgh,

el mayor número de usuarios de las redes sociales, entre los de 19 a 32 años, tenía "significativamente mayores probabilidades de depresión" en comparación con los usuarios menos frecuentes.

 

De acuerdo con otro estudio citado por el Toronto Star, realizado con 148 estudiantes, los factores estresantes que más afectaron su salud mental son:

 

Carga de trabajo #102       (68,9%)

Presión por fechas límite #77       (52%)

Problemas familiares #75       (50,7%)

Aislamiento #74       (50%)

 

Según la académica chilena, Dania Cabrera, de la Universidad San Sebastián, cuando un joven ingresa a la universidad cuenta con largos años de escolarización que le han familiarizado íntimamente con el sistema escolar, con la significativa diferencia de que en la educación superior la capacidad de autogestión será crucial. Para bien o para mal, el control externo de cómo el estudiante gestiona su tiempo y prioridades disminuye, estando ahora en sus propias manos la responsabilidad de decidir qué hacer y cuándo hacerlo, debiendo asumir en forma personal las consecuencias de esas decisiones.

 

El estudiante se verá inmerso en un mundo de múltiples oportunidades y estímulos, como también de múltiples exigencias, en que cada asignatura le demandará tiempo, esfuerzo y, sobre todo, participación activa en que la que deberá en muchos casos reconocer, movilizar e inclusive desarrollar habilidades y conocimientos que hasta ese entonces no eran evidentes, no estaban desarrollados o no fueron necesarios. ( 3 )

 

En el ámbito canadiense, Caro Castro quien es estudiante de doctorado, consejero clínico y profesor en el College, opinó que “la falta de flexibilidad de los profesores, que no terminan de incorporar la idea de que los jóvenes vienen de un tipo de educación que les ha hecho la vida fácil y que no han desarrollado espíritu crítico genera un ambiente académico de mucha exigencia que no puede ser procesado y que da lugar como mínimo a mucho estrés. Y cuando hablamos de poblaciones vulnerables lo que vemos es que el sistema no los contiene. Por el contrario, cuando uno como docente genera espacios de confianza para resolver las dificultades, los estudiantes no están acostumbrados a que se confié en ellos. “En este momento el sistema terciario y la universidad muestra una barrera muy seria, los alumnos tienen cuatro o cinco trabajos que presentar y todos al mismo tiempo. Esto habla de una falta de organización por parte de las instituciones”, remarcó Castro.

 

En los meses transcurridos desde el comienzo de la pandemia los servicios telefónicos dedicados a la salud mental en Canadá han visto un crecimiento enorme. Los sentimientos reportados de desesperanza y ansiedad han aumentado considerablemente también entre los jóvenes, y esto es un tema corriente de discusión en las instituciones que atienden esta problemática.

 

Otro de los aspectos que me impactó cuando supe de esta investigación del Toronto Star, fue el hecho de que de 152 estudiantes post-secundarios entrevistados, el 49% mencionó la "angustia existencial" sobre cuestiones como el cambio climático y la estabilidad económica futura, como un factor de estrés.

 

Siempre los jóvenes han tenido que enfrentar un futuro incierto. Hoy es el cambio climático y durante la posguerra en Europa lo fue la amenaza nuclear o durante los 80, en muchos países de Latinoamérica, la brutalidad de las dictaduras militares y las guerras. La pandemia pone el sello de este tiempo y seguimos sumando.

 

Quizás la presión por el éxito inmediato, la fortuna desbordante que los medios de comunicación nos muestran de manera obscena se transforme en un acicate adicional. Quizás sólo sea como me dijo el padre de una adolescente que acaba de terminar la universidad, “sólo se trata de vivir.”

 

Por tanto, el estudiante como su familia deberá saber que la obtención del título implica tanto dominar los conocimientos y destrezas propios de la disciplina como también gestionar en forma autónoma los propios tiempos, las prioridades, saber postergar la satisfacción inmediata de necesidades en pro de objetivos de mayor impacto, saber conocer y encauzar las propias emociones, de modo que propicien y no entorpezcan la disposición de los propios recursos. Todo lo anterior se adquiere en un proceso de adaptación en que los logros suelen no ser inmediatos, en que la frustración es parte del camino y que, por lo tanto, el apoyo de familia y amigos será fundamental. (3)

 

“Todos hemos tenido - dice Kachanovzky - la ilusión cuando niños de que voy a inventar algo y me haré millonario. Esto de ser a través de lo que se tiene, mensaje que nos viene acompañando desde hace mucho tiempo es una quimera, porque uno no es a partir de lo que tiene. Y las presiones de hoy, los medios sociales, que impone que uno se informe y se desinforme ya, con total rápidez, sumado a la tecnología que cada seis meses nos ofrece un nuevo modelo de teléfono”.

 

Cuando evaluamos la necesidad de reflexionar sobre el impacto en la salud mental de los jóvenes, uno de los aspectos centrales está relacionado con el futuro, esto que solo es posible construir a medida que vamos caminando. Como dijo el poeta, se hace camino al andar. Pero también es nuestra responsabilidad dejar las bases para que sea posible su construcción, y en esto radica nuestra responsabilidad como padres, educadores, trabajadores comunitarios y ciudadanos comprometidos.


Notas:  

(
1 )    Toronto Star:   From increased academic stress to long waits for help, these graphics show how youth are struggling with mental health   >> LINK HERE

( 2 )   Toronto Star:    What’s fuelling the mental health crisis in young people? Here are four key stressors.   >> LINK HERE

( 3 )   Instituto de Políticas Públicas en Salud, Universidad de San Sebastián, Chile:  
¿A qué se enfrenta un joven cuando ingresa a la universidad?  >> LINK HERE