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Boletín 38. Enero 15, 2021

Con las vacunas no se termina la pandemia

por Rodrigo Briones

“La pandemia no va a terminar con el inicio de la campaña de inmunización,” según la Dra. Alison McGeer, especialista en enfermedades infecciosas del Hospital Mount Sinai de Toronto. La médica, que trabajó en primera línea durante el brote de SARS de 2003, sostuvo que con la vacunación “vamos a pasar de la fase aguda gradualmente”.

 

Las primeras vacunas prometedoras están aquí, pero no te deshagas aún de las mascarillas ni del desinfectante de manos. Vale la pena celebrar las vacunas, pero la pandemia no ha terminado y no terminará por algún tiempo todavía. De hecho, las semanas más difíciles aún están por llegar para muchos canadienses, mientras luchamos contra la fatiga pandémica durante los meses más fríos y oscuros del año, con crecientes casos de COVID-19 y Ontario, de momento bloqueado hasta nuevo aviso.

 

Los hospitales, que se salvaron en gran medida de verse abrumados durante la primera ola de la pandemia, ahora muestran signos de una tensión creciente en zonas de Ontario y en el resto del país. Alberta ha pedido ayuda a la Cruz Roja y al gobierno federal con hospitales de campaña. En Ontario las admisiones por COVID-19 superan ampliamente la cantidad de enfermos que vimos en la primera ola.

 

El comienzo de la campaña de inmunización no cambiará eso, aunque las cosas deberían mejorar gradualmente a lo largo del año a medida que se vacunen más personas, especialmente los más vulnerables y los trabajadores de la salud. Pero, incluso a medida que llegan nuevos datos, hay más que aprender sobre qué tan bien y qué tan rápido funcionan las vacunas y, lo que es más importante, qué tan efectivo será el complejo despliegue de vacunas en todas las provincias.

 

Acerca de cuándo terminará la pandemia es demasiado pronto como para decirlo y dependerá de demasiados factores, aún desconocidos. Pero es probable que la pandemia cambie mucho antes de que termine, lo que podría tardar un año o más.

El gobierno federal ha dicho que la mayoría de los canadienses que quieren vacunarse lo estarán haciendo a más tardar en septiembre de 2021, aproximadamente a tiempo para un nuevo año escolar.

 

Incluso con datos cada vez más prometedores de los fabricantes de vacunas y la entrega de vacunas antes de lo previsto, el objetivo del comienzo del año escolar parece cada vez más optimista.

 

Los más vulnerables, incluidos los residentes de cuidados a largo plazo y las personas que los cuidan, están entre el primer grupo. Ya se han vacunado miles de trabajadores de cuidados a largo plazo. Aquí en Ontario se han vacunado ya casi 200 mil personas. La segunda fase capturará a gran parte de la población aún sana de la provincia, pero podría tardar en completarse varios meses a medida que las dosis vayan llegando.

Y luego, en 2022, la inmunización continuará en una forma más normal, ofrecida en farmacias, consultorios médicos y clínicas de salud pública como es anualmente la vacuna de la influenza conocida como flu. 

 

Pfizer desarrolló una vacuna basada en ARNm con la empresa alemana BioNTech. Los resultados de su ensayo mostraron que la vacuna fue relativamente efectiva (52 por ciento) para proteger a las personas dentro de los 10 días posteriores a la primera dosis. Su protección se elevó al 95 por ciento después de una segunda dosis. Las pruebas mostraron que la vacuna era tan eficaz para proteger a los ancianos como a los más jóvenes. Pero pronto habrá más vacunas para elegir.

 

Cabe aclarar que tanto la vacuna de Pfizer como la de Moderna no previene el contagio. Podría ser que las personas que han sido vacunadas aún puedan infectar a otras. Si alguien vacunado se contagia está más protegido de enfermarse gravemente, pero aún puede contagiar. Es decir, es irresponsable que alguien vacunado deje de cuidar a los no vacunados. Por lo tanto, todos los vacunados deben continuar con máscaras y manos desinfectadas.

 

Además, debemos tener en cuenta la nueva variante identificada en el Reino Unido, potencialmente más contagiosa aun, pero los científicos aún la están estudiando. Lo más preocupante es que parece extenderse significativamente más fácilmente que la variante original de Covid-19, algo que, sin duda, complicará los esfuerzos para lograr la inmunidad colectiva y podría congestionar la atención en hospitales. Los investigadores aún están aprendiendo si causa una enfermedad más grave en los niños que la variante original, algo no descartado del tablero pandémico.

 

Distribución de vacunas

 

Las vacunas llegarán en oleadas y se distribuirán con criterios de prioridad, basada en el riesgo de la población. De este modo, los adultos mayores de 80, las personas con complicaciones de salud y trabajadores esenciales están siendo los primeros en recibir la vacuna.

 

Recordemos que, como sucede en la mayoría de los ensayos clínicos de otros nuevos medicamentos, la población adulta mayor está infrarrepresentada en las pruebas de efectividad de las vacunas que se están administrando en Canadá.

 

La inmunización de Covid-19 no es obligatoria en Canadá, sin embargo, a futuro habrá circunstancias en las que también se requerirá la inmunización. Actualmente, para otras enfermedades como la rubeola, paperas y sarampión, por ejemplo, todos los estudiantes de Ontario que van a la escuela deben estar vacunados. Algo así podría ocurrir de acá a septiembre en las escuelas.

 

Con similar criterio, el ministro de salud de Ontario ha sugerido que se podría requerir una prueba de vacunación contra COVID-19 para viajar o ir al cine y a otras áreas de contacto cercano.  A medida que las actividades normales reabran podríamos tener una especie de pasaporte de vacuna.

 

El tramo final del viaje hacia la vacunación masiva está plagado de complicaciones potenciales que requerirán una coordinación, difusión y comunicación de alto nivel.

La vacuna Pfizer, que salió por primera vez, debe almacenarse por debajo de -70 C y permanecer congelada durante el envío a menos 20 y durante un plazo no mayor de 5 días. La vacuna Moderna no requiere almacenamiento en frío tan extremo. Ambas requieren dos dosis separadas por 21 días. Eso requiere un sistema de mantenimiento de registros hermético para que los funcionarios de salud y el público sepan cuándo deben recibir la segunda dosis. Debido a la carencia de vacunas, el gobierno evalúa actualmente poder espaciar hasta 42 días la segunda dosis.

 

Dependiendo de la duración de la inmunidad, las personas pueden necesitar refuerzos o nuevas vacunas cada año, similar a la influenza estacional. Esto ya fue confirmado por Pfizer.

 

Los datos de seguridad y eficacia de Pfizer sugieren que varios receptores de la vacuna sufrieron dolores, fiebre y fatiga, así como dolor en el lugar de la inyección. Las personas que reciben la vacuna tienen muchas posibilidades de sufrir algunas de esas reacciones leves. La otra cara de la moneda de aprobación de la vacuna es si es efectiva. Después de dos dosis, la vacuna tuvo una efectividad del 95% en un amplio grupo demográfico. Pero habrá reacciones adversas, especialmente porque las vacunas se distribuirán a miles de millones de personas en todo el mundo y es posible que los eventos adversos extremadamente raros no aparezcan en un ensayo clínico.

 

“Cada vez que se toma algún tipo de medicamento o vacuna, una cierta proporción de personas presenta efectos secundarios. Todo tiene un efecto secundario potencial”, dijo Scott Halperin, director del Centro Canadiense de Vacunación de la Universidad de Dalhousie en Halifax. Cuando dice que algo es seguro, significa que el daño de esos posibles efectos secundarios es mucho menor que el de contraer la enfermedad.

 

A mediados de diciembre, casi 14.000 canadienses habían muerto a causa del COVID-19 y cerca de medio millón se habían infectado, y el número de casos aumentó en muchas partes del país. Algunos de los que estaban gravemente enfermos, e incluso algunos que tenían síntomas iniciales leves, sufrirán secuelas de la infección a largo plazo que les alterarán la vida.

 

En ese contexto, los funcionarios de salud y los reguladores en Canadá y en todo el mundo están observando de cerca cualquier reacción adversa a la vacuna. Al principio, surgió preocupación por las reacciones alérgicas a la vacuna cuando varias personas en el Reino Unido y al menos una en los Estados Unidos tuvieron reacciones alérgicas después de ser vacunadas. Canadá ha advertido a las personas alérgicas a los ingredientes de la vacuna que no la reciban.

 

Un funcionario de BioNTech dijo que los ensayos clínicos excluyeron a personas con antecedentes de reacciones a las vacunas y no ha sido aprobado para ellos. Pero otras alergias o sensibilidades alimentarias no son una contraindicación para la vacuna.

También surgieron preguntas sobre la parálisis de Bell, una condición que causa debilidad muscular temporal en un lado de la cara, después de que cuatro de los 43.000 participantes del ensayo de la vacuna Pfizer la desarrollaron, al igual que cuatro de los 30.000 participantes del ensayo Moderna. Desde entonces, se ha dicho que no hay evidencia de que las vacunas lo hayan causado, y que esas tasas son consistentes con las tasas en la población general. Pero la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE. UU. recomendó controlar para la afección. El efecto secundario más común que se ha comprobado hasta ahora es el dolor en el brazo donde se puso la vacuna.

 

Pero al final del día, todos los que pongan el brazo serán una prueba de la eficacia y de los efectos adversos, de los pocos que se han observado. Frente a esto y, como se ha hecho siempre con los medicamentos, requiere una estrecha vigilancia de los efectos secundarios graves y extremadamente raros, que sólo aparecen cuando se vacuna a millones de personas. "Los canadienses pueden confiar en el rigor del sistema de aprobación de vacunas", dijo la ministra de salud Patty Hajdu.

 

“Mantener un registro detallado de los posibles eventos adversos para comprender mejor si están relacionados con la vacuna es crucial,” explicó el Dr. Kumanan Wilson, médico del Hospital de Ottawa, principalmente para mantener la confianza de la población en estas vacunas.

 

Las autoridades de salud han dicho que, con dos dosis, tanto Pfizer como Moderna tienen un 90-95% de efectividad. Eso significa que se puede lograr la inmunidad colectiva si se inmuniza del 60 al 70 por ciento de la población, dijo el especialista Scott Halperin de la Universidad Dalhousie.

 

Efectos en la salud mental

 

La pandemia de COVID-19 ha provocado trastornos económicos, sociales y de salud que aún no se han entendido completamente. Entre otras cosas, los expertos en salud predicen efectos a largo plazo sobre la salud mental en niños y adultos, especialmente en aquellos que han trabajado en primera línea. La pandemia ha destruido algunas empresas y provocará trastornos a largo plazo. También podría cambiar la forma en que algunas personas viven y trabajan, y más personas elegirán seguir trabajando en casa aún después de que sea seguro regresar a la oficina.

 

Escuchamos a los científicos y expertos médicos que han estado advirtiendo durante mucho tiempo que el mundo enfrentará una pandemia mortal que rivalizará con la pandemia de influenza de 1918. Y seguimos los consejos y recomendaciones que surgen de esta experiencia, muchos de los cuales han sido ignorados en el pasado. La provincia tampoco contaba con suministros suficientes de equipo de protección personal. Según la Auditora General de Ontario, Bonnie Lysyk la provincia no hizo caso de las recomendaciones para impulsar la salud pública y los laboratorios o para mejorar la planificación de emergencias.

 

Si todo va bien y de manera eficiente, la vacunación de los más vulnerables de Ontario debería reducir las muertes y los brotes de COVID-19, y aliviar la presión sobre todo el sistema de atención médica, aunque se necesita más información sobre cuánto tiempo dura la inmunidad. Mientras la mayoría de los residentes observa y espera su turno, algunos de los peores impactos de la pandemia comenzarán a neutralizarse justo cuando regrese el clima más cálido.

 

Lo que tenemos que preguntarnos después que todo esto pase es si podremos vivir de la forma en que hemos vivido, consumir todo lo que hemos consumido y viajar como lo hemos hecho. La mayoría de los expertos coinciden en que habrá más virus mortales e incluso pandemias. La próxima vez, debemos estar más preparados y mantener los cambios positivos que hemos podido alcanzar en este camino de aprendizaje.