Amigas, Amigos, el auto cuidado personal y emocional es una obligación-necesidad-costumbre-actividad necesaria en todo momento, a pesar de nuestras circunstancias: con empleo o no, jubilada/o, estudiando o no, joven, adulto, adulto mayor, cualquiera sea el género, con vivienda propia o rentando, la cosa es que nadie está fuera.
Esto, en forma micro lo experimento en mi práctica de consejería de apoyo, que proveo a las personas que buscan mis servicios para darles tratamiento a necesidades y problemas. Lo económico, social, y familiar resaltan en esta realidad que la pandemia trae individual y/o colectivamente. Estos problemas en mi experiencia, veo que además de ser individuales, se entrelazan, trayendo así mayor estrés y daño.
En lo emocional, en lo que a la salud mental se refiere el daño lo veo más agudo o quizás más directo. El darles tratamiento a esos efectos exige a la persona un alto grado de serenidad, creatividad y apertura para buscar ayuda, y crearse sus “mecanismos de apoyo.” Sin embargo muchas personas no buscan ayuda por temor a ser estigmatizadas, o porque las circunstancias del encierre total no les permite encontrar esa asistencia. Eso hace necesario que desarrollen sus propias técnicas de auto cuidado personal y emocional. Y para ello decidí hacer una consulta entre varias personas de mi círculo social y preguntarles, cómo la pandemia les ha afectado y qué hacen para confrontarla. Estas fueron sus contribuciones:
Doña Tita, Adulta Mayor, Toronto
Dona Tita relata que su auto cuidado personal y emocional está bien armonizado: mañana y viceversa, por la tarde, hace una hora de ejercicio con Youtube. Practica mínimamente media hora con su instrumento musical, juega con su gata Iris antes de limpiarle su letrina de arena y después se disputarán el mejor asiento de la sala que generalmente gana Iris. Juega solitario para relajarse. Atiende su reunión semanal vía Zoom con sus semejantes del grupo de apoyo para adultos mayores del centro comunitario al que ella ha asistido por los últimos diez años. “Cuando uno de mujer se va haciendo mayor o, mejor dicho, más vieja, tiene que ir pensando cómo entretenerse para que los años de su ‘atardecer’ no le pesen, o le dominen su ánimo ni le hagan desesperar. Por ejemplo, del grupo del centro comunitario que le digo, la directora del programa me pidió que yo fuera el enlace entre ella y las/os demás participantes. Yo convoco para las reuniones, y si algunas o algunos no asisten, yo me encargo de llamarles e indagar sobre el porqué de la ausencia, y si hay necesidad de apoyo, le hago saber a la coordinadora.
Otra de mis actividades es cortarme el pelo cada mes. Me crece muy rápido. Ahora con el encierro no puedo ir donde mi peluquera, mucho menos que ella me visite a domicilio. Mi sobrina Gloria me guía desde mi país a través del What´s up. ¨Esto, para contarle un poco a la gente que nos lee,” me comenta.
Sonia R. Adulta en San Salvador, El Salvador
Soy amante de la familia de los cactus y me temo que son muy pocas las especies que aún conozco, ya que es una variedad muy amplia. Aquí en El Salvador son bastante comunes, pero no todas las personas disfrutan de su cuidado, requieren un poquito de dedicación.
En el verano (noviembre-abril) deben regarse cada 8 a 10 días, y en el invierno (mayo-octubre), lo menos posible, cada cinco o seis semanas, ya que la humedad es una de las principales amenazas para su sobrevivencia. Aunque existen variedades que toleran más el agua y el sol, entre más espinas tienen más resistentes son. Las suculentas son de la misma familia, pero por no tener espinas, son fáciles de conservar, resistentes, necesitan poca agua, crecen en espacios pequeños. Pero si observa un cambio de color, es necesario trasplantarla a un recipiente más grande. ¨Comparto mi experiencia para los lectores que deseen iniciar con este hermoso pasatiempo¨, dice. ¨El cuidado de los cactus me ayuda mucho para mi auto cuidado personal, porque el estar pendiente de ellos, regarlos, cambiarles tierra, o ponerlos en una maceta mas grande, son parte de las cosas que ayudan a mantenerme ocupada, pensar menos en las situaciones difíciles que estamos atravesando. Cada fin de semana, dedico un tiempo para ellos. Eso me distrae, mejora mi estado de ánimo, y hasta hablo con ellos de lo bueno y malo que me está sucediendo, disfruto hacerlo. Cuando los veo descuidados o tristes, pienso que de igual manera me veo yo, por eso procuro que siempre estén bien¨.
Luis S. Adulto en Valparaíso, Chile
El auto cuidado o como se dice allá “self care” empieza de uno. ¨O sea, yo veo en las noticias de que los casos suben y suben, y la gente no escucha. Lo último es que la juventud, ahora en este momento, está muy decidida a no entender la realidad o lo que está pasando y creen que ellos son inmunes al virus que ahorita está matando mucha gente en todos lados¨, sostiene. ¨Y el auto cuidado que yo tengo, por ejemplo, siempre cuidarme, poner mi mascarilla, lavarme las manos con gel. Tratar de salir lo menos posible. Tratar de no estar donde hay mucha gente y no sacarme la mascarilla cuando hay mucha gente. Por ejemplo, también cuando uno va a comprar, las aglomeraciones de gente es demasiada, entonces yo trato de caminar donde no hay mucha gente¨, dijo Luis.
También señaló que: ¨Yo creo que todo eso tiene que ser aparte, no de la salud, no del gobierno, sino el auto cuidado de uno mismo. Si no, se enferma uno. Si no entiende o acota las indicaciones que la salud requiere, que sigamos los pasos, siempre usar mascarilla, con gel lavarnos las manos. Lo otro malo también de esta pandemia es que estamos sin trabajo. Mucha gente se quedó sin trabajo; el turismo, todo se perdió. Todo se está perdiendo, porque no hay muchas cosas que hacer. Creo que uno puede salir adelante y tratar de cuidarse lo más posible. Este, creo que será el punto que yo decido…para aportar con un granito de arena. Si uno no se cuida, nadie lo va a venir a cuidar. Eso es lo que yo estoy haciendo desde que empezó la pandemia y hay que seguir, echarle nomás y seguir cuidándose. ¨Y… bueno ese es mi punto de vista don Luis, y ojalá le sirva de algo¨.
Tony Barcelona en Toronto, Canada
¿Qué tal como ha estado don Luis? Yo, todo bien. Pues, todo bien por acá mire. Terminando de trabajar voy ahorita. Me tocó cerrar. Mejor. Más horas para mí. Voy ir a ver una serie o películas. Más que todo serie. Ahorita estoy viendo una de Wentworth ( 1 ), de mujeres que están ‘taviando’, están en la cárcel ahí en Australia es la serie en Nettflix. -“Taviando significa ‘en prisión. El Tavo” es el termino como se le llama a la penitenciaria en el argot salvadoreño. ¨Respecto al auto cuidado, pues sí, me lavo las manos siempre lo más que pueda y cuando yo llego al trabajo sigo el protocolo también, ahí está el mostrador que limpiamos cada diez minutos y tenemos protector. Es obligación hacerlo¨. ¨En lo personal cuando yo ya voy de camino para la casa no platico con nadie. Yo voy a lo que voy. De todos modos voy cubierto, y así nadie se conoce. También me protejo las manos con papel de toalla cuando abro puertas. Así puedo andar con las manos propias usando el teléfono, tocándome la cara sin miedo al virus. Y sí, siempre veo series en la casa. ¡Mejor! En la casa siempre paso. No tengo necesidad de salir¨.
A mi pregunta si la situación lo afectaba emocionalmente como a mucha gente Tony responde: “No, para nada me preocupo. Sólo las primeras semanas. Al principio, sí tenía temor al salir. De ahí para acá ya no. Yo lo mismo hago siempre: me dirijo para el trabajo, regreso por el mismo camino. No ando platicando con nadie, porque en la calle “cada quien con su cuento” como dicen. Ando mi bote con gel. A mí me mantiene el ver películas, trabajar, caminar tranquilo. Eso me calma la mente. Sin ninguna preocupación. Ese es mi auto cuidado personal y emocional.
¨Bueno don Luis, espero que este bien. Fuerte abrazo.”
Una vez más, amigas y amigos termino esta semana haciéndoles saber que en la próxima semana revisitaremos el tema con más contribuciones. Por lo menos, cuatro más están en camino.
