Línea Uno CDH

Boletín de información comunitaria

Consejo de Desarrollo Hispano
Boletín 45. Marzo 5, 2021

Viñetas 45

por Luis Carrillos

Cuidado Personal y Emocional – Continuado

 

En números anteriores hemos hablado sobre Auto Cuidado Personal y Emocional y de solicitar participantes para oír sus historias de cómo ellas y ellos están copando con las consecuencias de esta pandemia en cuanto a su cuidado personal y emocional. Ya leímos algunas por lo cual les doy las gracias a las amables personas que nos mandaron las de ellas.  

 

Otra de esas personas a quien solicité participar fue El Coco, uno de los muchachos que he mencionado en viñetas anteriores como uno de los jóvenes del ‘parque’, y ahora como hombres adultos con familia que me continúan acompañando en mi jornada y vocación de 25 años o más, como educador-consejero de jóvenes y de familia. El Coco, como es su naturaleza jovial me contestó positivamente y comenzamos la conversación de cómo práctica su auto cuidado al presente.

 

La narración de El Coco la escribo como un resumen de puntos salientes de la prolongada conversación, en más de una sesión de trabajo. El y yo, a menudo, nos comunicamos sobre diferentes tópicos y situaciones. Comenzamos con el diciéndome que la pandemia ha venido a cambiar la dinámica en la relación con su familia, su esposa y tres hijas de 12, 8, y 5 años de edad. Que este nuevo normal le ha enseñado muchas cosas. Por ratos siendo cocinero, mediador, guía, tutor, etc. Y que todo eso le sirve como forma de auto cuidado personal y emocional, “pues no hay tiempo para desesperarse.” A continuación un breve recuento:

 

Coco en sus palabras

 

¨Mi esposa conoce mi temperamento. Seguido me llama la atención…                                                            sin embargo, ahora se sorprende de la forma que busco interactuar en familia. De cómo busco relacionarme con mis hijas para sacarlas de la tecnología y tener más y mejor comunicación como familia. La mayor ya va para doce años, es una preadolescente. No quiero perder control. En mi casa mis hijas, cuando no hay internet piensan que es el fin del mundo.

 

Yo cocino y como el almuerzo con mis hijas. El comer juntos tiene que ser en familia. Me gusta mantener la costumbre de hablarles de mi niñez, las ocurrencias, disparates de niños, y más para que conozcan de qué cultura provienen.

 

Curiosidad y Ocurrencias

 

¨Hablando de disparates, un día mi hija de doce hace la pregunta al grupo ¿“cómo duermen los caballos?” “Buena pregunta” le digo. ¿“Alguien sabe como duermen?”  Le pregunto al grupo. Como no lo sabíamos, buscando la respuesta nos hizo investigar en Google y aprendimos que duermen parados.  Allí se hizo uso educativo de la tecnología.                                                                                                                     Continuando en la misma línea hago la pregunta ¿Alguien sabe como duermen las ballenas”? Mi segunda hija la de ocho años instantáneamente responde: “Usando una gran piedra de almohada.”

 

Tiempo de calidad

 

Ese tiempo de calidad se da en momentos como lo del intercambio de ‘como duermen las ballenas.’ La respuesta de la de ocho años llega en forma directa y seria de que ‘tienen una piedra como almohada;’ a lo que se le dice al grupo: ‘eso es interesante.’ ‘? ¿Como será eso?’ Ella explica, que como en el lago hay piedras, es seguro que las usan como almohada. Nosotros los mayores, la madre y yo respetamos su opinión y explicación. Eso nos permite construirle su autoestima. Le haríamos daño si nos riéramos de sus respuestas, que es lo que sucede en algunas familias. Para no dejar esa respuesta así en el aire, una vez más acudimos a la tecnología, que ya antes mencioné su poder en mis hijas y allí aprendimos ella y todos nosotros algo nuevo. La cosa es que mientras vamos haciendo juegos, vamos aprendiendo.

 

¨La pandemia nos ha hecho ser creativos en los juegos con mi familia en diferentes formas¨

 

¨Tenemos un juego que le llamamos Estrategias de matemáticas. Por un lado jugamos 21 y banquito con cartas de la baraja y por otro jugamos lotería y bingo. Esta estrategia es para ayudar a la de ocho con la matemática e iniciar a la de cinco con los números.                                                                                                                                   Tenemos un Game Day -Dia de Juegos- en la semana. La mesa del comedor es redonda mi hija mayor se sienta a mi derecha, seguida de la mamá y a su lado la de cinco, con la de ocho a mi izquierda.  ¿Quién toma la decisión de lo que se va a jugar? El proceso lo comienzo yo hacia mi lado derecho con: ‘Yo quiero jugar bingo ahora. ¿Qué quieres jugar tu?’ hacia mi hija de doce, y así continua la vuelta, una de acuerdo, otra con su propia sugerencia, etc. La cosa es que la decisión de lo que vamos a jugar es tomada en consenso.

La tecnología en la familia tiene algo positivo y algo negativo. Así como es buena, también es mala. Lo bueno es que nos permite aprender como lo del caballo y la ballena. Lo malo es que si uno de padre se descuida les atrapa la atención y se pierde la interacción familiar.  Y si ese momento (de tiempo de calidad) se pierde… no regresa.

 

En la misma línea un día les digo ‘Hagamos un cuento entre toda la familia, y así comencé:

Yo: Yo me subí a una montaña alta con mucha nieve.

Hija de 12 años: Y había un oso      

Madre: El oso estaba durmiendo

Hija de 5 años: Estoy pensando        

Hija de 8 años: Y se despertó

Yo: ¿Me corro o lloro?

Hija de 12 años: Iba corriendo, y la cosa más chistosa ocurrió    

Madre: ¿Que digo? Entonces yo estaba corriendo mucho. 

Hija de 5 años: Me deslicé y me caí

Hija de 8 años: Y entonces comencé a gritar bastante  

Yo: Oh no. Yo iba corriendo y mis pantalones se me iban bajando. (Risas)                                                                                                                                  

Hija de 8 años: Y el oso alcanzó a mi papi. ¡Final!

 

(Acá es de recordar que el padre fue de los muchachos del “parque” y que en esos tiempos en lugar de usar pantalones medida 30 que era su talla, usaba medida 44 como era la costumbre  de esos jóvenes. Sus hijas conocen la historia. Toda esta interacción se dio en ingles).

 

Día de juego

 

El día de juego es el único día que nos permitimos comer comida chatarra: churritos, papitas, tortilla chips, etc. Otro, que para hacer interesante y animar a mis hijas, en una de las gavetas del gabinete del comedor pongo un bocadillo sorpresa para quien ‘gane.’ La mamá y yo siempre ‘perdemos’ una de las niñas es  siempre la ganadora y abre la gaveta y saca su ‘premio sorpresa’ que puede ser un dulce de chocolate. Antes de comenzar alguna ellas preguntan: “¿Que es el premio?” “Tienes que ganar para saber.” Le digo.

 

Abstinencia

 

Yo paré de tomar cerveza en esos días de juego. Luché duro, pero gané.  Al principio de la pandemia empezamos con esta dinámica, yo me echaba mi heladita. Mi esposa yo la veía que se preocupaba que yo tomara. Se iba quedando callada en lugar de decirme algo. También las niñas mostraban  no estar gozando del juego. Entonces yo entendí que este no era tiempo de calidad, sino un momento más para mí de echarme mi cervecita y que eso no era justo y decidí cambiar. Ahora yo me siento mejor, mi esposa está más tranquila y mis hijas contentas. En momento de jugar además de la comida chatarra tomamos jugo y la pasamos bien.

En conclusión, así es como practico mi auto cuidado personal y emocional y me siento más seguro y saludable. 

Amigas y amigos antes de darles las gracias por su atención a estas líneas que las hago suyas, quiero agradecer a Coco, que en otra ocasión le vamos a pedir si puede compartir con nosotros el porqué y significado del sobrenombre Coco y que nos regale otras de sus historias para futuras viñetas.                                                                                                                                            En esta ocasión, además por compartir acá algo tan personal por tu lado y para el nuestro educativo e ilustrativo, Coco: Gracias a tí, tu esposa, y tus hijas por invitarnos a vuestra sala.  Hasta la próxima semana.