Línea Uno CDH

Boletín de información comunitaria

Consejo de Desarrollo Hispano
Boletín 50. April 20, 2021

Ya son 50 números

por Duberlis Ramos


Todo comenzó como efímeramente en cuanto vislumbramos lo que vendría. Sin grandes discusiones ni grandiosas ideas veíamos lo importante de lo simple y la necesidad del conocimiento aplicado sin aspavientos ni elucubraciones complicadas. En realidad, el primer compromiso fue con la simpleza, la seriedad de las ideas, sin ser incapaces de celebrar la vida, el humor y la realidad diaria, destacando la creatividad de nuestra comunidad.  Así hemos llegado al número 50 de nuestra publicación Boletín Línea Uno, del Consejo de Desarrollo Hispano en Toronto, Canadá. 

 

Quienes hemos trabajado en su publicación desde el principio fuimos sorprendidos por este importante logro, el cual no fue imaginado ni pensado, sino simplemente fue la vida en evolución, la experiencia aplicada a la pandemia y a la necesidad de sobrevivir e imaginar que, a pesar de la oscuridad y lo atemorizante de la experiencia, debíamos tener la capacidad de enfrentar la crisis, trascender con ideas y continuar. 

 

Conceptualmente, esto sería una actividad en evolución y orgánica, así dedicada a capturar la realidad de nuestra comunidad y su entorno cotidiano.  La liviandad aparente en esta idea era la respuesta a una pandemia que se nos venía encima como una plaga que se anticipaba apocalíptica, pero ¿qué más podríamos imaginar anticipadamente cuando nuestra experiencia vivida hasta ahora no consideraba una realidad comparable? Sólo quedaba poner manos a la obra y ver cuánto tiempo duraría esta situación…

 

Hoy todavía navegamos esta realidad. Nuestro vocabulario ha evolucionado con términos médicos y hemos aprendido a ver como evolucionan y se transmiten los virus, hemos hablado de contagio, de salud pública y políticas de prevención en la propagación, hemos conocido que son las cepas y variantes en cuanto a sus cambiantes impactos, hemos conocido de la realidad de nuestros adultos mayores y sus desafíos, hemos leído y escuchado de nuestros seres queridos que han sucumbido, hemos oído de lo que pasa allá, al sur del Rio Grande, donde comienza la gran patria que sufre con sus penas de costumbre y nuestras comunidades de origen continúan batallando. Cada quien en sus luchas y las nuevas generaciones despiertan sin rumbo a los nuevos desafíos. 

 

En este momento tan complejo, es necesario hacer una pausa muy particular y compartir un pensamiento solidario para el sufrido y tantas veces no entendido pueblo de Brasil… una situación que nos recoge el alma, con sus líderes de pobreza intelectual y moral, que nos deja tantas veces sin explicación. ¿Por qué tanta desidia?... ¿Cómo se puede justificar o entender tal obcecación que objetivamente mata?

 

No podemos olvidar que ellos son también nuestros hermanos geográficos y crecimos juntos en la historia de colonialismo y expoliación usurpadora externa. A lo mejor si hurgueteamos en la profundidad de la historia podremos entender como se ha construido este nuevo socavón.

 

En realidad, en cada uno de nuestros países hemos visto como los sistemas de salud pública han sido vulnerados, no sólo por la COVID-19, sino que también por la propia historia de políticas públicas famélicas.  Esto lo sabíamos ya desde hace muchos años, pero ahora es urgente… Se acabaron los sueños y los milagros. La realidad es parca y simple.

 

En Canadá también nuestra comunidad con orígenes en América Latina debe poder hacerse esta consideración y pensar autocríticamente. Sí, es verdad, disfrutamos de los beneficios de una salud pública universal, pero la equidad de acceso nos limita. Esto es particularmente cierto en cuanto a nuestras propias poblaciones vulnerables de adultos mayores, comunidades migrantes precarias y entre quienes viven en barrios con menos servicios y códigos postales menos preciados.

 

Es importante mencionar que durante cada una de las semanas de la publicación de Línea Uno, en el análisis de la vida de la comunidad y, en todo lo que nos afecta colectivamente, hemos visitado uno por uno la suma de desafíos, problemas y barreras que nos afectan pedacito por pedacito de la ciudad.

 

Hemos dedicado tiempo a revisar informes oficiales, académicos, pero también y con mucha atención lo que escuchamos de las vivencias de nosotros mismos. Es así como en viñetas diarias y recorridos por la ciudad surgen las historias e imágenes que ilustran nuestra publicación. Paradas de buses, el subway, las calles, pasajes y parques y de vez en cuando la plaza local y los mercaditos, nos entregan sus historias y sabiduría popular. 

 

Línea Uno representa eso precisamente. Representa información y dudas del WhatsApp y respuestas a los temas más apremiantes de la comunidad.  Por eso también, es que hablamos de cosas tan tétricas como impuestos y debemos hablar también de beneficios sociales y todo aquello que nos preocupa.

 

Todo esto es muy importante, pues de alguna manera, toda esta suma de trabajo está dedicada no sólo al momento, sino que también está orientada a la construcción de nuestra propia conciencia y cohesión social…  Si, esto es así, pues como comunidad somos una comunidad especial y delicada, la cual queremos y respetamos. Como dice Luis Carrillos, es una comunidad para proveer de cuidado y atención, de la misma manera que “cuidamos de nuestras plantitas”.

 

Cuando hablamos de comunidad, salud, derechos y de la cosa pública buscamos esforzarnos en revisar nuestras historias y aspiraciones, sobre todo durante esta interminable pandemia. No con el ánimo de criticar, sino para comprometernos con soluciones sustentables.

 

Sí, hay que reconocerlo que somos eclécticos, en apariencia. Pero en realidad solo estamos comenzando a abrir esta ventana hacia el resto de la humanidad para contar nuestra historia y, a su vez, conocer lo que ocurre en nuestro entorno. Gracias por la oportunidad de compartir con nuestros lectores. Gracias por vuestras inquietudes y por preguntar cómo estamos nosotros. Eso nos ha permitido sentirnos cerca.