Línea Uno CDH

Boletín de información comunitaria

Consejo de Desarrollo Hispano
Boletín 50. April 20, 2021

A las palabras se las lleva el viento

por Sandra Farias

Como dijo Julius “Groucho” Marx, “no quisiera pertenecer a ningún club que acepte personas como yo entre sus miembros “. La frase me dio vuelta pensando en cómo resumir esta etapa de mi vida, tras cumplir mi trabajo como editora semanal del Boletín Línea Uno.

 

Durante más de un año de encierro y pandemia mi tarea fue corregir los escritos de otras personas con quienes tampoco hablaba, una tarea que implica idas y vueltas de documentos electrónicos, paseos mentales por los cerebros de estas personas, tratando de entender los sentidos y conceptos hilvanados en la soledad de sus escritorios.

 

Haciendo esta tarea, de puntillosidad extrema, buscando fuentes creíbles de información, sumergida en mares de noticias falsas y desinformación ha sido un apasionante desafío. Como periodista de varias generaciones me encontré hasta enredada en mis propias ideas porque la pandemia vino a poner patas para arriba todas las estructuras físicas y mentales y por momentos, nos impidió también ver el bosque.

 

Así pasaron frente a mí miles de páginas con información, mucha científica, la cual había que traducir, simplificar para el entendimiento colectivo y resumir en párrafos con sentido que permitieran su lectura. Los ojos cansados repasaron una y otra vez las palabras, los puntos y las comas, como cuando alguien trata de desenmarañar un ovillo de lana sin comienzo ni fin.

 

Han sido horas de edición, todas en silencio y muchas en soledad. Mis tres gatos han sido una compañía constante, al igual que los mates preparados con amor por mi pareja, que en silencio ha debido acompañar el trámite de edición de cada número del Boletín, escuchar mis subidas de tono y comentarios irrepetibles al realizar correcciones ortográficas o gramaticales.

 

No me arrepiento, como tampoco de seguir viva durante la pandemia. Cuando recibo los mensajes de WhatsApp, con partes diarios de amigos internados aquí y allá con Covid-19, 20 o 21 aprecio cada bocanada de aire que ingresa por mis pulmones. Trato de no quejarme porque los días sean todos muy parecidos o cuesta distinguir el fin de semana.

Evito entristecerme cuando no puedo abrazar a alguien que extraño y hasta me conformo con una reunión por Zoom o viendo una película en un meeting virtual, como esta semana propuso el Consulado de Argentina y el Spanish Centre.

 

Lo bueno de esto es que cada organización, cada grupo de personas que conozco ha intentado abrir espacios de contención. Cuando nos encontramos en las redes o nos escuchamos por la radio, cuando nos leemos, cuando nos vemos por estas pantallas se hacen conexiones de sentimientos y de ideas. A las palabras se las lleva el viento, a los hombres y mujeres también, pero las ideas son las que quedan.