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Consejo de Desarrollo Hispano
Boletín 50. April 20, 2021

Vacuna de AstraZeneca: más beneficios que dudas

por Fernando Rouaux


La aparición de coágulos en pacientes que recibieron la vacuna de AstraZeneca armó gran revuelo. Algunos países europeos suspendieron su aplicación. La agencia de medicamentos de la Unión Europea, la EMA, determinó que efectivamente es posible (aunque no está demostrado) que la vacuna sea la causa de los coágulos, pero al mismo tiempo sostuvo que los beneficios superan ampliamente el riesgo (1).

 

Por ello Health Canadá, tras evaluar detenidamente los riesgos y beneficios decidió seguir aplicando esta vacuna en personas mayores de 65 años. La razón detrás de esta decisión es que los pocos casos de coágulos reportados (hasta el momento sólo dos en Canadá) fueron personas menores de esa edad.

 

Los medicamentos traen un prospecto con una larga lista de efectos adversos. Ese prospecto nos recuerda que todos los medicamentos conllevan un riesgo para la salud. Lo que hacemos al tomar un remedio es evaluar que el riesgo es bajo y que vale la pena por el beneficio que obtendremos (lo mismo hacemos cuando subimos a un avión, un automóvil, una bicicleta o, incluso, al cruzar la calle). El riesgo cero, lamentablemente, no existe. Sin embargo, aunque no sabemos cuál es la probabilidad de sufrir un accidente aéreo o automovilístico, lo hacemos de todas maneras. Igual nos comportamos con los medicamentos: confiamos en la recomendación de nuestros/as médicos/as, y confiamos en los procesos de control.

 

¿Cómo podemos decidir si este es un riesgo alto o bajo? Una forma es comparándolo con otros riesgos. El cálculo de riesgos es algo extremadamente complicado por la gran variedad de factores que deben tomarse en cuenta. Los factores de riesgo para los coágulos son muy variados (la genética, el género, la edad, el embarazo, la ocupación, entre muchos otros). Pero podemos comparar el riesgo de sufrir coágulos sanguíneos tras darse la vacuna de AstraZeneca con datos conocidos sobre el riesgo de sufrirlos por otras razones.

 

En el Reino Unido, el riesgo de sufrir coágulos luego de recibir la vacuna, según los números disponibles hasta ahora (9 de abril) es de 4 casos por cada millón de dosis aplicadas, o 1 por cada 250.000 (3). Es decir, el riesgo es del 0,0004% (2500 veces menor que 1%).

 

¿Cuál es el riesgo de sufrirlos por otras causas? Veamos: en los Estados Unidos, cada año 1 de cada 1000 mujeres sufren de coágulos sanguíneos debido al uso de pastillas anticonceptivas (4). Eso nos da un riesgo de 0.1%, que es considerado muy bajo (250 veces mayor que el de la vacuna).

 

Siendo un riesgo muy bajo, las pastillas son el principal método anticonceptivo utilizado por las mujeres. En el embarazo, por ejemplo, el riesgo de trombos también es mayor. Según American Pregnancy Association 1 o 2 mujeres embarazadas por cada 1000 sufrirán coágulos sanguíneos (entre 250 y 500 veces mayor que el riesgo de la vacuna).

 

Está claro que el riesgo que representa la vacuna AstraZeneca con respecto a coágulos es, al menos con lo que sabemos hasta ahora, muy bajo. Incluso, es mucho menor al riesgo de coágulos debido a otras fuentes como embarazo, pastillas anticonceptivas, y (probablemente) muchos otros factores (como, por ejemplo, podrían ser los malos hábitos alimenticios, la falta de ejercicio, las horas de trabajo sedentario, el consumo de alcohol, etc.).

 

Health Canada recomienda además estar atento a los síntomas que puedan presentarse tras vacunarse con Astra Zeneca. Busque atención médica inmediata si presenta alguno de los siguientes síntomas cuatro o más días después de la vacunación: dificultad para respirar, dolor en el pecho, hinchazón de las piernas, dolor abdominal persistente (vientre), síntomas neurológicos o hematomas en la piel o pequeñas manchas de sangre debajo de la piel más allá del lugar de la inyección. Con estas recomendaciones, el riesgo de muerte baja más aún, ya que estos síntomas son tratables cuando son atendidos a tiempo.

 

 

Consecuencias del virus

 

Hay otro factor importante para tener en cuenta: la COVID-19 también aumenta las probabilidades de sufrir coágulos sanguíneos. De hecho, una de las razones por las que las personas mueren por esta enfermedad es precisamente los coágulos (2).

 

Un estudio reciente de la Universidad de Oxford determinó que el riesgo de coágulos debido al COVID-19 es 8 veces mayor que debido a la vacuna de AstraZeneca, y 10 veces más que las vacunas de Pfizer y Moderna (3).

 

Otro estudio previo, realizado en Países Bajos encontró que el riesgo de trombos en pacientes que ya estaban internados con COVID-19 es del 31% (6). Si prestamos atención a estos números, nos daremos cuenta de que estaremos muchos más seguros y seguras dándonos la vacuna contra el COVID-19, sea la de AstraZeneca o no. Contraer COVID-19 también conlleva muchos otros riesgos además de los trombos.

 

Sin ir más lejos, el de morir por insuficiencia respiratoria. En Canadá, de algo más de 1 millón de casos de COVID-19 y hasta hoy han muerto más de 23.000 personas. Los sobrevivientes, además, sufren otros efectos de largo plazo, muchos de los cuales son aún desconocidos.  Cada cual puede sacar sus propias conclusiones, pero, en este caso, creo que los números hablan por sí solos.