El 21 de abril ha sido declarado en Toronto como día para celebrar el idioma español. Escueta nota formal del Mayor de la ciudad y un video conceptuoso se puede encontrar en la página de un medio social especifico sobre este tema. Este esfuerzo de varias personas viene a florecer en pandemia, queda ver como brillará esta oportunidad de negocios en el nuevo mundo que nos espera luego, no sabemos todavía bien cuando.
Una pena que no se haya encontrado aun un reflejo de las jornadas pioneras de quienes han venido bregando por el reconocimiento, publico y social del importante aporte que los latino hispanos hacemos a la vida en todo Canadá. No hay mención alguna al trabajo de muchas personas, por ejemplo, Lita Gonzalez Dickey cuando llevó la moción consensuada en las aulas del OISE a las oficinas del municipio logrando que abril fuera declarado mes de la hispanidad. Las organizaciones y representantes de gran parte de la comunidad hispano hablante habían tenido varias reuniones de discusión. No se trataba de inventar la rueda, pero en la primera década del 2000 se volvía a reflexionar sobre un tema recurrente, al menos por los últimos cien años en esta parte norte de América.
Hay también una coincidencia que se conmemora en abril, se afirma que el 23 de abril murieron Miguel de Cervantes Saavedra, Inca Garcilaso de la Vega y William Shakespeare, por tanto, ese día se ha instituido como día del libro a nivel internacional.
Abril fue entonces el mes de celebrar nuestra condición común, hablamos el castellano y desde allí, pensábamos algunos, podemos empezar a construir los otros consensos necesarios en nuestra comunidad.
Después soplaron nuevos vientos y empezamos a celebrar el mes de la herencia hispana en octubre, porque así se hace en el vecino país del sur, que se ha quedado anclado en la época en que el 12 de octubre era para celebrar el Día de la Raza. Ese día, que es cuando Colon llegó a lo que hoy llamamos América parecía lógico celebrar a lo hispano. Por el encuentro de culturas que muchas veces debiera ser considerado un choque, pero esa es parte de otro relato.
Las cosas cambian, cada momento en la historia viene con nuevas exigencias, muchas veces lo que fue es desbancado por lo que ahora es. Ninguno de nosotros puede erigirse en metro patrón, la medida de todas las cosas, ni de ninguna de ellas. La Asamblea Nacional de Francia instauró el Metro Patrón en 1796. Ordenó depositar una varilla de medición que fue utilizada como el estándar para la construcción de todas las otras medidas de longitud en el sistema métrico. ¡Guau! Que pretensión de orden. Cambia, todo cambia… cantaba Mercedes Sosa, incluso el Metro Patrón fue modificado en 1960, antes era una porción de la distancia entre el polo norte y el ecuador. Luego se cambió por las oscilaciones en el vacío de onda de la radiación emitida por el salto cuántico entre ciertos niveles de un átomo de criptón. (¡?)
Hace más de 2500 años atrás alguien, muchos dicen que fue el Rey Salomón escribió: “¿Qué es lo que fue?
Lo mismo que será.
¿Qué es lo que ha sido hecho?
Lo mismo que se hará;
Nada hay nuevo debajo del sol.
Esta afirmación nos puede dejar inmóviles a primera lectura, pero al fin el existencialismo que emana nos da la certeza que somos finitos y por lo tanto limitados. Esto incluye el conocimiento, todo lo que hagamos es pasible de ser completado. Y tengamos por seguro que vendrán otros para hacerlo, a lo mejor empezando desde cero. Lo ideal seria retomar el camino ya trazado, sumar a todos y avanzar. Y no preocuparse por el liderazgo, esa figura es de la época del Rey Salomón.
