¿Qué hay que cambiar?

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Boletín No 67, Toronto, Octubre 22 de 2021
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¿Qué hay que cambiar?

Boletín Línea Uno 67 Informativo y cultural - Consejo de Desarrollo Hispano / Hispanic Development Council - Toronto - Canada
22 October 2021

por Sandra Farias

      
Durante demasiado tiempo nos hemos estado distanciando de la naturaleza, maltratando al planeta, nuestro único hogar, viviendo como si no hubiera un mañana. Con la tasa de emisión actual, nuestro presupuesto restante de CO2 de 1,5 grados desaparecerá por completo en siete años, mucho antes de que tengamos la oportunidad de cumplir nuestros objetivos para 2030 o 2050.
Greta Thunberg, 2021

      
Al menos un 60 por ciento de la población en Canadá votó en las últimas elecciones federales a favor de políticas que protejan el medio ambiente y nos den una chance de sobrevivencia en el planeta en las próximas décadas.

A esto se le ha llamado una crisis global y ya sabemos que los países más pobres serán los más afectados por las tragedias climáticas y dentro de cada país será la población más vulnerable la más perjudicada.

La infancia y la ancianidad sufrirán el peor impacto en su salud física y mental, sobre todo en su calidad de vida. Aquella tan ansiada sensación de bienestar se irá de nuestras manos en un abrir y cerrar de ojos.

Las personas más privilegiadas de la sociedad siempre tendrán una opción, mudarse a otro lugar, comprarse otra casa, sin contemplar el sufrimiento ajeno. Pero aquellas con menos recursos les quedará la tarea de limpiarles la casa después de su fiesta.

Esa es la razón -tal vez- por la cual ha costado tanto hacer entender a la población del mundo de la urgencia, pese a todas las alertas que hemos presenciado en los últimos cinco años.

Estas tragedias climáticas tan frecuentes como incendios descontrolados, inundaciones por huracanes o lluvias torrenciales, sequías extremas que destruyen los cultivos y olas de calor que achicharran sin piedad a nuestras ciudades, dejando centenares de personas muertas no han logrado convertirse aún en evidencia suficiente para cambiar nuestras destructivas conductas de vida y producción.

A pesar de tanta negación y desinterés, resulta impostergable darle una mirada -aunque sea con el rabillo del ojo- a lo que nos está sucediendo: la Tierra ya no nos soporta más como especie. Se está sacudiendo, tratando de que terminemos de dañarla.

Cambiar la percepción

Cuando el presidente Donald Trump llegó a la Casa Blanca había una gran cantidad de estadounidenses que descreían del cambio climático, siguiendo sus consejos. Cuando Trump terminó su penoso mandato, cuatro años después, el 65 por ciento de la población y más de la mitad de votantes del partido republicano opinaban que el gobierno debería hacer más en este tema, según indicó una encuesta del Pew Research Center. (1)

Cambiar los determinantes de la salud

Con la crisis pandémica desde principios del 2020 las comunidades más afectadas han sido las poblaciones de afrodescendientes e Hispano hablantes, debido a los determinantes sociales de la salud y a las pésimas condiciones de vivienda o niveles de polución que enfrentan en sus ambientes de trabajo.

En Estados Unidos el impacto de la pandemia en estas comunidades es claro, y aunque en Canadá el acceso a la salud es mejor, aquellas familias que viven por debajo de la línea de pobreza, en viviendas hacinadas, aquellas personas en empleos precarios esenciales o por no tener estatus legal son también las más expuestas a morir a causa de este virus. Esas fueron las evidencias encontradas de un estudio realizado por la Universidad de Michigan. (2)

Cambiar las respuestas

El calentamiento global también genera la aparición y propagación de enfermedades contagiosas, lo que prácticamente garantiza la futura aparición de más pandemias, como la que estamos enfrentando actualmente. Estas dos crisis simultáneas exigen una respuesta global, colectiva y coordinada.

Lo primero es lograr una distribución equitativa y gratuita de vacunas y tratamientos contra el coronavirus, así como también una recuperación económica que tenga como prioridad la protección ecológica.

Cambiar los discursos

Cuando a fin de este mes se reúnan 190 líderes del mundo en Glasgow, Escocia, a discutir durante 12 días en la Conferencia Cumbre COP26 sobre el futuro del planeta, ya habrán pasado 6 años de declaraciones y promesas sin que mucho haya cambiado.

En el 2015 acordaron limitar las emisiones que producen el calentamiento global a menos de dos grados, idealmente se comprometieron a no subir de 1.5 grados la temperatura global. Para ello cada país y en especial los más desarrollados debían crear un plan realista de reducción de sus emisiones. Media década después cada año la temperatura ha ido en aumento y se han emitido 200 gigatoneladas más de CO2.  

Cambiar la mentalidad

La activista sueca Greta Tintin Eleonora Ernman Thunberg continúa liderando el movimiento de jóvenes mundialmente para frenar este proceso, y aprovechar cada oportunidad para generar conciencia y empujar a la acción.  Thunberg ha recorrido un largo camino en un corto tiempo, teniendo en cuenta que era agosto del 2018 cuando inicio las marchas estudiantiles en Estocolmo. Al principio ni siquiera sus pares de la escuela querían venir a sus sentadas, hasta que los medios de comunicación empezaron a prestarle atención tras la publicación de una foto selfie con su pancarta Skolstrejk för klimatet (huelga escolar por el clima), que alcanzó 200 mil seguidores en una semana. El resto de la historia ya la conocemos. En cuatro años esta generación de jóvenes ha hecho más por el planeta que generaciones enteras de gente adulta.

La meta es clara, escuchar lo que la ciencia ha comprobado: de no cambiar el modo de producción contaminante y el modo de vida capitalista que privilegia la acumulación de riqueza basada en el consumo, la Tierra no podrá seguir produciendo alimentos para los 7.8 billones de habitantes y los mares inundarán una gran parte de grandes ciudades cerca del mar como, por ejemplo, Mumbai en la India. Muchas zonas costeras desaparecerán por las inundaciones, mientras tanto en ciudades más contaminadas como Nueva Delhi sus habitantes ya no podrán respirar. De uno u otro modo, las crisis climáticas afectaran la vida de millones en todos los continentes.

Cambiar las actitudes individualistas

Las plataformas sociales de desinformación y propagación de mensajes nos han demostrado cada vez más la sensación de globalidad. Pero cuando se trata de cambio climático o de pandemias muchas personas usuarias de estas plataformas se vuelven descreídas de esa realidad. Esto se explica por la falsa sensación de individualismo y la constante necesidad de acumulación de aprobaciones, que se retroalimenta constantemente por estas redes.

El ambientalista canadiense David Susuki analiza este fenómeno durante la pandemia y nos plantea como existe una oportunidad para desarrollar una mirada global en donde todas las personas somos parte del problema y de las soluciones.

¨ ¿Podemos volver a aprender lo que la humanidad ha sabido desde nuestros inicios, que vivimos en una compleja red de relaciones en las que nuestra supervivencia y nuestro bienestar dependen del aire, el agua y el suelo limpios, la luz solar (fotosíntesis) y la diversidad de especies de plantas y animales con las que compartimos este planeta? ¨.

Cambiar los planes por acciones

Al revisar los objetivos de esta próxima cumbre sobre el cambio climático se encuentra que las acciones son tan amplias y genéricas, que prácticamente se pierden en el horizonte.

Por ejemplo, aparecen estas declaraciones en papel, pero no en la práctica:
¨Es por eso que los países desarrollados deben eliminar rápidamente la energía del carbón, y todos los países deben comprometerse a no abrir ni financiar ninguna nueva central eléctrica de carbón en todo el mundo¨.
…¨debemos trabajar juntos para brindar a los países en desarrollo un mejor apoyo para brindar energía limpia a sus ciudadanos¨.

¨Los bosques juegan un papel vital en la remoción de carbono del aire. Protegerlos es fundamental si vamos a cumplir con nuestros objetivos climáticos, y en este momento todavía se están perdiendo al ritmo de un campo de fútbol cada pocos segundos¨.

¨Alentamos a los países a trabajar juntos para reformar el comercio mundial de productos agrícolas (como carne de res, soja y aceite de palma) para que se recompense la producción sostenible, ayudando a los agricultores a tener una vida mejor mientras se protegen los bosques¨.

¨necesitamos limpiar nuestro aire y reducir las emisiones de carbono cambiando a conducir automóviles, camionetas y camiones con cero emisiones. Si enviamos una señal fuerte a la industria, la inversión se trasladará más rápidamente a tecnologías nuevas y limpias, y todos los países podrán disfrutar de los beneficios antes¨.

Cambiar las responsabilidades

Una de las corporaciones que auspician esta cumbre es casualmente Unilever. Al igual que muchas de las megaempresas que manejan el comercio mundial y la producción de nuestros productos cotidianos de consumo en el hogar tienen una mayor responsabilidad (7).

Unilever es una multinacional británica de bienes de consumo con sede en Londres, Inglaterra. Los productos de Unilever incluyen alimentos, condimentos, helados, vitaminas, minerales y suplementos, té, café, cereales para el desayuno, agentes de limpieza, purificadores de agua y aire, alimentos para mascotas, pasta de dientes, productos de belleza y cuidado personal.

Unilever es el mayor productor de jabón del mundo. Los productos de Unilever están disponibles en unos 190 países.
En 2014, Greenpeace criticó a Unilever por causar deforestación. En 2008, Greenpeace Reino Unido criticó a la empresa por comprar aceite de palma a proveedores que dañaban las selvas tropicales de Indonesia. Para 2008, Indonesia estaba perdiendo el 2% de su selva tropical restante cada año, teniendo la tasa de deforestación más rápida de todos los países. El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente declaró que las plantaciones de aceite de palma son la principal causa de deforestación en Indonesia.

Además, Indonesia fue el decimocuarto emisor de gases de efecto invernadero, en gran parte debido a la destrucción de las selvas tropicales para la industria del aceite de palma, que contribuyó al 4% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero.

Según Greenpeace, la expansión del aceite de palma se estaba llevando a cabo con poca supervisión del gobierno central o local, ya que se descuidaron los procedimientos para la evaluación del impacto ambiental, la planificación del uso de la tierra y la garantía de un proceso adecuado para el desarrollo de concesiones.

En Costa de Marfil, uno de los proveedores de aceite de palma de Unilever fue acusado de talar bosques para plantaciones, una actividad que amenazaba a una especie de primates.

En 2019, Unilever fue citado por BreakFreeFromPlastic como uno de los diez principales contaminadores de plástico del mundo.

Ante el inicio de esta cumbre COP26, Greenpeace alertó esta semana que tanto los gobiernos de los países como las corporaciones están intentando lavar (greenwash) sus continuas acciones de polución del planeta. (9)

Cambiar la conciencia

Tras revisar la lista de corporaciones en acción y luego repasar mi lista de supermercado tomé más conciencia de que tenemos un problema muy grave y poco tiempo para resolver.

Miro a la colorida pantalla de mi celular y me pregunto si sería ya tiempo de tener una aplicación que midiera el impacto de nuestras acciones en la ecología.

Así podríamos calcular y tener conciencia de nuestra huella: ¿cuánto C02 usamos para producir este artefacto del hogar?, ¿cuánta energía no renovable usamos en nuestras casas?, ¿A cuántas emisiones equivalen 100 kilómetros manejando un auto de 8 cilindros? ¿Cuántas emisiones representa un viaje en avión intercontinental?

El recuento anual de esta huella serviría para calcular los impuestos a pagar y así la cuota de responsabilidad social sería más equitativa.

Y de repente…me desperté…



      
Fuentes:

       







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