Las vacunas salvan vidas
22 October 2021
por Fernando Rouaux
Ya hemos publicado anteriormente en Línea Uno los números de hospitalizaciones por Covid-19 entre las personas vacunadas y no vacunadas. Vimos cómo las vacunas previenen la gravedad de esta enfermedad.
Las personas vacunadas tienen muchas menos probabilidades de transmitir COVID-19 a otras personas, incluidas las que no están vacunadas.
Asimismo, las personas vacunadas tienen mucha menos posibilidades de enfermarse, pero también menos riesgos de ser derivadas a la terapia intensiva. Es decir: aunque todavía pueden contraer la enfermedad, en general lo hacen con síntomas leves y, lógicamente, tienen menos chances de morir.
Ahora bien, pero ¿cuántas vidas salvaron estas vacunas? No es una pregunta fácil de responder, aunque algunos científicos han desarrollado complejos modelos para realizar este cálculo.
En un artículo publicado en The Conversation (1), Sumedha Gupta, una economista de la salud que investiga los efectos de las políticas públicas de salud en la universidad de Indiana, en Estados Unidos, llegó a la conclusión de que entre marzo de este año (cuando las agencias gubernamentales de aquel país comenzaron a brindar datos confiables sobre cantidad de personas vacunadas) y el 9 de mayo de 2021, es decir en sólo 3 meses, las vacunas evitaron 140.000 muertes en ese país.
En el estado de Maryland en Estados Unidos, tal como recoge la CNN detectaron que durante el mes de junio el 99 % de los 130 fallecidos con Covid-19 eran personas no vacunadas al momento del contagio.
Entre la población de personas mayores fue donde mayor impacto han tenido las vacunas. Un nuevo reporte del Departamento de Salud de Estados Unidos demuestra que la vacunación en los hogares de cuidado a largo plazo previno 265 mil casos, 107 mil hospitalizaciones y 39 mil fallecimientos. (2)
En España por ejemplo se observó que durante la última ola de contagios causada mayormente por la variante Delta, por el número de contagios que se producen hay seis veces menos fallecimientos.
Los datos del mismo estudios tomados del 4 de abril al 17 de julio, muestran que las personas no vacunadas tenían cinco veces más probabilidades de contraer una infección por el coronavirus y diez veces más probabilidades de ser hospitalizadas o morir de COVID-19. (3)
Datos de Ontario
Hace unos meses la mesa de científicos de la provincia de Ontario (Covid-19 Science Advisory Table) brindó datos sobre la cantidad de vidas salvadas en los hogares de cuidado a largo plazo, donde se vio el mayor impacto de mortalidad antes de las vacunas.
En las 8 semanas posteriores a que comenzara la vacunación -la cual comenzó en diciembre 2020-, las infecciones se redujeron en un 89% entre los residentes y la mortalidad disminuyó significativamente en un 96%. Lo mismo se registró entre el personal de atención, con un 79% menos de casos.
En un artículo de CBC con fecha del 8 de marzo de este año, se describe que ¨solamente en los hogares de cuidado para adultos en Ontario, las vacunas evitaron 2.600 contagios, 250 hospitalizaciones y 615 muertes¨. (4)
El caso de Fox: de la duda a la certeza
A pesar de constantes ataques sobre la efectividad de las vacunas, y de haber promovido afirmaciones falsas sobre las vacunas, más del 90% de los empleados del canal Fox fueron vacunados a mediados de septiembre, según un memorando de la compañía.
El presentador de Fox News, Neil Cavuto, dijo que “el haber sido vacunado le había salvado la vida, una declaración que llegó junto con el anuncio de que había dado positivo por COVID-19.
"Aunque estoy algo sorprendido por esta noticia, los médicos me dicen que también tengo suerte", dijo Cavuto, quien es un paciente en recuperación de cáncer. "Si no me hubieran vacunado, y con todos mis problemas médicos, esta sería una situación mucho más grave". (5)
La discusión en torno a la seguridad de vacunas en el largo plazo tal vez no pueda ser completamente saldada aún, pero el avance de la campaña de vacunación contra la Covid-19 demuestra sí es posible salvar vidas con las vacunas disponibles y evitar hospitalizaciones masivas que colapsan los servicios de salud.
Se me ocurre una analogía: si estamos en un barco que se hunde y tenemos que tirarnos al mar a un bote salvavidas, ¿nos negamos porque el viaje en el pequeño bote no es 100% seguro?, ¿nos ponemos a mirar la marca y el diseño del bote antes de subir?, ¿nos quejamos porque es incómodo?
Muchas personas desconfían de las empresas farmacéuticas porque hacen mucho dinero, y eso es muy cierto. Sin embargo, esas personas siguen tomando un avión sin dudar de la empresa que lo diseñó, le realiza el mantenimiento y lo controla desde una torre. Las aerolíneas también hacen mucho dinero, dicho sea de paso.
Descreemos en el control gubernamental sobre las vacunas, pero no de los fabricantes de autos sobre los que nos jugamos (literalmente) la vida. Lo mismo podemos decir de las multinacionales que fabrican alimentos, que comemos con toda confianza, seguros de que las regulaciones del gobierno y los procedimientos que siguen las empresas no van a permitir que se contaminen con bacterias o sustancias tóxicas. La lista podría seguir con cada una de las cosas que utilizamos diariamente: vehículos, puentes, semáforos, edificios, ascensores o la pasta dental.
Más allá de cualquier polémica, teorías conspirativas o campañas de desinformación que aún circulan por las redes, es posible asegurar que la cantidad de vacunas administradas, casi 7 millones de vacunas, ya han superado la cantidad de muertes causadas por el COVID-19, cifra que ya ha trepado a casi 5 millones de habitantes. (6)
Disparidad en el acceso a las vacunas
Una de las razones que impiden saber exactamente cuántas vidas ha sido posible salvar con el descubrimiento de estas vacunas es consecuencia de una dispareja distribución de vacunas a nivel mundial.
Hasta ahora, el 85 por ciento de las vacunas administradas en todo el mundo se han administrado en países de ingresos altos y medianos altos y solo el 1,9 por ciento de las dosis se han administrado en países de ingresos bajos.
Esta es una estadística alarmante, ya que muestra que no estamos ni cerca del objetivo común de vacunar a la mayor parte de la población mundial contra el COVID-19 y comenzar a recuperarnos del trágico impacto que esta pandemia tuvo en nuestras vidas.
Fuentes:
