Día del Recuerdo

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Boletín No 69, Toronto, Noviembre 5 de 2021
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Día del Recuerdo

Boletín Línea Uno 69 Informativo y cultural - Consejo de Desarrollo Hispano / Hispanic Development Council - Toronto - Canada
4 November 2021

por Alejandro A. Morales

El número once fue el resultado de un acuerdo de los excombatientes de ambas guerras mundiales, al encontrar una fecha y hora para realizar este homenaje.  Se eligió así el onceavo mes del año, en su onceavo día y su onceava hora.
El hemisferio norte, de donde procedían la mayoría de los soldados, se entristece dicha parte del año. Los árboles se despojan de sus hojas, ya descoloridas, y ocasionalmente suele caer un delgado manto de nieve prematura.

Cada once de noviembre, hago un pequeño peregrinaje a un cementerio ubicado en el norte de la ciudad, que me espera en su habitual traje de árboles descoloridos y una soledad que entristece aún más, para entregar un mudo saludo a un viejo amigo, cuyos restos se encuentran en una esquina del camposanto, donde se entierran las cenizas después de una cremación.

¿Quién fue mi amigo? Un hombre algo mayor que llegó a Canadá desde la rubia Albión, en circunstancias muy especiales. Un nombre fácil de recordar y pronunciar: Rex. En su pasaporte James Reginald, con quien mi mujer y yo compartimos de vez en cuando algunas veladas en la taberna local, compartiendo un “fish and chips” y un par de cervezas tibias, al estilo inglés.

Para un par de hispanos como nosotros, sin guerras al menos durante el siglo 20, la conversación giraba hacia la última Guerra Mundial, de la cual habíamos leído en las revistas y visto en las muchas versiones de Hollywood. Sin embargo, nuestro amigo no era muy locuaz en ese tema. Nos costó entender que tanto héroes como veteranos no gustan de traer recuerdos que suelen ser dolorosos, a menos que transcurran en sus logias de veteranos, donde entre camaradas se abrían más, compartiendo experiencias. A veces, una tercera pinta traía un poco de locuacidad a la mesa y así pudimos hilvanar historias de su vida que conectaban con el episodio bélico.

Rex era londinense y cuando el Rey Jorge VI hizo su dramático llamado a defender la isla, con sólo 19 años se enroló en la RAF (Real Fuerza Aérea) y recibió entrenamiento para pilotear los bombarderos con sus letales cargamentos y la enorme peligrosidad de ser objeto del fuego antiaéreo. Cuando llegó a su casa con su nuevo uniforme se miró al espejo e hinchó su pecho de orgullo, listo para salir a la caza de Jerry (los alemanes).

Pronto, su familia y la población en general comenzó a experimentar la brutalidad de un conflicto bélico. Londres, y otras ciudades, a recibir las visitas que les enviaba Göering, en forma de bombardeos constantes que los británicos llamaron el “blitz”. Aun así, la vida continuaba, la hija mayor del rey, Isabel, manejaba un Jeep y hacía voluntariado, mientras los niños eran enviados al campo o a las granjas, para escapar del bombardeo. La vida de Rex tomó un vuelco inesperado. Las salidas en el aire hacia Europa se repetían y la vida de los pilotos se estimaba en dos o tres semanas. Con un libreto prestado de la industria cinematográfica Rex se enamoró y casó, como otros tantos.

Los pilotos de bombarderos tenían que cumplir 30 misiones sobre el continente. Rex fue uno de los afortunados, que incluso alargó sus misiones a un total de 33. Y ya tenía una hija, a la cual muchas veces pensó que no volvería a ver. Fue, sin embargo, afortunado. Como premio a su esfuerzo, la alta comandancia le designó venir a Canadá a entrenar nuevos pilotos, aunque ya se estaba ganando la guerra.

Y así llegó a Trenton, Ontario, lo que no fue algo rutinario. En más de dos ocasiones estos jóvenes, a quien él entrenaba, estuvieron a punto de enviar a todos al “más allá”. Se le otorgó un descanso médico y, un día de esos, los primeros infantes soviéticos entraron en Berlín hasta la Cancillería, donde el monstruo que causó todo se había quitado la vida.

Ya de vuelta en Inglaterra, con el tiempo, Rex se dio cuenta que su matrimonio había sido un fracaso. Además, la escasez de trabajo le hizo inmigrar a Canadá, donde existían nuevas oportunidades. Aquí encontró una nueva pareja y hasta amigos que hablaban con un acento extraño, que él también trató de aprender. Así se convirtió en padrino de nuestro hijo, hasta que un rebelde cáncer al pulmón se lo llevó de este mundo a explorar otras latitudes.
En estos días, siempre que llego hasta el cementerio de la avenida Royal York y, en medio del frío y las hojas caídas, trato de encontrar su tumba. En alguna ocasión he fallado en encontrarla. Entonces me digo: Rex no te olvidamos, ni menos tu vida, la de un soldado corriente como tú, ya que mientras lo hagamos, seguirás vivo. Ahí está el objetivo del Remembrance Day (Día del Recuerdo).

Número de soldados fallecidos en acción en la Segunda Guerra Mundial, de algunos países: Canadá 45,400; China 3-4,000,000; Unión Soviética 10, 700, 000; Estados Unidos 416, 800; Reino Unido 383, 600; Polonia 240, 00; Alemania 5, 533, 000; Austria 261, 000; Francia 267, 000; Japón 2, 120,000; Rumania 300, 000; Hungría 300,000; Italia 301, 400; Yugoslavia 446,000.  

Víctimas a nivel mundial:
Soldados muertos en acción: 15,000,000
Soldados heridos en acción: 25,000,000
Civiles fallecidos: 45,000,000






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