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Boletín No 71, Toronto, Noviembre 19 de 2021
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Trabajo sin remuneración

Boletín Línea Uno 71 Informativo y cultural - Consejo de Desarrollo Hispano / Hispanic Development Council - Toronto - Canada
18 November 2021

 
por Sandra Farias

La desigualdad económica está fuera de control y la mujer es su principal víctima.

Esta es la principal conclusión del reporte anual de la agencia no gubernamental mundial Oxfam (1), dado a conocer en detalle durante la cumbre COP26 de cambio climático, finalizada el pasado fin de semana con resultados -ya sabemos- bastante decepcionantes.

En el estudio, Oxfam recopila los datos del Informe Credit Suisse Global Wealth (2) sobre la distribución de la riqueza global, que cubre la mayor cantidad de países.

Este estudio se compila utilizando los balances nacionales de los hogares, los datos de la encuesta de riqueza y las clasificaciones de multimillonarios de Forbes. Aun así, existe una necesidad urgente de una inversión mucho mayor en la recopilación de datos transparentes sobre la riqueza y la desigualdad de la riqueza en todos los países.

La enorme diferencia entre escasos grupos económicos multimillonarios frente a una gran mayoría de población que vive con lo justo o en extrema pobreza está sostenida según este análisis en “un sistema económico sexista y defectuoso que valora la riqueza de unos pocos privilegiados, en su mayoría hombres, mientras el trabajo de cuidado no remunerado y mal remunerado es realizado principalmente por mujeres y niñas alrededor del mundo”.

Asimismo, el reporte revela las extremas desigualdades sociales entre ricos y pobres en todo el planeta.

“La acumulación de riquezas en manos de unos pocos ha llegado tan lejos que actualmente los individuos más ricos tienen más poder económico que países enteros. En 2019, los multimillonarios del mundo, sólo 2.153 personas, tenían más riqueza que 4.600 millones de personas”.

A nivel mundial, los hombres poseen un 50% más de riqueza que las mujeres, y la riqueza combinada de los 22 hombres más ricos del mundo es más que la riqueza de todas las mujeres en África, por ejemplo.

Al revisar el reporte de Oxfam, la principal recomendación a quienes tienen el poder de tomar decisiones en sus países es muy simple, pero al mismo tiempo muy difícil de aceptar para el mantenimiento del status quo tal como existe hoy.
“Los gobiernos de todo el mundo deben construir una economía humana que sea feminista y valore lo que realmente le importa a la sociedad, en lugar de impulsar una búsqueda interminable de ganancias y riqueza”.

Las economías del mundo recompensan a los hombres más que a las mujeres

En todo el mundo, los hombres poseen un 50% más de riqueza que las mujeres.

Las mujeres están apoyando la economía de mercado con mano de obra barata y gratuita y también están apoyando al estado, proporcionando cuidados que deberían ser provistos por el sector público.

Oxfam ha calculado que el trabajo de cuidados no remunerado de las mujeres por sí solo está agregando valor a la economía al ritmo de al menos $ 10,8 billones al año, una cifra tres veces mayor que la industria tecnológica.

Lo que está claro es que este trabajo no remunerado está alimentando un sistema económico sexista que le quita a la mayoría y pone dinero en los bolsillos de unos pocos.

Sólo el 10% de los trabajadores domésticos están cubiertos por las leyes laborales generales en la misma medida que otros trabajadores.

Los hombres también predominan en posiciones de poder político y económico; solo el 18% de los ministros y el 24% de los parlamentarios a nivel mundial son mujeres, y ocupan aproximadamente el 34% de los puestos directivos en los países donde se dispone de datos.

Casi el 65% de las personas que superan la edad de jubilación sin una pensión regular son mujeres. Sólo el 26,4% de las mujeres en edad de trabajar están cubiertas por un plan de pensiones contributivo. Esto las empobrece y las hace más vulnerables en la vejez que los hombres, y a menudo significa que necesitan continuar en el trabajo remunerado durante más tiempo para satisfacer sus necesidades básicas.

El problema de los superricos

Si todos se sentaran sobre su riqueza acumulada en billetes de $ 100, la mayor parte de la humanidad estaría sentada en el suelo. Una persona de clase media en un país rico estaría sentada a la altura de una silla. Los dos hombres más ricos del mundo estarían sentados en el espacio exterior.

En febrero de 2019, el diario The New York Times publicó un artículo de opinión en su portada, titulado provocativamente “Abolir a los multimillonarios”. (3)

El editorial planteaba esta pregunta: ¿qué pasaría si los multimillonarios fueran un signo de fracaso económico, en lugar de éxito económico?

“Los extremos de riqueza no son un signo de una economía sana, sino más bien un signo de una economía muy enferma. Las enormes fortunas de unos pocos individuos superricos y el enorme poder que les otorga su gran riqueza se interponen en el camino de una redistribución muy necesaria para cerrar la brecha entre ricos y pobres. Construir una sociedad más justa, libre de pobreza extrema, requiere el fin de la riqueza extrema”.
Además, las evidencias indican que los superricos usan su riqueza para pagar la menor cantidad de impuestos posibles.
Al mismo tiempo, gracias a los gobiernos, pueden utilizar una red mundial secreta de paraísos fiscales, como lo revelan los Papeles de Panamá y, más recientemente, los Papeles de Pandora. (4)

Los estudios han demostrado que los superricos están evitando hasta un 30% de sus obligaciones tributarias, negando a los gobiernos miles de millones de dólares que podrían gastarse en la desigualdad, en servicios como la salud y la educación.

Sólo el 4% de los impuestos globales proviene de los impuestos sobre la riqueza.

Los multimillonarios también pueden comprar la impunidad de la justicia, influir en los políticos o en los medios dóciles e incluso manipular los procesos democráticos. El uso de dinero para influir en las elecciones y las políticas públicas es un problema creciente en todo el mundo.  

América Latina ya era la región más desigual del mundo antes de la pandemia.

Un estudio de Oxfam durante la pandemia mostró las muchas formas en que la política y los medios de comunicación han sido capturados por los muy ricos en América Latina. (5)

De hecho, muchos de los esfuerzos de los gobiernos para abordar el coronavirus y salvar vidas se han visto frustrados por la desigualdad y la corrupción profundamente arraigadas, y el virus ha sacado a la luz aún más la enorme brecha entre los más ricos y el resto.

Cambio climático y desigualdades

Se estima que 300 millones de personas en todo el mundo estarán expuestas al desplazamiento por el aumento del nivel del mar. Para el 2025, hasta 2.400 millones de personas vivirán en áreas sin suficiente agua
El colapso climático ya está imponiendo una carga mayor a las mujeres.

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) ha estimado que habrá 100 millones más de personas mayores y 100 millones más de niños de 6 a 14 años que necesitarán atención para el 2030.

La reducción de la cantidad de alimentos producidos y el aumento de las enfermedades supondrá un mayor estrés y una mayor demanda de tiempo para las mujeres y las niñas, de las que se espera que proporcionen el mayor trabajo necesario para hacer frente, dedicando cada vez más horas en sus días.

Cuando se publicó el último borrador de texto de la COP26, Tracy Carty, jefa de la delegación de Oxfam para la COP26, dijo: "Aquí en Glasgow, los países más pobres del mundo están en peligro de perderse de vista”. (6)

"Necesitamos un progreso decisivo en las finanzas para ayudar a los países a adaptarse y afrontar las pérdidas y daños sufridos”.

Invertir en la población más vulnerable

Actualmente, Canadá está llevando adelante un plan de guarderías de bajo costo, $ 10 dólares por día, en todas las provincias. Esta inversión es precisamente el tipo de inversión que Oxfam está recomendando realizar urgentemente.

Estas son las principales sugerencias para quebrar la extrema desigualdad en la sociedad:
   • La provisión de acceso universal a agua potable.
   • El saneamiento y sistemas de energía doméstica.
   • Inversiones para brindar atención infantil universal.
   • Las empresas deben reconocer el valor del trabajo de cuidado y apoyar la redistribución de la atención mediante la provisión de beneficios y servicios como guarderías y vales de cuidado infantil y garantizar salarios dignos para los proveedores de atención.
   • Atención de ancianos y a personas con discapacidades.
   • Acceso a una atención médica y una educación de calidad.
   • La provisión de protección social universal, como pensiones y prestaciones por hijos.
   • Los gobiernos deben garantizar un mínimo de 14 semanas de licencia de maternidad remunerada y la realización progresiva de un año de licencia parental remunerada.
   • Los gobiernos deben tomar medidas audaces y decisivas al gravar la riqueza y los altos ingresos y tomar medidas enérgicas contra las lagunas y las normas fiscales globales inadecuadas que permiten a las corporaciones e individuos ricos escapar de sus responsabilidades fiscales.



Fuentes:





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