Carta de Lectores

Reflexiones, diálogo y comunidad
Línea Uno
Boletín No 74, Toronto, Deciembre 10 de 2021
Boletín Línea Uno, Toronto, Ontario
Consejo de Desarrollo Hispano
DESIGN
BLOG
Go to content

Carta de Lectores

Boletín Línea Uno 74 Informativo y cultural - Consejo de Desarrollo Hispano / Hispanic Development Council - Toronto - Canada
9 December 2021

 
Día de trabajo voluntario en el Humber River Trail

Carmen Delia Cruz

 
El sábado 20 de noviembre estaba despierta desde temprano como si fuera a encontrarme con mis amigos de la escuela secundaria, cuando nos ubicaban en un punto de la Habana donde nos recogían en un camión y nos llevaban hacia unos campamentos, donde pasábamos un mes fuera de la ciudad y teníamos que trabajar en el campo. Para nosotros era algo especial, lejos de la casa, lejos de los padres, libres de estar al cuidado de ellos y de tener que organizar o hacer tareas de la casa y de la escuela, y les cuento; ¡Era algo especial! Por muchas razones, no solo por estar fuera del cuidado de los padres o abuelos, sino porque aprendimos a valorar el trabajo de los campesinos, el sacrificio de los que trabajan la tierra, conocimos como es el proceso de cultivar una planta, de levantarnos en la madrugada y salir hacia los surcos, de ver el amanecer trabajando, de usar el arado, de plantar un árbol, de cuidarlo, de recoger su fruto, de ver las manos de un campesino, que lo transforman todo para que otros disfruten del resultado de su trabajo. Entendimos por qué los padres nos dicen que hay que aprender a conocer todos los oficios para darle valor a todo lo que tenemos. Valorar es la palabra para este sábado de trabajo en el Rio Humber.

El sábado amaneció frio y llegué temprano. En cuanto arribé al lugar frente a la entrada del Parque vi a mi colega Luis Carrillos, ya entrando por donde debíamos encontrarnos. Me apresuré, pero la luz verde no me dejó alcanzarlo y, cuando pude cruzar las escaleras del parque, no lo veía. Decidí llamarlo para que me esperara; no quería ser la última en el grupo del Consejo.

¿Sr Luis dónde está? Estoy buscándolo y no lo veo.

Estoy aquí a la izquierda, pero no veo a nadie, voy a virar para vernos cerca de la escalera.

Que alegría sentí al ver a Luis, éramos los primeros y faltaban unos minutos para el comienzo de la faena. Llamamos a nuestra colega Ingrid que se vino con sus hijos y sobrino, un equipo completo de jóvenes con ganas de trabajar que nos dio el toque de energía que faltaba.

Al poco rato comenzaron a llegar unas personas, pero no sabíamos que pasaba, no veíamos a los coordinadores, si se había suspendido por el frio o estábamos en el lugar equivocado. Cuando se nos unió el equipo familiar de nuestra colega Ingrid, pudimos ver a una muchacha que venía con su patineta, buscando a las personas que habían llegado por otros lugares y no sabían dónde se estaba organizando el evento.

Nos dirigimos hacia el punto de las mesas, donde nos tomaron el nombre, nos dieron guantes, bolsas con aros para que fuera más cómodo recoger la basura y las pinzas para recoger esta última. Ya estábamos equipados con todo para comenzar a trabajar. Nos dividimos y empezamos a caminar por el parque, a llenar las bolsas con toda la basura que nos encontrábamos. Qué bello parque, como hay de ellos en esta ciudad de Toronto. Por el camino pasaban ciclistas, personas haciendo deporte y muchas nos daban las gracias por el trabajo que estábamos haciendo. Al colega Luis lo encontré en el borde del rio, había recogido mucha basura y hasta se había batido, como Don quijote con su lanza frente a los molinos, con un plástico que no quería abandonar las aguas. Caminamos por cada rincón y casi llenamos las bolsas. A pesar de que se veía limpio, cuando caminas y te fijas en los detalles ves cómo hay personas que aún no cuidan la naturaleza. Que feliz nos sentimos todos, más que colegas éramos como familia, todos por un mismo ideal: cuidar, proteger y ayudar a la comunidad. Fue bueno para estos jóvenes ver como Ingrid no paraba de buscar y de llenar su bolso. ¡Ella fue nuestra campeona! El tiempo voló y ya a las 12 fuimos a retornar las bolsas llenas de basura.

Nos agradecieron todo el trabajo y nos tiramos fotos para tener un recuerdo de la labor cumplida. Después del trabajo nos vino bien un cafecito y una merienda que nos ofrecieron en el “Black Cat”. Pudimos además escuchar las anécdotas de nuestro consejero Luis sobre su trabajo como consejero en el Consejo de Desarrollo Hispano. Lindo día a pesar del frio. Que se repita y que pueda revivir mis recuerdos de juventud…

Gracias Don Luis por su ejemplo.

Carmen Delia Cruz
Recién Graduada de Community Social Worker en Medix College
Hizo su práctica en el Consejo de Desarrollo Hispano






contribuye   pixotronmedia
Hispanic Development Council
Consejo de Desarrollo Hispano
1280 Finch Ave West, Suite 203
North York, Ontario, M3J 3k6
CANADA
Boletín Línea Uno
Back to content