Viñetas Número 81

Reflexiones, diálogo y comunidad
Línea Uno
Boletín No 81, Toronto, Enero 28 de 2022
Boletín Línea Uno, Toronto, Ontario
Consejo de Desarrollo Hispano
DESIGN
BLOG
Go to content

Viñetas Número 81

Boletín Línea Uno 81 Informativo y cultural - Consejo de Desarrollo Hispano / Hispanic Development Council - Toronto - Canada
28 January 2022

por Luis Carrillos
 
 Estimadas amigas y amigos, en esta ocasión quiero compartir con ustedes algo que he observado más en mis caminatas de todos los días y que luego lo vino a confirmar un artículo que leí en el periódico, contando que los “doctores están notando que sus pacientes están tomando más alcohol.”

  
Yo comienzo estas historias con la pregunta: ¿Está la gente bebiendo más?

En los últimos días he estado haciendo mis compras en el supermercado donde siempre lo hago.  Allí venden gran variedad de marcas de cerveza y de vino y he venido observando que el consumo de estas bebidas ha ido en constante aumento con relación a los primeros meses de la pandemia.

A esto le puse más atención el viernes 14 de enero pasado. Eran alrededor de las 7:30 de la mañana, yo ya había terminado de escoger mis compras y me fui a la caja a pagar. A esa hora sólo hay una caja abierta y uno puede, sin querer hacerlo, observar lo que las demás personas están comprando mientras espera. A menudo se ve que son las mismas que uno vio la semana pasada. Ese fue el caso en esta ocasión. Tres hombres, que en historias anteriores nos hemos referido a ellos como “los muchachos del murito,” ya estaban haciendo la cola para pagar. Cada uno de ellos estaba comprando una docena de latas de cerveza de las llamadas tall boys (chicos altos), que contienen 16 onzas en lugar de las 12 en las latas regulares. Pagaron y se fueron, mientras yo ponía mis productos en el mostrador para registrarlos y pagar.

 
Desayunando”   

Al terminar el proceso, puse las compras -o mercado como le llaman otras de mis colegas- en el carro de compras del supermercado y me voy al final del murito, que ya he mencionado en historias anteriores. Allí transfiero los comestibles y otros productos de ese carro al mío, que es de dos ruedas, el que acostumbramos a usar la mayoría de las personas. Al momento que me disponía a esta operación, los veo que estaban sentados junto a otro grupo de tres en el murito y cada uno con una lata abierta tomando sus sorbos. Algunos acompañaban los tragos con papitas saladas o maní. “Estamos desayunando,” me dijo uno de ellos con risitas. Hay que mencionar que es invierno y que la temperatura no invita a sentarse al aire libre a beber cervezas a las 8 de la mañana.  En ese momento ya había pasado media hora desde que los vi en la caja comprándolas. Al verlos bebiendo y departiendo felizmente me vino a la mente la misma idea.   

Una de las respuestas se puede encontrar de como los supermercados -o “supers” como les llamamos allá-, han diseñado las ventas de todos los comestibles, productos, y mercadería en sus establecimientos. Parece ser que también el diseño conlleva a facilitar la compra de cervezas o vino.

Como sabemos, otros licores sólo se venden en las licorerías administradas por el gobierno provincial. Allí donde los muchachos del murito van a comprar ‘lo fuerte’ cuando quieren celebrar más a lo grande o, significativamente, como la celebración de la memoria de uno que ya se ha ido al más allá.

Sin embargo, volviendo a las heladitas y el vino, en el ‘super’ donde hago mis compras semanales, cervezas y vino están en la entrada principal, a la altura de las verduras y frutas, facilitando el acceso a ambos. En cambio, las bebidas nutritivas como la leche de vaca, de almendra, soya, coco, etc. están al otro extremo, al fondo del establecimiento. Me pregunto ¿por qué será?

Participante  

Con ese interrogante en mente recordé cuando, en una sesión de consejería, una de mis participantes estaba buscando ayuda ya que su pareja estaba tomando más que antes. La situación de acuerdo con ella no era “peligrosa todavía, pero tenía miedo de que se empeorara. Dijo que su pareja al principio de la pandemia se tomaba un traguito de tequila después de la cena para ‘relajarse,’ pero que hace unos tres meses comenzó a tomarse dos copitas, uno que otro día, pero que a medida que cambiaba el clima al tiempo frio y los días se hacían más cortos comenzó a tomarse dos: “una sola ya no le hacía efecto y eso me preocupa Don Luis. No se pone borracho, pero su comportamiento cambia. Y me da miedo que aumente y empiece a abusar de la bebida,” me comentó.

 
La opinión de la experiencia

Cuando le comento a Doña Mary de mi observación ella me da su opinión: “Yo pienso que la gente está tomando más estos días. Por ejemplo, yo veo a mis vecinos que cada dos días pasan con su cajita de seis. Antes de la navidad era una vez por semana. Aunque todavía es poco comparado con otras personas que veo cuando voy al super donde venden cerveza y vino. Allí, hay gentes que se llevan cajas de docena o sus tres botellas de vino. Creo que las personas están consumiendo más bebidas alcohólicas porque se sienten solas. La soledad mata. Usan la cerveza, el vino, o el licor como una medicina para alegrarse. En otras palabras, como que se automedican para no sentir su soledad”.

Doña Mary también conoce de los problemas de la soledad en su comunidad y nos cuenta del programa para personas mayores de su centro comunitario, ubicado en la zona este de la ciudad.

Nos reunimos vía Zoom cada semana para conversar, cantar, contar historias y así mantener contacto con el grupo. Por lo mismo, la encargada nos llama individualmente para mantener contacto personal directo. Eso lo hace más cuando en la reunión del grupo observa algo en alguien que le llame la atención. También nos dice que en el momento que sintamos soledad que la llamemos, y que si necesitamos víveres y no podemos salir que la llamemos, que ella se va a encargar que los recibamos.

 
El reciclaje

El aumento del consumo de cervezas tiene una ventaja para aquellas personas que recogen latas vacías para irlas a vender a los Beer Stores (tiendas de cerveza), administradas por el gobierno provincial. Ahora estas personas son más visibles en mi vecindario, ahí los veo hurgando en los cajones de basura sacando más latas y uno que otro envase. Ahora la gente se las deja en bolsita, a la par del “blue bin” (contenedor donde debe ponerse desperdicios reciclables), para facilitarles la colecta y que no se martiricen tanto.

El Tendero

Por el área donde vivo, como lo he mencionado anteriormente, sólo existe un lugar donde se venden los periódicos y es el que yo visito los fines de semana para comprar el mío. Además de ser una mini tienda de variedades, este lugar está abierto las veinticuatro horas del día y cuenta con una venta de café y donuts.

A la hora que yo voy generalmente, las 5:30 de la mañana, es común ver uno que otro juerguista, trasnochado aún bajo los efectos del alcohol, buscando café para tratarse la goma, cruda, guayabo, o chuchaque, o -como dicen por acá- hangover. Su presencia también ha sido más frecuente en los últimos meses.

En una ocasión, uno de ellos trató de asustarme y forzarme a ir a la máquina de sacar dinero para que le diera algo. Mi respuesta fue que sí, que fuéramos. La máquina dispensadora de dinero está dentro de la tienda y me sentía seguro. Saqué mi celular para llamar a la policía y se lo dije al borracho. Al ver mi intención, se fue corriendo, mientras yo entraba al establecimiento.

Al entrar, le comenté al tendero el incidente del borracho demandando dinero y que se fue corriendo cuando lo amenacé con llamar a la policía. El me respondió que “ese es otro más de los borrachos que han estado apareciendo en los últimos meses”. Que unos son pesados y otros amigables, otros tranquilos. “Aquí entra de toda clase de gente,” comentó.

Artículo en el periódico        

Finalmente, para ponerle ‘carnita’ a estas mis elucubraciones sobre el creciente uso del alcohol en mi vecindario, quiero compartir el siguiente artículo que leí en el periódico, que, precisamente compré en la tienda que les describí, con el título: “Hospitalizaciones relativas al uso del alcohol se han incrementado durante la pandemia a lo largo y ancho del país. Doctores notan que sus pacientes están tomando más” y el comentario del profesional de la salud destaca lo siguiente: “Estoy viendo muchos más pacientes que están moviéndose de uno o dos tragos al día, a tres, cuatro, cinco, seis y más”. “Las hospitalizaciones por esta causa también aumentaron un 22 por ciento, respecto de los niveles prepandemia”.

El artículo del diario -a nivel nacional- indica también que la tendencia de mayor consumo de alcohol va en crecimiento con el rango de edad entre los 30-39 años, siendo ese el grupo más grande. Asimismo, menciona las consecuencias en la salud mental, además de las enfermedades que el abuso del alcohol induce en el hígado y el páncreas, de acuerdo con el Instituto Canadiense para la Información de la Salud, HCIH por sus siglas en inglés.
En mis relaciones comunitarias, y como en una forma de muestreo, también le pregunté a Raff si nota que los muchachos están tomando más, a lo que me respondió: “Están desesperados, ya no aguantan esta m… Allí están temblando, muriéndose de frio, pero se tienen que tomar su cerveza,” me respondió.
 







contribuye   pixotronmedia
Hispanic Development Council
Consejo de Desarrollo Hispano
1280 Finch Ave West, Suite 203
North York, Ontario, M3J 3k6
CANADA
Boletín Línea Uno
Back to content