Otra buena noticia para dejar atrás la pandemia

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Boletín No 81, Toronto, Enero 28 de 2022
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Otra buena noticia para dejar atrás la pandemia

Boletín Línea Uno 81 Informativo y cultural - Consejo de Desarrollo Hispano / Hispanic Development Council - Toronto - Canada
27 January 2022

por Fernando Rouaux

Menos de un año después de inicio de la campaña de vacunación global, el desarrollo de medicamentos contra la Covid-19 ya es un hecho.

La Agencia de Salud Pública de Canadá autorizó recientemente el uso de Paxlovid, un antiviral fabricado por Pfizer de aplicación oral y que puede ser administrado en el hogar, sin necesidad de acudir al hospital. (1)

El Paxlovid es una combinación de dos fármacos, un antiviral y un antirretroviral, tradicionalmente utilizado para tratar el VIH. Según los estudios del laboratorio, el Paxlovid reduciría las hospitalizaciones en un 85% cuando es tomado a tiempo.

A diferencia de las vacunas, Paxlovid no se dirige a la proteína espiga, que puede mutar. En cambio, ataca la capacidad de propagación del virus, lo que significa que el tratamiento debería ayudar a combatir el virus, independientemente de la variante con la que uno se contagie, es decir sirve para cualquier tipo de infección con Covid-19. (2)
De este modo, este medicamento impide la reproducción del virus, porque se pega a una proteína que el virus necesita para reproducirse. (3)

Se toman tres pastillas dos veces al día: dos de Nirmatrelvir y una de Ritonavir. En total, el curso completo del tratamiento requiere que tome 30 píldoras en un lapso de cinco días.

Otra buena noticia es que, si califica para una receta de Paxlovid, no le costará nada de su bolsillo.

Limitaciones de uso

La limitación principal del Paxlovid es que sólo funciona en una ventana de oportunidad muy estrecha, es decir dentro de los cinco primeros días de la aparición de síntomas. Sólo luego de una prueba positiva que puede ser realizada con antígeno, su médico/a puede recetarlo.

El medicamento no puede utilizarse como preventivo. No podemos tomar el medicamento previo a una exposición, ya que no funciona generando defensas como la vacuna.

Tampoco puede utilizarse como prevención luego de haber sido expuestos al virus. Es decir, en caso de contagio el medicamento no va a impedir que uno desarrolle la enfermedad.

Tampoco se puede utilizar como tratamiento en pacientes hospitalizados (ya que está indicado para una enfermedad leve o moderada).

Aún así este nuevo medicamento representa un gran paso en cuanto al riesgo de colapso del sistema de salud, en medio de la ola de Ómicron, la variante más contagiosa que hayamos tenido hasta ahora.
 
¿Sustituye a las vacunas?

Ninguna medicación contra la Covid-19 reemplaza a las vacunas.
La aparición de los medicamentos contra el virus, es decir, una cura, podría hacer creer equivocadamente que ya no es necesario vacunarnos.
Sin embargo, sería un grave error creer que podríamos sostener el sistema de salud y detener la pandemia sólo con fármacos.
Para protegernos y disminuir la propagación de la enfermedad sigue siendo imprescindible que la mayor cantidad posible de personas estén inmunizadas, para que el virus no encuentre terreno fértil.
Además, ya se ha comprobado que las vacunas necesitan refuerzos cada tres meses en algunas personas para prevenir hospitalización y complicaciones graves.
La Dra. Supriya Sharma, jefa del comité médico de la Agencia de Salud Pública de Canadá, declaró que el nuevo tratamiento suma “una nueva herramienta para combatir el Covid-19”, pero aclaró que “ningún fármaco, incluyendo Paxlovid, es un substituto para la vacunación”. (4)
La aprobación del Paxlovid en Canadá tiene además ciertas condiciones específicas, basadas en los resultados de los ensayos clínicos.
Health Canada ha determinado que esta medicación sólo se prescribe bajo receta a personas mayores de 18 años (Pfizer había pedido autorización para mayores de 12), con lo cual la vacuna sigue siendo la única opción de protección para los menores de edad entre 5 y 17 años.
La gran ventaja que tiene es que el único medicamento aprobado por Salud Pública de Canadá que puede administrarse vía oral.

Ahora, entonces, se abre el campo para que los pacientes que se hagan una prueba y les resulte positiva, puedan acudir a su médica/o de familia, conseguir una receta y llevar a cabo el tratamiento desde su domicilio.
Pero actualmente hay problemas logísticos para poder acceder, ya que este medicamento ha sido aprobado hace muy poco y llevará varios meses el distribuirlo de forma masiva en las provincias.
Canadá adquirió una partida de un millón de pastillas y recién se han empezado a distribuir las primeras 30 mil.

 
Menos hospitalizaciones

 
La realidad es que contar con medicamentos que prevengan la gravedad de la enfermedad son una muy buena noticia y pueden traer alivio a los hospitales y a todo el personal de la salud, especialmente al de enfermería.

Así, con los altos índices de vacunación y con las medidas preventivas que se toman, como el uso de barbijo, el distanciamiento social, el límite a la cantidad de personas con las que nos reunimos, el lavado de manos, estamos evitando miles de hospitalizaciones, tratamientos de terapia intensiva y muertes.

En el número anterior, describíamos la ola de Ómicron experimentada en Sudáfrica como algo que nos podía dar una luz de esperanza, al menos para esta variante: el número de casos hizo pico a las cuatro semanas, pero luego -afortunadamente- comenzó a decrecer, casi con la misma rapidez con la que subió.

En la figura vemos cómo alrededor del 5 de enero se llegó al pico y cómo han disminuido los casos desde entonces. (5)
Eso nos hace pensar que, en este momento, si la curva de Sudáfrica y del Reino unido se repitiera en Canadá, estaríamos en el máximo de casos diarios.

Según esos pronósticos el alto contagio podría llegar a bajar rápidamente en las próximas cuatro semanas. En el caso de Ontario, está por verse cómo afectará la curva la apertura de las escuelas y la relajación de las restricciones, prevista a partir del 26 de enero.

 Fuente: Centre for System Science and Engineering at John Hopkins University
      Fuente: Centre for System Science and Engineering at John Hopkins University

 
Solución global

De todas maneras, ni la existencia de medicamentos curativos, ni el fin de la ola de Ómicron deberían hacernos pensar que la pandemia está terminada. Mientras haya un ritmo tan alto de contagios nuevas variantes pueden surgir en cualquier lugar del mundo.

Cabe recordar que menos del 10% de la población en los países de ingresos bajos tienen sólo una dosis. (6)
Como hemos venido diciendo, la salida a esta pandemia es colectiva.  No se trata de salvarnos solos y olvidarnos del resto del mundo que no tiene acceso ni a vacunas ni a tratamientos.

Tanto el nuevo fármaco de Pfizer como los ya existentes y los que vendrán a futuro serán una herramienta más para combatir la pandemia, pero no servirán de nada si los países ricos los acaparan y las grandes empresas farmacéuticas sólo se concentran en acumular ganancias.

La equidad en la distribución de vacunas a nivel mundial es fundamental para terminar con la pandemia.







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