Dieta mediterránea y salud cognitiva

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Boletín No 86, Toronto, Marzo 4 de 2022
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Dieta mediterránea y salud cognitiva

Boletín Línea Uno 86 Informativo y cultural - Consejo de Desarrollo Hispano / Hispanic Development Council - Toronto - Canada
4 March 2022
por Rodrigo Briones

La pérdida de capacidades cognitivas es una seria preocupación en salud pública, sobre todo a medida que más población envejece. A nivel mundial, la demencia afecta a unas 50 millones de personas y se prevé que esta prevalencia aumente a más de 130 millones para 2050, según la Organización Mundial de la Salud.

Cabe recordar que la salud cerebral se define como la capacidad de pensar, aprender y recordar con claridad, siendo un componente importante para realizar correctamente las actividades diarias y mantener la calidad de vida.

Algunos estudios epidemiológicos sugieren además una interacción negativa del envejecimiento y la obesidad con la disfunción cognitiva. Dado que la prevalencia del sobrepeso y la obesidad afectan aproximadamente al 30 % de la población adulta y más, existen implicaciones adversas adicionales para la salud cognitiva.

El deterioro cognitivo conlleva una carga social y económica significativa, dado que la demencia conlleva una discapacidad funcional y una dependencia. Los ancianos y otras personas que lo experimentan pueden ser incapaces de cuidar de sí mismos o de realizar sus actividades cotidianas, como ejercicio físico, la preparación de comidas, las tareas domésticas o la administración del dinero.
Si bien el deterioro cognitivo es una parte normal del proceso de envejecimiento, la tasa de disminución puede variar, según las diferencias en los factores genéticos y relacionados con el estilo de vida. (1)

Dado que actualmente no existe un tratamiento eficaz para el deterioro cognitivo, la prevención mediante cambios en el estilo de vida, como en el consumo de alimentos, se han propuesto como enfoques prometedores para promover un correcto funcionamiento del cerebro.

Sin embargo, hasta la fecha, existe una limitada evidencia científica que permita hacer recomendaciones para prevenir el deterioro cognitivo en personas de edad avanzada a corto plazo.

Un estudio basado en la dieta

La alimentación basada ​​en el consumo de plantas y sus derivados se han asociado con beneficios para la salud del sistema circulatorio y el corazón que, a su vez, se han relacionado con el rendimiento cognitivo.

En un estudio sobre los patrones dietéticos mediterráneos, DASH y MIND y su relación con la función cognitiva – Mediterranean, DASH, and MIND Dietary Patterns and Cognitive Function: The 2-Year Longitudinal Changes in an Older Spanish Cohort (Patrones de dieta y función cognitiva: los cambios longitudinales en dos años en un grupo de mayores de habla Hispana) se estudiaron los cambios durante 2 años en un sector de personas adultas mayores en España publicado en la revista Frontiers in Aging Neuroscience. (1)

Allí se examinó la relación entre las conductas alimenticias a priori, en una muestra grande de adultos mayores que viven en la comunidad. La muestra incluye adultos con sobrepeso u obesidad, con alto riesgo de enfermedad cardiovascular.

Para la investigación se analizaron tres tipos de dietas:

1. La famosa dieta mediterránea, principalmente frutas y verduras, frijoles, nueces, cereales integrales, pescado, aceite de oliva, pequeñas cantidades de productos lácteos y vino tinto, también se destaca el ejercicio diario y los aspectos sociales beneficiosos de comer juntos. Otros alimentos que quedan fuera son los altamente procesados y los ricos en azúcar. (2)

2. La dieta DASH (Dietary Approaches to Stop Hypertension) a veces es recetada por médicos para ayudar a tratar la presión arterial alta. DASH se basa en el consumo de los siguientes alimentos: frutas, verduras, leche baja en grasa, granos integrales, pescado, aves, frijoles y nueces. Se recomienda reducir el sodio, los alimentos y bebidas con azúcares añadidos y las carnes rojas. La dieta es saludable para el corazón, ya que limita las grasas saturadas y trans, al tiempo que aumenta la ingesta de potasio, magnesio, calcio, proteínas y fibra, nutrientes que se cree que ayudan a controlar la presión arterial. (3)

3. La dieta MIND se basa en una combinación de los patrones dietéticos mediterráneos y DASH y son las siglas de intervención mediterránea-DASH para el retraso neurodegenerativo. Esta dieta hace hincapié en los alimentos que se sabe ayudan a la salud del cerebro y a reducir el riesgo de deterioro cognitivo y demencia, como las verduras de hoja verde, los frutos secos y los frutos rojos.

Salud cognitiva y alimentos ricos en grasas saludables

Se llevó a cabo una batería de ocho pruebas neuropsicológicas estandarizadas, así como una evaluación general de la salud cognitiva global, para evaluar la función cognitiva. La dieta se evaluó con un cuestionario, en el que se preguntaba a los participantes sobre la ingesta de alimentos durante el año anterior.

Los resultados mostraron que los participantes que se situaron en el nivel superior, en cuanto a la adherencia a la dieta mediterránea, obtuvieron puntuaciones más altas en las pruebas relacionadas con la función cognitiva general y ejecutiva durante un período de dos años. Otros análisis sugirieron que los beneficios cognitivos estaban relacionados con el consumo de alimentos ricos en grasas saludables, como el aceite de oliva.

La adherencia a la dieta MIND también se asoció positivamente con la salud cognitiva, pero esta observación beneficiosa sólo se observó en una prueba en relación con la memoria de trabajo.

El presente artículo apoya el fomento de la dieta mediterránea para la salud y la necesidad de seguir investigando a futuro en el impacto que puede tener para poder informar mejor sobre las pautas a seguir para mantener una salud cognitiva óptima. (1)

Conclusión en España

En adultos mayores españoles con sobrepeso y alto riesgo de enfermedad cardiovascular, el seguir la dieta mediterránea puede estar asociada con un mejor rendimiento cognitivo. También se asocia con una menor mortalidad en adultos de más de 65 años. Esto lo reveló un trabajo internacional en el que han participado investigadores del CIBERFES (Centro de Investigación Biomédica en Red Fragilidad y Envejecimiento Saludable de Madrid, en España).
Según las conclusiones de este estudio internacional, que ha contado además con la participación de la Universidad de Barcelona (UB), y con el Instituto Nacional de Envejecimiento (NIA) de los EEUU, la medición de biomarcadores dietéticos en plasma y orina puede contribuir a mejorar la evaluación nutricional y guiar el asesoramiento personalizado de personas de edades avanzadas.

Durante los 20 años de seguimiento, se produjeron 425 muertes; 139 por enfermedades cardiovasculares y 89 por causas relacionadas con el cáncer. Una vez analizados los modelos, la puntuación de la dieta mediterránea, mediante los biomarcadores, se asoció inversamente con todas las causas de muerte. En otras palabras, quienes seguían esta dieta tenían menos chances de muerte por estas causas.

Tomas Meroño, investigador del CIBERFES, y uno de los científicos firmante del estudio, destaca que “una adherencia a la dieta mediterránea se asocia inversamente con la mortalidad a largo plazo en mayores, lo que respalda su uso diario”. (4)

Después de toda la evidencia que se ha presentado en estos reportes científicos, y teniendo en cuenta lo sabroso además de la dieta que han venido manteniendo nuestros antepasados en Grecia, Italia y España, entre otros países bañados por el mar Mediterráneo, creo que es una buena guía para saber cómo y con qué alimentos preparar nuestras comidas.



Fuentes:







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