Viñetas Número 89
25 March 2022
por Luis Carrillos
731 días, cinco oleadas, los más largos encierros en el mundo,
37,261 muertos, 3.3 millones de casos. No use mascarilla. Use mascarilla. Lávese las manos. Lave sus verduras. Cinco variantes de preocupación. Vacúnese dos veces, póngase la dosis de refuerzo. Coma afuera. Coma adentro. Quítese la mascarilla.
Toronto Star, marzo 12, 2022.
¿Cómo vamos a recordar la pandemia?
Diré que yo voy a recordar la pandemia por varias razones: la primera que me ha permitido expresarme y dirigirme a la comunidad a nivel local e internacional, compartiendo mis andanzas diarias, con mis viñetas, de las cuales estas son las número 89. Este hecho lo tomo como la parte soleada. Además, que me ha hecho apreciar más la vida y mi salud, observando las orientaciones de las autoridades de salud y practicar un adecuado autocuidado personal.
Por otro lado, lo negativo es el de no ver a mis seres queridos por dos años seguidos por las reuniones no presenciales, la cancelación de actividades importantes, el no poder comer en mi restaurante favorito.
A esto se le suman los precios de artículos de primera necesidad en constante ascenso, el tener que hacer las reuniones de consejerías en parques, en vehículos parqueados, y/o por vía telefónica, demasiadas reuniones y actividades en forma virtual. Ambas, aunque inconvenientes para mi gusto, han sido innovadoras y algo nuevo he aprendido. Entonces, así voy a recordar la pandemia. Y ¿usted? escríbanos y comparta con nosotros sus pensamientos y/o experiencias.
¿Cómo avanzamos, ahora que el sueño de cero COVID es imposible?
Esto sugiere que la pandemia, que nos ha azotado por dos años, está aquí para quedarse dejándonos las huellas de “cinco variantes,” encierros, mascarillas, distanciamiento, cierres de restaurantes, vacunas y refuerzos, constante lavado de manos, buses con ventanas abiertas para mejor circulación de aire, cierre de oficinas, violencia intrafamiliar, perdida de la vivienda, hacinamientos, desempleo, empleos mal pagados.
En el servicio comunitario puedo mencionar reuniones virtuales, consejería en parques o lugares abiertos o por vía virtual o telefónica. Y por último en lo familiar, no poder ver o juntarme con mis hijos, nietas y nietos por dos años. Con mi hija nos juntamos recién después de año y medio.
Otras consecuencias generales son el acaparamiento de papel higiénico u otros artículos de primera necesidad. Otros daños son en la salud física y la salud mental, que es la que observamos más en nuestro trabajo de consejería.
Disposiciones gubernamentales
Lo anterior ha evolucionado a una generalidad permisible con el anuncio del doctor Kieran Moore, jefe de la salud de la Provincia de Ontario el 9 de marzo al disponer la remoción del uso de la mascarilla desde el 21 de marzo. También se descartan los mandatos de presentar pasaportes de vacunación.
Una de las consecuencias es que mucha gente se fue de viaje para las vacaciones escolares de marzo. Decía la radio que el viernes 11 de marzo sería el día de más tráfico en el aeropuerto Internacional de Toronto, con aproximadamente 85,000 pasajeros pasando por sus instalaciones.
Otra muestra es que los centros comerciales este fin de semana de marzo 12 están completamente abarrotados. Por ejemplo, Raff fue a los dos del área y dice que se salió rápidamente para evitar la conglomeración. “No estoy listo para estar entre tanta gente, y tampoco para quitarme la mascarilla,” concluye. Raff tiene razón.
Yo también pude corroborar su historia cuando fui el día siguiente a uno de esos centros con la intención de tomar unas fotografías para estas viñetas. Y, en verdad, la cantidad de personas era inmensa. Yo también sólo me quede unos minutos suficientes para cumplir mi misión.
Incertidumbre
En un artículo encontré además el tema de la incertidumbre que dos años de pandemia ha provocado a la humanidad. Se trata del análisis de un catedrático de una universidad local titulado “El mito de cero riesgo”, con la siguiente pregunta como subtítulo: “¿los dos años de pandemia nos han enseñado acerca de cómo navegar la incertidumbre?”. Su análisis es muy interesante y lo leí muy detenidamente ya que me invitó a hacer esta breve reflexión.
Se denomina incertidumbre a la situación de desconocimiento que se tiene acerca de lo que sucederá en el futuro. La incertidumbre es algo que siempre va a estar presente en la vida de las personas, es una sensación de inseguridad, de temor, de titubeo, que muchas veces hace que el individuo paralice momentáneamente alguna actividad, hasta tanto la situación sea más clara y confiable.”
Incertidumbre y consejería
Basado en esa definición de la incertidumbre, es lo que puedo observar en mi trabajo de consejería con los participantes que vienen a buscar mi servicio en sus diferentes situaciones buscando tratamiento y solución. En este trabajo hemos tenido casos en relaciones familiares, por ejemplo, “que si le digo a mi hija que contribuya más en los gastos de la casa o no; que como le digo a mi marido que tome menos, que si se regresa o no al trabajo, que si voy a la universidad por una carrera profesional, o a un colegio por un oficio aplicado.
Sobre lo especifico a la pandemia, por ejemplo, consultan “no sé si ponerme la vacuna, no sé si mandar a mis hijos a la escuela, no sé cómo voy a hacer para pagar la renta si me quedo sin trabajo, no sé si meterme a comprar casa, ya la corredora de bienes y raíces me aprobó, tengo para la prima, pero tengo miedo como están las cosas, la pandemia continúa, aunque el gobierno esté haciendo aperturas. Y esta guerra que, aunque esté por allá lejos, qué va a pasar en el futuro, ya estamos sintiendo el efecto. Yo que uso mi carro para trabajar. ¿Qué vamos a hacer con estos precios del combustible?”
Esto es para citar unos ejemplos cotidianos de lo que yo interpreto como se manifiesta la incertidumbre en aquellas personas que buscan mi servicio de consejería. Por supuesto que esto es sólo una muestra de lo está afectando a la humanidad local e internacionalmente.
Sin querer ser “ave de mal agüero” -como me diría mi tío cuando íbamos a sembrar el maíz y yo le decía que ojalá no lloviera mientras poníamos el grano en la tierra y nos mojáramos. O que si mejor sembráramos mañana.
“Estoy ‘agitada¨, me decía una señora, “no sé si hacer mi testamento ahora o esperar que el especialista del corazón me llame para darme el resultado de los exámenes que me hizo la semana pasada. Este ejemplo me cayó como “agua de mayo,” como decimos en mi tierra. Resulta que esta participante vino a mi oficina a esperar la llamada del especialista sobre los resultados de su examen. Mi papel era el de traducirle su conversación con el doctor. Lo interesante es que la incertidumbre se le desapareció con las buenas noticias que le dio el especialista, cuando le dijo que su corazón estaba en excelentes condiciones. La buena noticia la fuimos a celebrar con un café y un muffin.
Pensando que sería útil presentar alguna sugerencia de cómo darle tratamiento a la incertidumbre, encontré esos ejercicios:
-Identifica la emoción, no intentes luchar contra ella, obsérvala, normalízala, no te enfades por sentirla.
-Identifica de dónde proviene la incertidumbre, la ansiedad, el miedo….
-No le dediques mucho tiempo de tus conversaciones al asunto que tanto te preocupa.
¿Qué puedo hacer para controlar la incertidumbre?
• Aclare sus metas y objetivos
• Crear un mapa
• Ir hacia la incertidumbre
• Concentrarse en lo que es posible controlar en el corto plazo
• Tener apertura a las sorpresas
• Aceptar los riesgos
• Tener curiosidad
• Ser valiente
Por último, como consejero le sugiero que visite a una/un profesional y converse de la situación, como lo hizo esta persona de la que les conté y, de seguro, encontrará alivio y o solución. Usted es la experta o el experto y la persona que actúe aconsejando sólo es de apoyo.
Notas:
