Homenaje a las madres

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Boletín No 95, Toronto, 6 de Mayo de 2022
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Homenaje a las madres

Boletín Línea Uno 95 Informativo y cultural - Consejo de Desarrollo Hispano / Hispanic Development Council - Toronto - Canada
6 May 2022
por Lida Velásquez

Mientras pensaba en cómo empezar este artículo sobre las madres, pensé que casi todos los seres humanos tenemos a un ser muy especial en común: la madre, ya sea una biológica o adoptiva. Así que siempre tendremos algo que decir -casi infinitamente- desde la propia experiencia existencial humana o perspectiva personal, contextual y emocional sobre el rol tan preponderante de una madre en la vida de cada un@ de nosotr@s.

Y fue en ese momento que se me ocurrió primero buscar, por pura curiosidad, en el diccionario la definición disponible sobre la madre. Para mi sorpresa la primera que surgió en la lista del buscador de Google fue la de la RAE (Real Academia Española) (1) la cual encontré muy limitada. Luego me fui al otro diccionario, que normalmente uso, lexico.com (2) y, de igual manera, el resultado fue muy similar.  

Después encontré, muy a propósito de estas definiciones cortas y que son un poco simplistas-primitivas, la historia sobre una madre, de la escritora española Espido Freire, entre otras muchas personas, que habían encabezado una petición en 2017 dirigida a la RAE que fue firmada y respaldada por más de 300 mil personas solicitando cambiar la acepción de madre que allí aparece con el objetivo de “reivindicar una definición más precisa de una preciosa y universal palabra: madre.

“La necesidad de la revisión del concepto de madre ha calado de tal manera en la sociedad que me siento orgullosa de unirme a ella y de presentarles una propuesta de cambio”, escribe Freire en la carta. Para ella ‘madre’ es una única palabra, que atesora un concepto amplio y riquísimo, no sólo el de la mujer que da a luz, que es una hembra y que sólo cría hijos. Tal vez en el pasado pudiera limitarse a esa descripción.

Pero una sociedad que ha avanzado en riqueza psicológica, en derechos y en sensibilidad hacia los vínculos emocionales, se entiende que madre es mucho más que eso. La madre cuida, consuela, orienta, nutre en todos los sentidos, transmite el cariño y el amor sin los cuales el ser humano se desmorona. La madre acoge, sean esos hijos de su sangre o no, haya pasado su etapa fértil o no. La madre entrega un legado emocional, una visión, unos valores insustituibles, e irremplazables, afirma Freire en la carta. Aquí les comparto un video en el que Espido Freire lo dedica a la figura de las madres en la literatura (3). Mientras estoy escribiendo escucho una canción titulada ‘Mother’ de Eric Lévi (4). Su música y letras van guiándome, acompañando, y refrescando la fluidez de las palabras.  Hago una pausa para sumergirme en su melodía musical.

Para mí, una madre, mi madre (Q.E.D) es también mi propia heroína (héroe) cuya definición en lexico.com es: ‘persona que se distingue por haber realizado una hazaña extraordinaria, especialmente si requiere mucho valor’ (5). A lo que yo agregaría que una heroína puede ser, por sus actos desinteresados de nobleza, valentía y altruismo, un ser real, una mujer, una madre que por sus proezas cotidianas realizadas por el amor a sus hijas e hijos se puede convertir en un ser casi mitológico que la hace tener y estar dotada con poderes casi sobrenaturales.

Mi mamá tuvo que ser padre y madre a la vez -de 12 hij@s (seis mujeres conmigo y seis varones)- ya que mi papá (Q.E.D) se ausentaba mucho por razones de sus viajes de negocios. Mi mamá siempre estaba súper ocupada puesto que debía estar pendiente del negocio familiar (una tienda) y de los quehaceres de la casa. Por eso, casi nunca tenía tiempo para ella misma. Todo giraba alrededor del mantenimiento del hogar y las múltiples responsabilidades que eso conlleva. Por supuesto, ella tenía que hacer un montón de peripecias para sobrellevar cada situación adversa o desafiante que se le presentara en su camino. Sin embargo, mi madre nunca se rendía. Ella era incansable.

Siempre enfrentaba cada desafío con mucha valentía, pero sobre todo con mucha calma. Esa fue la imagen que siempre quiso que sus hijos viéramos. Nunca la vi perder la cordura y el decoro. Afortunadamente, mi madre pudo contar con el apoyo invaluable de mi abuela paterna- a quien recuerdo como una segunda madre- quien poseía sus propios poderes de sapiencia adquiridos y ganados con la experiencia de los muchos años vividos.

Mi madre además era una todera. Si algo en la casa se descomponía, como por ejemplo la plancha, la estufa o el tomacorriente de la luz, antes de llamar o contratar a un técnico, ella rápidamente por sí misma buscaba un destornillador para intentar arreglar el daño que hubiera que componer.

Recuerdo que desde muy temprana edad mi madre me inspiró a querer imitarla y ser como ella cuando yo fuera más grande. A ser autosuficiente, de ‘armas tomar’, paciente, inteligente y casi invencible. Ella influenció bastante mi inclinación por los dibujos animados de los superhéroes y las series de televisión donde las mujeres extraordinarias sobresalían por algún poder especial que tuvieran como el de la ‘mujer biónica’.

Sin embargo, siempre la asocié a la ‘mujer maravilla’ el personaje femenino de los superhéroes. Me impresionaba mucho el hecho de que mi madre siempre hacia todas las cuentas de suma, resta, multiplicación, división, etc. sin la ayuda de una calculadora. Yo me decía a mí misma ‘mi madre es una calculadora humana’. Su sueño -no realizado- hubiese sido ser contadora. Por eso siempre nos impulsó a leer y a estudiar. Cuando no había clientes en la tienda la veía leyendo el periódico y/o haciendo uno de sus pasatiempos favoritos, hacer crucigramas y sopa de letras (actualmente unos de mis pasatiempos favoritos). Recuerdo que yo me iba a la tienda a hacer mis tareas escolares al lado de ella. Y me esforzaba bastante en la escuela y en mis estudios para que ella se sintiera muy orgullosa de mí. Ella siempre fue mi derrotero y mi inspiración. Te amo madre, y aunque ya no estás en esta esfera terrenal, te llevo y llevaré siempre en mi corazón. Nunca te has ido.

También les comparto una hermosa y breve poesía a la madre con la que, casualmente, me topé y, que me enterneció tan enormemente, que espero tenga el mismo efecto en ustedes estimadas lectoras y estimados lectores (6). Gracias.
Les envío un caluroso saludo a las madres en su día. ¡Feliz Día de las Madres!

Fuentes:
(3) Espido Freire:” La figura de la madre en la literatura” https://www.youtube.com/watch?v=71SJ3ZbCskU
(4) Canción: Mother por Eric Lévi https://www.youtube.com/watch?v=QKqBUKXB1uY
(6) Poesía Día de la Madre- https://www.youtube.com/watch?v=a8riaHhoQ3s


Cómo se hace una madre
Por Sandra Farias

Madre se hace no se nace. Lo veo con cada madre que tiene un bebé en sus brazos y tiene que aprender a alimentarlo sin haberlo hecho nunca antes. El ser madre es un aprendizaje que se hace en dos sentidos, es decir la madre aprende del hij@ y viceversa. Ese aprendizaje es un constante ida y vuelta, de experimentos de ensayo y error.

La leche materna es la primera prueba de amor incondicional, ya que para que el cuerpo de la madre la produzca es necesario permanecer con la cría pegada al cuerpo durante varios días y, hasta a veces, semanas. Sólo así las glándulas mamarias reciben la orden de producir ese alimento vital para la criatura. Esa leche es además fabricada para las necesidades especiales de cada recién nacid@, por lo tanto, cada madre produce una leche que es un cóctel único preparado tras establecer el reconocimiento de su cría. “Dar pecho desde la decisión no es esclavizante, sino revolucionario, es un acto de soberanía alimentaria”. (1)

En esas horas después del nacimiento es cuando el vínculo madre-hij@ se comienza a gestar y permanece a lo largo de toda la vida. Es el cordón invisible que atraviesa a la especie humana. Tras la formación del apego, la madre y su hij@ forman una díada, hasta que las hormonas del puerperio se encargan de que toda la identidad de la persona madre quede transformada.

Una madre se hace a fuerza de alegrías por la belleza del nacimiento y de lágrimas cotidianas en el intento de aprender a cuidar, a entregar todo el cuerpo y a no descansar nunca.

Un elemento esencial en la construcción de toda madre dependerá también de su salud mental. “Para poder ofrecer apegos seguros necesitamos abrir y cerrar nuestros duelos pendientes, abordar nuestras heridas primales, tener información actualizada y respetuosa sobre las necesidades de los menores, poder confiar en nuestra intuición y rodearnos de personas red, disponibles, elásticas y preciosas con las que podamos decir nuestros indecibles y abordar nuestras pérdidas y frustraciones”. (1)

A casi todas las madres les marca algo en común: el sentir culpa. Son las madres las culpables, por ser testigos y muchas veces protagonistas en soledad de la crianza.

Madres las hay de todo tipo, de toda orientación sexual, por ello también vemos a padres que ejercen la maternidad y se encargan de la crianza de sus descendient@s. Del mismo modo, cada embarazo es una experiencia única, irrepetible, como cada hij@.

A las madres hay que celebrarlas porque son la fuerza más genuina y profunda de todo el tejido social que compone lo que llamamos sociedad.

La oportunidad de la maternidad florece cuando toda la comunidad se involucra y reconoce que, al hacerse madres, las mujeres hacen foco en la supervivencia, pero siguen teniendo derecho a participar, a ser escuchadas, valoradas y a sentirse seguras en su familia y en su entorno social. Sólo así la maternidad podrá fortalecer y asegurar el desarrollo pleno de las personas desde los primeros años de la infancia.

Fuente:    
(1)    Vazquez, Violeta, Leche de madre, Editorial Planeta, 2020.











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