Rarezas, mitos y verdades de la pandemia

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Boletín No 97, Toronto, 20 de Mayo de 2022
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Rarezas, mitos y verdades de la pandemia

Boletín Línea Uno 97 Informativo y cultural - Consejo de Desarrollo Hispano / Hispanic Development Council - Toronto - Canada
20 May 2022
por Fernando Rouaux

A medida que va transcurriendo el tiempo, cada vez vamos sabiendo más sobre el virus del COVID y sobre las vacunas.
En un principio se temía que debido a que las vacunas se habían desarrollado en tiempo récord, no fueran seguras o no brindaran suficiente protección. Después se supo que, en realidad, la tecnología de estas vacunas había sido desarrollada desde hacía por lo menos una década y que su eficacia con el virus COVID fue resultado de esfuerzos globales y cooperativos entre la comunidad científica.

En la ciencia, una de las variables importantes que dan validez a un estudio son las estadísticas. En el caso del COVID, los estudios en general tienen ya la oportunidad de tener una base estadística excepcionalmente sólida, porque los números son altísimos: tanto los de casos de COVID, como los de personas vacunadas.

Sabemos que COVID tiene efectos que son muy comunes, otros menos. Algunos más conocidos, otros no tanto. Todos hemos escuchado sobre la pérdida del olfato, por ejemplo. Uno de los síntomas más comunes y tal vez uno de los más llamativos. Pero también hay efectos menos conocidos. Uno de esos síntomas son las lesiones en la piel, que pueden tomar formas variadas. Está lo que se llama “COVID toes”, que ocurre cuando los dedos de los pies se hinchan, se ponen rojos y pueden ampollarse. Asimismo, algunas personas pueden tener sarpullidos o zonas descoloridas en la piel. La mayoría de las veces, estos síntomas se van solos luego de unos días. (1)

Otro síntoma poco conocido son las “uñas de COVID”: se trata de líneas o hendiduras que pueden aparecer tanto en las uñas de los pies como en las de las manos, producidas algunas por mecanismos que aún no se conocen. Pueden ser dolorosas al comienzo, pero luego de unas semanas en general vuelven a la normalidad. Este tipo de síntoma es muy poco frecuente, y además pueden estar causado por otros factores, como la quimioterapia u otras infecciones.

Un síntoma muy común para aquellas personas que tuvieron COVID, pero que aparece en general un mes más tarde (o a veces más), es la caída del cabello. Si bien este es un síntoma algo más conocido, es impresionante la frecuencia que tiene. Un estudio determinó que prácticamente la mitad de las personas que tienen COVID luego sufren de caída del cabello. Como los síntomas anteriores, éste también desaparece con el tiempo, y el cabello vuelve a su estado anterior.

Por último, otro síntoma poco conocido, es la pérdida de la audición y el tinnitus (un zumbido permanente en el oído). COVID, como otras enfermedades infecciosas, puede afectar al oído interno, y de esta manera puede causar pérdida de audición y lo que se conoce como tinnitus. En el caso del COVID, se estima que entre un 3-5% de los pacientes padecen estos síntomas.

Mitos sobre las vacunas

Se han propagado muchas y muy variadas falsas versiones sobre las consecuencias de las vacunas, como la inserción de microchips para controlarnos como robots a distancia.

Sin embargo, las vacunas, como todos los medicamentos, pueden tener efectos secundarios. Uno de esos efectos, en el caso de la vacuna de COVID es la miocarditis. Sabemos también que COVID puede causar miocarditis (1). Entonces, es una cuestión de evaluación de riesgos y beneficios.

Antes de COVID, la miocarditis afectaba a 10 de cada 100 mil personas. (2) El riesgo de miocarditis por COVID es de 146, casi 15 veces más alto. En cambio, el riesgo de miocarditis causada por la vacuna es de 2.5, según determinó un estudio en Israel. En todos los casos, la miocarditis afecta más a los hombres. Además, si la miocarditis fue originada por COVID, tiene más probabilidades de tener consecuencias más graves que cuando fue originada por la vacuna u otra causa.

Otra duda sobre las vacunas está relacionada con el embarazo y la fertilidad. Entendiblemente, las mujeres embarazadas pueden tener dudas sobre la seguridad de la vacuna para su gestación. En particular, se teme la pérdida del embarazo o lo que se llama efecto teratogénico (que la vacuna produzca malformaciones en el feto).

Como dijimos al principio, la ventaja de los estudios de COVID es la gran cantidad de casos. Un estudio en los EE.UU. con más de 800 mujeres embarazadas encontró que la vacuna de Pfizer no tuvo ninguna incidencia sobre los resultados del embarazo. (3) Lo mismo ocurrió con un estudio en Israel con más de 7 mil casos. Existen además ciertas ventajas de la vacunación durante el embarazo y la lactancia. Hay evidencia de que los anticuerpos atraviesan la placenta y que se encuentran en la leche materna. Esta es la forma en la que la naturaleza protege a los hijos de los virus a los que se exponen las madres, incluso antes de nacer.

Los mitos, una vez instalados, son difíciles de derribar. Hay un mito que asocia a las vacunas con el autismo, lo cual fue descartado en 1998. Sin embargo, el mito sigue vivo, hay muchas personas que aún creen en esa asociación y aún contribuye a la desconfianza sobre las vacunas, pese a la cuantiosa evidencia científica que lo descarta. (4)
En el Consejo de Desarrollo Hispano trabajamos todos los días para derribar estos mitos y para poder saltar las barreras que experimenta nuestra comunidad para acceder a las vacunas y a una buena salud en general.









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