¿Y después de Ómicron, qué?

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Boletín No 99, Toronto, 3 de Junio de 2022
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¿Y después de Ómicron, qué?

Boletín Línea Uno 99 Informativo y cultural - Consejo de Desarrollo Hispano / Hispanic Development Council - Toronto - Canada
2 June 2022
por Fernando Rouaux

En este momento, aunque no escuchemos muchas noticias al respecto, hay nuevas variantes de Ómicron que se están diseminando por el mundo y volviéndose cada vez más dominantes.

En Sudáfrica, por ejemplo, las subvariantes BA.4 y BA.5 están aumentando rápidamente y siendo monitoreadas tanto por el gobierno sudafricano como por la Organización Mundial de la Salud. (1)

Sin embargo, estas variantes – al igual que todas las subvariantes de Ómicron – no están causando mayor números de casos graves y muertes, por lo que no representan gran preocupación en las autoridades de salud pública.
De todas maneras, la comunidad científica sigue monitoreando la aparición de nuevas variantes, porque las mutaciones permanentes siempre tienen el potencial de cambiar las características del virus y tornarlo más peligroso.
Existen tres preguntas claves son las que los científicos deben intentar responder para tener un panorama más claro de lo que nos deparará el futuro.

¿Cuándo aparecerá la próxima variante?

La realidad es que es imposible saber cuándo podrá aparecer la siguiente variante que genere preocupación. Las mutaciones, como se dijo, son la causa de la variación y éstas son al azar. Cuanto más circule el virus, más probabilidades hay de que aparezcan variantes y, por lo tanto, mayor el riesgo de que aparezca alguna que se contagie más rápido o que tenga consecuencias más graves para la salud.  

Aunque se habla de que el virus está evolucionando hacia una forma más leve, esto no es todavía para nada claro. Lo que vemos en la actualidad es el dominio de la variante Ómicron, que ha demostrado ser menos letal que sus antecesoras. Hasta ahora, las variantes peligrosas han surgido de linajes diferentes a las anteriores, no como subvariantes y es difícil predecir qué ocurrirá en el futuro en este aspecto. Tampoco hay garantías de que el virus siga el mismo patrón.

Andrew Rambaut, de la Universidad de Edimburgo, afirma que “es posible que una variante vuelva al linaje de Delta o Alfa, con suficiente evasión inmune como para barrer con Ómicron”. (2)

COVID largo

El Síndrome Post-Agudo de COVID-19 (PACS), más comúnmente conocido como COVID-19 largo, es cuando una persona todavía muestra síntomas de la enfermedad por más de tres meses después de su recuperación inicial.
Es una situación que de hecho ya está teniendo un gran impacto en los sistemas de atención de la salud de las provincias canadienses. A medida que los sistemas de salud en Canadá salen de la pandemia de coronavirus, las provincias están pidiendo al gobierno federal que proporcione más dinero para la atención médica, diciendo que las necesidades actuales no se están satisfaciendo. (3)

Son variados síntomas que pueden durar días hasta meses y pueden ser más o menos graves para los pacientes – desde la caída del pelo hasta la fatiga crónica, pasando por problemas de piel o en los dedos, palpitaciones o sensación de falta de oxígeno, entre otros.

Aproximadamente el 50 por ciento de los pacientes mayores de 16 años informaron tener un síntoma. El diez por ciento tenía algún tipo de discapacidad funcional, como confusión mental o debilidad muscular.

Pacientes con COVID prolongado sufren síntomas de fatiga debilitante, confusión mental, ansiedad y dificultad para mantener la concentración. En muchos casos esta enfermedad afecta a estudiantes y personas jóvenes, ensombreciendo sus estudios, trabajos y la vida familiar sin un respiro claro a la vista. (4)

Los investigadores que analizan los efectos a largo plazo del COVID-19 han descubierto que parecen afectar a las mujeres de manera más significativa que a los hombres.

Se sabe relativamente poco sobre los efectos del COVID prolongado, también conocido como condición post-COVID-19. La Agencia de Salud Pública de Canadá y Statistics Canada lanzaron una encuesta para tener una idea general de qué tan común es que las personas sientan efectos persistentes después de la infección por COVID-19.

Las vacunas protegen

Sabemos que las 54 mutaciones que tiene Ómicron son la razón por la que es capaz de evadir el sistema inmune. Las vacunas están diseñadas para reconocer lo que se llama la proteína spike. Como Ómicron tiene 34 mutaciones sólo en esta proteína, que cambian su conformación, los anticuerpos no la reconocen tan fácilmente.

Sin embargo, sabemos que las vacunas protegen parcialmente contra Ómicron y que las personas vacunadas tienen mucha menos probabilidad de desarrollar un cuadro grave de la enfermedad.  

También sabemos que la combinación de vacunas y exposición al virus generan una fuerte respuesta inmune (2), como así también las exposiciones múltiples al virus – como si la vacuna o las exposiciones previas “prepararan” efectivamente al cuerpo para tener una respuesta inmune potente al estar expuesto.

En este caso, la ventaja de la vacuna es que no tiene consecuencias de largo plazo, sino que sólo produce un malestar pasajero.  

Indudablemente, los datos apuntan a que las vacunas actuales podrían ofrecer una protección – al menos parcial, evitando casos graves – contra las futuras variantes. Si bien no se conoce cuándo éstas aparecerán, ni tampoco es posible saber si las próximas variantes serán más o menos virulentas que Ómicron, Alfa o Delta, sí podemos tener una actitud proactiva. Sabemos que las vacunas son una herramienta útil para las variantes actuales y muy probablemente para las futuras.

No sabemos cuándo, dónde ni en qué forma surgirá la nueva variante de preocupación. Lo que sí sabemos es que en cuanto mayor sea la proporción de gente vacunada, la variante que sea tendrá menos facilidad para propagarse, pero sobre todo para causar casos severos y más muertes.

Además, mientras el virus esté en circulación, es recomendable continuar con las precauciones más sencillas, como el uso de mascarillas y el lavado de manos. También es importante quedarse en casa en el caso de que aparezcan síntomas.

Más allá de cuando aparezca la próxima variante, el resultado será mucho mejor si se encuentra con una población bien prevenida para afrontarla.









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