Cómo respetar y valorar a nuestros pueblos indígenas

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Boletín No 102, Toronto, 24 de Junio de 2022
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Cómo respetar y valorar a nuestros pueblos indígenas

Boletín Línea Uno 102 Informativo y cultural - Consejo de Desarrollo Hispano / Hispanic Development Council - Toronto - Canada
24 June 2022
por Edna Amador
 
Estoy segura de que sin excepción hemos escuchado en nuestra comunidad comentarios discriminatorios contra miembros de nuestros pueblos indígenas y contra aquellos que en su color de piel portan la herencia de pueblos autóctonos.

Este 21 de junio, Día Nacional de los Pueblos Indígenas aquí en Canadá, es una fecha marcada como especial en el calendario, y que tiene como objetivo celebrar y honrar a los pueblos nativo-americanos y conmemorar sus historia y culturas. (1)

Lo que me pregunto es sí nuestra comunidad Latino-Hispana en Canadá se percató de la fecha, o si al escuchar, leer o ver el tema en las noticias del día, la fecha haya servido para analizar las terribles consecuencias que el colonialismo europeo dejó en nuestros países y en nuestra propia idiosincrasia.

Herencia del colonialismo

Cuando los colonizadores europeos, que conocemos como “gente blanca,” (por tener tez de color claro) llegaron al continente americano, se asentaron y tomaron control de la tierra con resultados drásticos para los pueblos ya establecidos en estas latitudes, quienes fueron apartados y marginados por los colonizadores y luego por sus descendientes, generación tras generación. Algunos de esos pueblos indígenas han desaparecido y otros lamentablemente están a punto de desaparecer.

Según cálculos modernos, la población indígena antes de la llegada de los europeos en el siglo XV, sólo en América del Norte, era de 12 millones de personas y a finales del 1800 se había reducido a 300 mil. En América Latina los resultados fueron parecidos, aunque si bien en algunos países la población indígena es mayoritaria, aún viven con enorme discriminación y desventajas de todo tenor. (2)

La población autóctona en América Latina sigue enfrentando prácticamente los mismos obstáculos que soportaron cuando los colonizadores los expulsaron de sus tierras, solamente porque eran de otro origen o raza. Esta separación generó pobreza estructural, marginación, pérdida de la cultura y del idioma y los consiguientes problemas de identidad que conllevan a su vez a otros desafíos sociales.

Asimilación cultural y estereotipos

Recuerdo como de niña, en la escuela en Honduras, nos enseñaban a reconocer la colonización de los españoles como algo positivo para nuestros pueblos, a celebrar la imposición del idioma español, sin hacer mención de que dicha imposición resultó en la pérdida, en muchos casos irreparable, de nuestras lenguas originales y, sobre todo, a agradecer al período de la conquista por haber “civilizado” a nuestra gente.

Un desborde de arrogancia y mentiras.  Los pueblos indígenas ya tenían cultura y civilización y, sobre todo, observaban las leyes naturales de protección del medio ambiente, viviendo de los recursos naturales sin abusarlos o destruirlos.
Pero la doctrina de asimilación sigue hoy reflejada en el lenguaje utilizado a diario y en muchos libros de textos educativos usados de forma generalizada en nuestros países. De algún modo, vemos cómo los contenidos impartidos en las escuelas residenciales de Canadá se reprodujeron también en otros sistemas educativos del continente una y otra vez sin cuestionamientos.

Dicha doctrina de asimilación incluyó, desde el inicio, la discriminación y rechazo de lo autóctono. Durante la colonia, los españoles se basaron en su creencia de superioridad, con valores promovidos por las bulas papales de la Iglesia Católica de esos tiempos (3), emitidas para delinear la evangelización de las colonias de España y Portugal en el continente americano.  

En resumen, legalizaron hacerle la guerra a todas las personas que no profesaran la fe cristiana, dando de esta forma autorización para el abuso generalizado contra los indígenas.

Lorgia García Peña, que es un profesor sobre raza, colonialismo y estudios de diáspora en la Universidad Tufts en Bostón, Estados Unidos, sostiene que el colonialismo ha tenido un impacto significativo en cómo los términos raza y etnicidad son entendidos en América Latina.

García Peña explica que los colonizadores clasificaron la humanidad en diferentes estratos, donde los españoles blancos eran vistos como los verdaderos humanos o como los únicos humanos, y debajo de ellos colocaron a los pueblos indígenas y más abajo todavía a la gente africana, primero secuestrada y traída al continente americano bajo esclavitud. (4)

Esa jerarquía impuesta por los europeos ha continuado a través de las generaciones y todavía se refleja en la forma en que muchos países Latino-Hispanos hablan sobre raza y etnicidad, y de donde proviene la historia de discriminación, el colorismo y racismo que aún persiste.

El colorismo afecta profundamente las relaciones sociales en Latinoámerica. De acuerdo con un estudio del Centro de Investigación Pew en Washington DC, casi la mitad de las personas adultas Hispanas han dicho o en ocasiones han escuchado decir a algún familiar o amistades de su misma comunidad comentarios racistas o étnicamente insensibles. (4)

Esa forma de pensar de que las personas con color de piel similar al europeo blanco son de alguna manera superiores y merecedores de privilegios, y que las personas de comunidades indígenas o personas no blancas de alguna manera merecen ser marginadas y discriminadas, es resultado del colorismo y racismo arraigado en nuestros países.  Un ejemplo simple es cuando dentro de nuestra misma comunidad y hasta en nuestras familias se observa una preferencia para otorgar privilegios a las personas de piel clara y hasta cierto orgullo de considerarse o referirse como “de piel blanca”. (5)

He escuchado a menudo como personas Latino-Hispanas que pasan como blancas se refieren a personas de su comunidad con tonos de piel oscuro como “indios” o “negros” y hasta califican a personas de las comunidades indígenas de ignorantes, incivilizados y hasta salvajes, perpetuando con este lenguaje los estereotipos de la colonización europea.

Y si se habla de belleza, sólo se reconoce como tal las características físicas que más se acercan al “ideal europeo” y por eso en gran parte de los programas de televisión y en revistas de moda Latinas la población autóctona no se ve representada casi nunca.

Decir No a la discriminación

Tristemente, también he escuchado a algunas personas de nuestra comunidad expresarse despectivamente de las comunidades indígenas que viven aquí en Canadá.

Hay que romper con la herencia colonialista de discriminación y reconocer y sentirnos orgullosos del origen autóctono que tiene nuestra cultura y herencia.

En los países latinoamericanos también se dieron casos similares al infame capítulo en Canadá de los internados para niños y niñas indígenas. Estas escuelas llevaron adelante por más de 80 años una política racista institucionalizada, que tuvo como objetivo despojar a las familias indígenas de sus miembros más jóvenes para “asimilarlos”, hacerlos olvidar y rechazar su idioma y su cultura, obligándoles a adoptar valores sociales y religiosos europeos.  

Las escuelas residenciales para indígenas fueron parte de la política de asimilación que se extendió hasta finales del siglo pasado y que hoy ya ha sido reconocida como un verdadero genocidio. Muchos de esos infantes y jóvenes nunca regresaron a sus familias, muchos fallecieron a causa del maltrato físico, abusos sexuales y negligencia emanados de la discriminación crónica. Una gran mayoría de sobrevivientes han enfrentado problemas de identidad e inserción social que hasta hoy se reflejan en las distintas provincias canadienses. (6)

Re-educarnos

El primer paso para honrar a nuestros pueblos indígenas es identificar y reconocer que la tierra en que vivimos es originalmente nativa y rechazar los conceptos discriminatorios que son producto de la mentalidad colonial.
Tenemos que dejar de usar el concepto de raza ya que las razas no existen. Raza es una creación social para dividir a las personas, tomando como base el color de la piel y alegando diferencias biológicas que no existen. (7) Sin embargo, la división por raza ha sido utilizada para justificar horrores a través de la historia, desde opresión, esclavitud y genocidio.

Todos los humanos pertenecemos a la misma especie, la Homo Sapiens y somos 99.9 por ciento iguales en nuestra configuración genética. Es menos del 1 por ciento lo que hace la diferencia en color de piel, estatura o forma, como sucede en todas las especies mamíferas. (8)

La mejor forma de clasificamos es en grupos étnicos, que es un término que solamente nos distingue por nuestros atributos culturales como el idioma o la religión.  

Cómo celebrar a los pueblos y a la cultura indígena:

   • Leer literatura de autores indígenas
   • Escuchar música de artistas indígenas
   • Apoyar y educarnos en el arte indígena
   • Participar en conferencias y eventos indígenas
   • Estudiar y cuidar nuestro medio ambiente de la forma en que ancestralmente lo han hecho los pueblos indígenas
   • Donar a las actividades y grupos que combaten la discriminación contra los pueblos indígenas



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