La salud no es una mercancía

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Boletín No 110, Toronto, 19 de Agosto de 2022
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La salud no es una mercancía

Boletín Línea Uno 110 Informativo y cultural - Consejo de Desarrollo Hispano / Hispanic Development Council - Toronto - Canada
19 August 2022
por Edna Amador

En Ontario, con una población de 15 millones, se necesitan $30 mil millones más anuales para nivelar el presupuesto de salud de acuerdo con el resto de Canadá, asegura el director para Ontario del Centro Canadiense para Políticas Alternativas (CCPA) Randy Robinson (1).  Esta situación de desinversión se ha venido observando por los últimos 20 años. (2)

Actualmente, Ontario destina un promedio de dos mil dólares menos por persona por año, comparado con lo que invierten en salud el resto de las provincias.  La actual crisis en los hospitales, debido en parte a la falta de suficientes enfermeras y de otros trabajadores de la salud, tiene a toda la población pidiendo por una solución, y por ahora la privatización de servicios no ha sido descartada por el gobierno provincial.

Ontario tiene los fondos

En el presupuesto 2019-20 la inversión en salud alcanzó $63,7 mil millones. El Producto Interno Bruto (GDP) de Ontario subió a su nivel histórico más alto en el 2019, pero pese a que la base económica es fuerte, el gobierno sigue invirtiendo mucho menos que otras provincias en servicios públicos.

Como se sabe, las familias de Ontario contribuyen directamente a los ingresos del gobierno provincial a través de varios impuestos y tasas, e indirectamente a través de las transferencias del gobierno federal a la provincia, el impuesto sobre la renta de las empresas y otras fuentes de ingresos. Pero la distribución no siempre es equitativa. (3)

Las familias reciben beneficios del gobierno provincial a través de servicios y pagos directos, como atención médica, educación pública y cuidado de niños, servicios sociales, apoyo a los ingresos y al empleo, y subsidios de vivienda y electricidad. La Financial Accountability Office (FAO) estima que las familias con ingresos en el 20 por ciento superior recibieron los beneficios más altos en 2019-20. (4)

Teniendo en cuenta el crecimiento de la población, Ontario tiene la inversión en salud más baja del país, el presupuesto más bajo para hospitales, menos camas de hospital y el más bajo número de enfermeras contratadas, de acuerdo con cifras proporcionadas por el CCPA y que concuerdan con las estadísticas del gobierno.  

De acuerdo con la FAO, la inversión no corresponde a la inflación o al crecimiento de la población, sobre todo de la población adulta que envejece y que requiere cada vez de más servicios de salud. En general, en comparación con otros países, la tasa total de camas de hospital por cada 1000 habitantes de Ontario se encuentra entre las más bajas de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos. (5)

La pandemia por COVID-19 tuvo un efecto minúsculo en el presupuesto, porque el gobierno federal inyectó 145 mil millones de dólares a Ontario para apoyar a la provincia durante la emergencia sanitaria.  Ontario cuenta además con ganancias de 19.5 mil millones, más de lo estimado hace un año, así que esos recursos podrían bien ser invertidos en servicios públicos como la salud.

Ya se inició la privatización

Al parecer el gobierno de Doug Ford ha venido pensando hace tiempo en privatizar el sistema de salud, de acuerdo con la Coalición de Salud de Ontario. De ahí el anuncio el pasado febrero de que la provincia planifica autorizar a centros de salud independientes para que operen hospitales privados, lo que constituye el primer paso para privatizar la salud pública en la provincia.

En el 2019, el gobierno de Ford ya reestructuró la ley de salud para privatizar una larga lista de servicios, mientras en el verano del año 2020 se aprobó una ley de privatización de salud para el cuidado en el hogar, que rescindió la mayoría de la legislación en esa área.

El actual gobierno provincial también emitió licencias para 30 años más y expansiones de 18 mil camas para las mismas corporaciones privadas, donde murieron 4 mil adultos mayores que eran residentes permanentes durante las primeras olas de COVID-19. “Las mismas corporaciones donde el ejército tuvo que ir a ayudar con los pacientes muriendo o descuidados”, recordó Natalia Mehra, directora ejecutiva de la Coalición de Salud de Ontario (OHC), que representa a unas 500 organizaciones. (6)

La privatización de la salud favorece a mercaderes, quienes entran a la competencia para obtener ganancias, como cualquier otro negocio, donde el objetivo es aumentar la producción de riqueza, rebajando la inversión y los costos. Un ejemplo claro en Ontario es que el promedio de muertes en los centros privados de lucro fue de 5.7%, mientras en los centros municipales fue de 1.4% dijo Michael Hurley, presidente del Consejo de Ontario de Sindicatos de Hospitales y vicepresidente por Ontario del Sindicato Canadiense de Empleados Públicos (CUPE). (7)

Otro aspecto en los centros privados es el trato que reciben las personas trabajadoras, en su mayoría mujeres inmigrantes con permisos de trabajo, quienes, al necesitar de un puesto permanente para optar a la residencia, son contratadas con los salarios más bajos en esos centros privados, donde tienen muchos más pacientes bajo su cuidado.
El anuncio más reciente fue el plan de privatizar servicios hospitalarios incluyendo cirugías y diagnósticos, supuestamente para descongentionar el sistema público. Si bien los hospitales privados están prohibidos en Ontario desde la creación de OHIP (Ontario Health Insurance Plan) existen Centros de Salud independientes, creados para evadir la prohibición, como las clínicas de ultrasonidos y rayos X. Aproximadamente, hay 25 clínicas quirúrgicas y de diagnóstico, autorizadas a funcionar como hospitales de lucro para reducir la espera en los nosocomios públicos.

Sin embargo, la congestión y esperas en el sistema público se puede solucionar aumentando los fondos en vez de desviarlos a clínicas privadas. Otra solución en materia de personal es contratar más enfermeras en el sistema público y ofrecer salarios competitivos. Muchas enfermeras ya han optado trabajar temporalmente con agencias, donde el salario por hora es mucho más alto. Con la Ley 124 además se limita actualmente el aumento salarial, con lo cual la retención del personal de enfermería en el sector público se hace más difícil.

Hurley opina que el impacto de las privatizaciones “en el sistema público será profundo y desastroso,” sobre todo si profesionales cansados en el sistema público se van a trabajar a centros privados donde atenderían cirugías y casos más fáciles, mientras el sistema público siempre tendrá que cargar con los casos más complejos. El sistema por lucro tiene un grave costo a la calidad del cuidado y a la calidad de vida”, sostiene.

Muchos de los que apoyan la semi privatización de la salud ponen de ejemplo el sistema en Estados Unidos, alegando que hay más servicios dónde escoger y en los ahorros al Estado, algunos incluso piensan que sería más eficiente.

Lecciones del sistema privado en EE. UU.

Desde la creación del sistema público en Canadá, la salud en Estados Unidos se ha vuelto más costosa y hay 46 millones de personas en ese país sin seguro médico. Quienes tienen seguros pagan altas cantidades en deducibles por procedimientos, aunque muchos servicios médicos no están cubiertos.
La doctora Marica Angell, del Departamento de Salud Global y Medicina Social de la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard, aseguró que los canadienses ahora tienen una expectativa de vida de 2.5 años más que la gente en EE. UU, donde la mortalidad infantil es más alta, así como la mortalidad por enfermedades prevenibles. (8)
Las personas en los Estados Unidos no reciben más servicios de salud, visitan menos a su profesional de salud, y su estadía en un hospital es menor que en Canadá. Asimismo, por población, hay menos enfermeras y camas de hospital.
En el vecino país la salud es distribuida no de acuerdo con la necesidad, sino con la capacidad de pago y, por lo general, la población con la mayor necesidad de cuidado es la que menos puede pagarlo. Por eso los hospitales se promocionan con publicidad para conseguir más clientes que pueden pagar incluso por resonancias magnéticas, que tal vez ni necesitan.

Angell dice que las listas de espera para ciertos procedimientos y cirugías es la razón que muchos alegan para privatizar el servicio de salud en Canadá, pero opina que “la verdadera razón es el deseo de corporaciones y algunos especialistas para lucrarse, como pasa en EE. UU”, donde los pacientes mejor asegurados tienen una espera corta para una operación de cambio de cadera, pero los 46 millones sin seguro nunca tendrán la operación.  

Un ejemplo de que el sistema público con inversión funciona es que la gente mayor de 65 años que es cubierta por Medicare, con fondos públicos, reciben la operación tras una espera más corta y sin tener que pagar.

La idea de semi privatizar servicios y cirugías en Ontario nace del interés del lucro, al tratar a la salud como una mercancía. Los mismos negocios que han hecho de la salud “un negocio exorbitantemente caro y no saludable” en EE. UU. están listos para hacer lo mismo en Canadá, donde el problema no es el sistema sino la falta de inversión, opinó la doctora Angell.

Salud en Canadá vs EE. UU.

  • El costo en salud por persona es dos veces más alto en EE. UU. que en Canadá.
  • El sistema de salud en EE.UU. tiene peores resultados, es menos eficiente y provee de menos servicios básicos que el sistema canadiense.
  • Estados Unidos es el único país industrializado que trata la salud como una mercancía y no como un servicio social y deja sin seguro a los que no pueden pagar.
  • La idea de que una privatización parcial de la salud en Canadá acortará la espera en atención para procedimientos electivos es equivocada.
  • La privatización parcial desviará recursos del sistema público, aumentando costos e introduciendo las desigualdades que hoy vemos en el sistema de EE. UU.
  • La mejor forma de mejorar el sistema en Canadá es inyectarle más fondos.







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