Pluralidad latinoamericana en el TIFF
9 September 2022
por Vanesa Berenstein
Finaliza el verano en Canadá y en ese intersticio temporal que presagia el otoño, la ciudad de Toronto anuncia el ritual que, año a año, acerca una cuidadosa selección de las novedades del cine mundial.
La edición número 47 del Toronto International Film Festival TIFF se extiende del 8 al 18 de septiembre. Un festival que retoma su antigua forma presencial, para traer vida a una ciudad que estuvo adormecida durante demasiado tiempo y que intenta despabilarse con prisa.
Luego de dos años, que contemplaron al evento acomodarse a las circunstancias sanitarias que afectaron al planeta, el nuevo festival regresa como ese viejo amor que inesperadamente se alejó, pero augura volver el día menos pensado.
Andréa Picard es curadora senior de TIFF y la cinemateca, además de creadora y programadora de la fascinante sección Wavelengths, que se distingue por una programación más experimental que empuja los límites del cine como arte.
“La edición del año pasado de TIFF ya fue una gran mejora con respecto a nuestra primera edición COVID, ya que pudimos recibir al público nuevamente en el cine al 50% de capacidad y se les vio felices de estar allí para ver películas comunalmente en la pantalla grande. Fue muy gratificante. Traté de ver tantas películas como pude con el público y volver a encontrar la comunidad de pertenencia después de tanto aislamiento,” comentó. “Este año estoy muy emocionada de dar la bienvenida nuevamente a cineastas de todo el mundo,” opinó Picard.
“Existimos gracias a ellos y al trabajo que hacen y tener la oportunidad de celebrarlos, presentar sus obras en condiciones óptimas de exhibición y brindar un encuentro con audiencias entusiastas es lo mejor de este trabajo”, reconoce.
“Existimos gracias a ellos y al trabajo que hacen y tener la oportunidad de celebrarlos, presentar sus obras en condiciones óptimas de exhibición y brindar un encuentro con audiencias entusiastas es lo mejor de este trabajo”, reconoce.
Quienes transiten por el downtown en estas próximas dos semanas podrán presenciar la vuelta de las alfombras rojas habitadas por celebridades, movileros y admiradores con sus teléfonos, esforzándose por lograr una foto de sus actores favoritos.
Sin embargo, quien se anime a explorar un poco, descubrirá que TIFF es mucho más y se expande más allá de los brillos y las multitudes. El festival programa secciones para todas las sensibilidades cinematográficas, desde las Special Presentations, películas de alto perfil, en general estrenos mundiales, hasta Discovery, que se distingue por exhibir operas primas o segundas obras de las y los cineastas más prometedores.
Cine Latino Hispano
El cine latinoamericano se verá representado por una variedad de trabajos que atraviesan gran parte de las secciones y múltiples estilos.
Diana Cadavid, programadora internacional del cine de Latinoamérica, España y Portugal, cuenta que “la selección de películas Latinoamericanas en TIFF este año busca dar una mirada general a las diferentes voces y tendencias en el continente”.
“La fuerza del cine latinoamericano es cada vez más evidente y se demuestra en la variedad de historias, de acercamientos al uso del lenguaje cinematográfico y en la diversidad de géneros.”
También destaca “las óperas primas (y estrenos mundiales) de Charcoal, de la brasileña Carolina Markowicz que cuenta con un humor negro exquisito y, en contraste, el drama social La hija de todas las rabias, de la directora nicaragüense Laura Baumeister.”
Cadavid continúa recorriendo el continente con sus recomendaciones: “En Toronto hay una audiencia muy interesada en el cine de Cuba, y por eso traemos Vicenta B., la tercera película de Carlos Lechuga. “Es un bello retrato de una mujer afrocubana, llena de entereza y pragmatismo, quien se enfrenta a una crisis existencial”.
“También quiero resaltar -sigue- dos películas que tuvieron sus estrenos mundiales en Cannes, y que son muy esperadas por el público canadiense: La jauría, del colombiano Andrés Ramírez Pulido y Domingo y la Niebla, del costarricense Ariel Escalante Meza”.
La sección de Special Presentations contará con el estreno mundial de El Suplente, dirigida por el cineasta argentino Diego Lerman, quién vuelve al festival al cumplirse 20 años de su debut en TIFF con Tan de Repente (2002) y de pasar con Una Especie de Familia en el 2017. La programadora del TIFF anticipa que el último film de Lerman es “un sobrio drama social que cuenta con excelentes actuaciones de Juan Minujín y Alfredo Castro” y la describe como “una película conmovedora, de elegante cinematografía y montaje”.
Desde Chile, regresa el consagrado documentalista Patricio Guzmán con Mi País Imaginario, “esta vez, siguiendo los eventos del estallido social en Chile, con su aguda percepción y estilo inigualables”.
Desde México nos llega “una comedia fantástica de Claudia Sainte-Luce llamada Amor y Matemáticas, que nos trae la historia de una pareja de adultos que enfrentan la necesidad inmediata de reencontrar conexión y un nuevo sentido a sus vidas”.
Picard además recomienda con entusiasmo dos films de la región en particular:
“Dos de mis películas favoritas del año están en TIFF y son de América Latina. Uno es un cortometraje y el otro un largo, ambos muestran la gran variedad de lo que el cine puede hacer, lo cual también es una prioridad para el programa Wavelengths”.
Pablo Mazzolo es uno de los mejores cineastas experimentales que trabajan en la actualidad y estamos felices de darle la bienvenida a TIFF por primera vez. Él es de Buenos Aires, pero su última película, Newest Olds, que exhibiremos en una flamante copia en 35 mm, fue encargada por el festival Media City de Windsor, Ontario, y es parte del gran género cinematográfico ‘sinfonías de ciudades’, pero creada con técnicas increíblemente táctiles y grabaciones de campo.
Es una película que cobra vida en la pantalla grande y nos recuerda las posibilidades ilimitadas de lo que se puede lograr en celuloide, un medio que tiene propiedades únicas y no se puede replicar por medios digitales.
La otra película que me impresionó mucho cuando la vi por primera vez en la Berlinale es Mato Seco em Chamas, de Joana Pimenta y Adirley Queirós. Es una coproducción brasileño-portuguesa, pero ambientada en una Brasilia distópica en la favela Sol Nascente, donde una pandilla de mujeres manejan un comercio ilegal de gasolina.
Interpretada en su mayoría por no-actores de la zona, la película también es un llamado revolucionario contra las injusticias y las penurias del Brasil actual, abordando la pobreza y el sistema carcelario. La película incluye algunas de las escenas nocturnas más inolvidables filmadas por la propia Pimenta y es un testimonio de solidaridad y resistencia contra viento y marea.
Esto es tan solo un indicio de lo que se viene en los próximos días de septiembre. Aunque esta enorme fiesta del cine puede parecer inabordable, vale la pena animarse y explorar el sitio tiff.net para encontrar aquello que nos interpela con un inesperado susurro desde algún rincón del mundo.
