Vivir de la jubilación es casi una utopía

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Boletín No 119, Toronto, 21 de Octubre de 2022
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Vivir de la jubilación es casi una utopía

Boletín Línea Uno 119 Informativo y cultural - Consejo de Desarrollo Hispano / Hispanic Development Council - Toronto - Canada
21 October 2022
por Rodrigo Briones

Hace más de veinte años atrás encontré en el centro de Toronto a una persona adulta mayor revolviendo los cestos de basura buscando rastros de comida. Vestida con ropa limpia, las manos cubiertas por largos guantes de goma, caminaba con decisión de un tacho al otro buscando los envases de comida rápida, los abría con cuidado y mucho de ese contenido lo acomodaba en un par de bolsas de plástico que cargaba con esmero en su tarea.
  
Era un caso aislado, pensé en el contexto de un país que estaba en ese momento ubicado en el ranking de países con mejor calidad del mundo.

Hace poco más de una semana atrás, el sitio de noticias de la televisión pública CBC daba cuenta de la experiencia de Lynn Spiegel. “Hace unos cuatro años, se encontraba a mediados de sus 60 años, viviendo en su automóvil después de haber trabajado desde los 15 años”.

"Fue difícil”, admitió en la entrevista. “Podía ir a quedarme en un parque todo el día y luego me sentaba frente a un McDonald’s". Spiegel había dejado recientemente su trabajo de muchos años como supervisora en una empresa de camiones. Tenía problemas para mantenerse al día con los pagos de su condominio, por lo que lo terminó vendiendo. Al principio, Spiegel se quedó con su hermana, pero no funcionó.

En total, pasó siete semanas durmiendo en su automóvil. Su único ingreso era el beneficio del Seguro de Vejez y no podía permitirse alquilar un apartamento. Se mudó de su automóvil al sistema de refugios de Toronto, una mejora, pero sigue siendo una lucha, dice, debido a su edad. "Para un primerizo, para una persona mayor, ya sabes, es muy difícil estar en un refugio".

Según Homes First, una organización que ayuda a las personas a salir de las calles e ingresar a viviendas de apoyo, “la historia de Spiegel se está volviendo cada vez más común en Toronto a medida que más personas mayores experimentan la falta de vivienda. Eso se debe al envejecimiento de la población de la ciudad, el aumento de la inflación y un mercado inmobiliario cada vez más caro.”

Jamie Facciolo, director de iniciativas de desarrollo y personas sin hogar de Homes First, dice que, durante los últimos tres años, la organización ha estado sirviendo a más y más personas mayores. Explicó también que una vez que las personas mayores pierden su hogar, tienen un 60 por ciento más de probabilidades de experimentar la falta crónica de vivienda que una persona más joven”. (1)

El sector de las personas adultas mayores, como otros grupos vulnerables queda desamparado del sistema de protección social, con un Estado que está ausente a la hora de dar respuestas. Solamente es parcial la cobertura, ya que no llega a todas las personas que la necesitan. Y generalmente llega tarde.

Una problemática global

Hace más de treinta años tuve la oportunidad de trabajar con un colega periodista en una radio en la ciudad de Mendoza. Ahora Carlos Córdoba tiene un programa en Radio Nihuil, llamado Labor de Radio, donde trata temas laborales y de jubilados. El llamado patético de una anciana de más de 80 años lo impulsó a querer visibilizar la precaria vida que llevan los jubilados y decidió ir al Congreso a llevar petitorios y a despertar conciencia en el largo camino a la capital del país, Buenos Aires. Allí marchará pidiendo aumento a jubilados y mejores servicios para la tercera edad.

Carlos tiene ahora 71 años, conmovido por los reclamos de los jubilados, quiso sumar su aporte y hacer una protesta caminando. Pero la suya no es una de las marchas comunes, sino una maratónica y peligrosa: caminará hasta Buenos Aires, para entregar petitorios en el Congreso Nacional”. (2)

La recolección de casos puntuales podría seguir y seguramente cada persona encontrará historias conmovedoras. Pensar en la vejez como una etapa de la vida dedicada al descanso y al disfrute de los logros obtenidos durante una larga vida es solo una metáfora, que se ha transformado cada día más en una utopía.

El camino para lograr la resolución de estas situaciones de inequidad es variado y complejo. Cada caso requiere una atención específica.

La señora que buscaba comida encontró que todos los domingos podía desayunar algo caliente (en invierno esto es esencial) en una iglesia de centro de Toronto. Spiegel, con la ayuda de una organización que atiende a las personas en situación de calle, pudo conseguir una vivienda subsidiada. Córdoba, por su parte, cuando llegue a Buenos Aires entregará un petitorio y probablemente consiga la atención de los medios de comunicación, como el emulo de Forrest Gump, el personaje de ficción que decidió caminar de costa a costa en los Estados Unidos, pero con un propósito específico. Servirá como un llamado de atención, cuyo éxito dependerá de burócratas sensibles. Quizás encuentre a alguien que le escuche y a otros que sigan su ejemplo.  

Quienes hemos trabajado con la comunidad sabemos que es muy efectiva la creación de colectivos de abogacía por los derechos de los sectores vulnerables. Si son gestionados por las mismas personas afectadas, estaremos un escalón más cerca de la solución. Quienes mejor que las mismas personas afectadas poner en primer lugar lo que es prioritario de resolución. En una ciudad multicultural como Toronto, que estos grupos sean étnico específicos es imprescindible, pues la cultura moldea a las personas y cada una de ellas requiere una respuesta particular concomitante.

“A Dios rogando y con el mazo dando…”

Este dicho popular, que muchas veces he repetido en los programas de radio en que participo, me ha parecido apropiado para poner de manifiesto la responsabilidad individual. En Internet encontré un blog con una explicación, que parece al menos interesante: La obra Philosophia Vulgar (1568), del autor sevillano Juan de Mal Lara, explica el origen de este refrán, dividiéndolo en dos partes. En primer lugar, observa que “obliga la razón a que cuando hubiéramos de hacer algo, pongamos luego delante la memoria del Señor, a quien debemos pedir y detrás de esto la diligencia, no esperando milagros nuevos ni quedándonos en una pereza inútil. Con esperar la mano de Dios sin poner algo de nuestra parte, pensamos que se nos ha de venir hecho todo”. Por otra parte, relata la historia de un carretero cuyo carro quebró en un camino y tras el accidente se encontró con San Bernardo. Al rogarle que Dios por su intercesión arreglase el vehículo, este le rogó: “Yo rogaré a Dios, amigo, y tú entretanto da con el mazo”. (3)

A lo que agrego, en respeto por aquella multiplicidad de creencias: “A Dios lo que es de Dios y al César lo que es del César,” tratando de separar las aguas.

No creo que debamos olvidar la responsabilidad del Estado. Es necesario que sigamos peticionando para que se cumpla con la labor que no se termina de asumir. Más aun, en tiempos en que hay grupos políticos y económicos que consideran que el Estado debe dejar que sean las tensiones sociales las que definan la cuestión, como tratando de calcar el, a todas luces fracasado y aun no asumido, discurso de las fuerzas del mercado y su autorregulación.

Muchas veces se ha criticado poner de manifiesto la responsabilidad individual. Creo firmemente que es necesario destacar que cada persona está situada en el primer círculo de responsabilidad. ¿Qué hago con mi propia vida? ¿Cuál es mi práctica cotidiana?

En la próxima entrega trataré de avanzar más sobre esto de dar con el mazo y su significado.











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