Viñetas Número 120
28 October 2022
por Luis Carrillos
Entre los meses del año, cada uno tiene algo de especial. En este número, octubre resalta con sus colores, sus actividades y sus pumpkins. Lo digo en inglés porque en nuestra cultura Latino Hispana se le conoce con diferentes nombres: ayote, calabaza, zapallo, por mencionar algunas.
En esta estación, donde quiera que usted vaya, caminando, en vehículo o transporte público, por donde quiera que dirija la vista, se encontrará con una vistosidad de colores. Los árboles se visten en brillantes y deleitables colores, que son una fiesta para los ojos. En esta sinfonía de tonos resalta el sugar maple, arce de azúcar en español (1), el cual es acompañado o seguido por las otras especies del mismo árbol.
“Las copas, antes verdes, ahora se transforman en un brillante arcoíris de intensos tonos amarillos, naranjas, rojos y marrones. La riqueza cromática de sus hojas lo convierte en el rey del otoño.” (2).
“Las copas, antes verdes, ahora se transforman en un brillante arcoíris de intensos tonos amarillos, naranjas, rojos y marrones. La riqueza cromática de sus hojas lo convierte en el rey del otoño.” (2).
En los bosques se observa tanta variedad de colores del mismo árbol que uno se pregunta ¿cuántas clases de este árbol habrá?
“En la actualidad existen alrededor de unos 160 tipos de arces, pero sólo se llegan a comercializar unos cuantos. Estos árboles y arbustos tienen características únicas, pero lo que los diferencian de otros son su forma, color y tamaño”. (2). Y eso es lo que observo en mis caminadas en el bosque del sendero cercano a mi domicilio.
A propósito de árboles, también hay que mencionar los ceniceros, cuyos colores comienzan a cambiar del amarillo hacia el rojo. Los nogales y olmos, con hojas de color amarillo pálido, los sauces de color bronceado y por último mi árbol favorito el roble, con una flor de color café “monótono o triste,” como le describen por acá.
Con relación a esto de los colores otoñales, un día de estos estaba escuchando en la radio que el color café viene de moda estos días, como una expresión de lo que ha dejado la pandemia. Mas, sin embargo, yo sigo pensando que la combinación de colores en el otoño, son un recordatorio para nosotros los adultos mayores que, aunque entrados en años, tenemos mucho que dar y compartir.
Con relación a esto de los colores otoñales, un día de estos estaba escuchando en la radio que el color café viene de moda estos días, como una expresión de lo que ha dejado la pandemia. Mas, sin embargo, yo sigo pensando que la combinación de colores en el otoño, son un recordatorio para nosotros los adultos mayores que, aunque entrados en años, tenemos mucho que dar y compartir.
Ayote en miel
El ayote, la calabaza o zapallo, depende como lo llamamos en diferentes países de Centro y Sudamérica.
Lo voy a llamar ayote, que es como lo conozco desde niño, cuando con mi tío sembrábamos y cosechábamos para que mi mamá hiciera el sabroso ayote en miel. En El Salvador, disfrutamos el ayote en miel en cualquier época del año, pero especialmente en Semana Santa. Esta es la receta de mi familia:
Ingredientes:
1 ayote mediano
1 dulce de atado (panela)
* Canela al gusto
3 clavos de olor
* Agua
1 ayote mediano
1 dulce de atado (panela)
* Canela al gusto
3 clavos de olor
* Agua
Preparación:
Partimos el ayote o calabaza en pedazos pequeños. Limpiamos cada pedazo, retirando el exceso de pulpa (pero no la quitamos toda) lavamos cada pedazo, pero sin dejarlos tan limpios. Colocamos nuestro ayote o calabaza cortado en pedazos y ya limpios, en una olla grande con suficiente agua para que casi lo cubra.
Partimos el ayote o calabaza en pedazos pequeños. Limpiamos cada pedazo, retirando el exceso de pulpa (pero no la quitamos toda) lavamos cada pedazo, pero sin dejarlos tan limpios. Colocamos nuestro ayote o calabaza cortado en pedazos y ya limpios, en una olla grande con suficiente agua para que casi lo cubra.
Luego, agregamos la canela (3 o 4 ramas grandes es lo recomendable), los clavos de olor (opcional) y por supuesto, el dulce de atado o panela (previamente partido en pedazos pequeños).
Dejamos que todo se cocine a fuego bajo por más o menos 90 minutos. Luego apagamos el fuego y lo dejamos reposar (sin destapar) para que la miel penetre lo más posible en los pedazos de ayote.
A esta receta y procedimiento se le puede aumentar el ingrediente principal: cariño y buen humor. “Para que lo que cocines y te quede bueno, tienes que hacerlo con cariño y buen humor. Si lo hacer sin ganas y si estas de mal humor, nada te sale bueno.” (3).
Trayendo la historia a la provincia canadiense de Ontario, que es desde donde se originan estas viñetas, quiero agregar que un día caminando con Doña Mary en el área del sureste de la ciudad, pasamos por un supermercado que estaba exhibiendo un arreglo estacional de ventas de ayotes de todas medidas y que culminaba con un gigantesco espécimen de la familia de las cucurbitáceas, que se llama a la que pertenecen estos frutos de la tierra, como me decía mi profesor de apellido Hernández. Pues ese enorme pumpkin parecía empequeñecer a los otros de menor dimensión a su alrededor. Aproveché ni lento ni perezoso y le tomé foto, dando las gracias a la madre naturaleza por darme otro tema para mis historias.
Dando algo de contexto a la cosa, en este país, año con año se llevan a cabo competencias en el campo a ver quién cosecha el ayote más grande y más pesado. Este año en Ontario en una localidad llamada Port Elgin, a unos 200 kms al noroeste de Toronto y a las orillas del Gran Lago Huron, se organizó el evento Pumpkinfest, donde el ayote ganador pesó casi 2 mil libras. (4).
El ayote también tiene otras funciones durante el mes de octubre: en lo culinario, junto con el pavo y, a veces, el jamón como uno de los platos principales. También este vegetal es servido como postre en la cena del Día de Acción de Gracias, en deliciosos pumpkin pies.
Actividades con el ayote
En torno al ayote también se dan otras actividades que, de seguro, conocemos. Sin embargo, pienso que dado a las tradiciones es necesario mencionarlos:
1. Concurso para comer pumpkin pie o pastel de ayote: ¡Sus manos deben estar detrás de la cintura, bocas solamente! (5).
2. Tallando el ayote: Esto consiste en crear figuras en la superficie como caras sonrientes, enojadas o diabólicas, calaveras y cabezas de animales, como cerdos o gatos.
3. Hacer lámparas de decoración para Halloween o Noche de Brujas. Se les llaman Jack or Lantern. Este es un distintivo, entre otros, para hacer saber a las niñas y niños que en esa casa les darán un trick o treat (un truco o dulces). Este evento se lleva a cabo tradicionalmente en casi todos los barrios de la ciudad cada 31 de octubre al anochecer.
Fuentes:
(1) El arce, un árbol con una (casi) infinita variedad de colores (guiadejardin.com)
(3) Receta es contribución de Sonia Rodríguez y Lorena Coreas de Rodríguez (mi hermana) desde El Salvador.