Cómo protegerse en este invierno

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Boletín No 121, Toronto, 4 de Noviembre de 2022
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Cómo protegerse en este invierno

Boletín Línea Uno 121 Informativo y cultural - Consejo de Desarrollo Hispano / Hispanic Development Council - Toronto - Canada
4 November 2022
por Fernando Rouaux
       
 
Las personas vacunadas con tres dosis para COVID tienen tres veces menor riesgo de hospitalización y cinco veces menos posibilidad de mortalidad a causa del virus.

Sin embargo, pese a esta evidencia científica, en muchos de los países con altos índices de vacunación sigue habiendo un descreimiento de la efectividad de las vacunas anticovídicas.  

Por otro lado, como estamos ya casi acostumbrados a la presencia del coronavirus a nuestro alrededor, ya no tenemos la percepción de que estamos en riesgo.

Resulta casi alarmante que el uso de mascarillas se haya dejado de lado, incluso en ambientes cerrados como el transporte público. Es muy poco frecuente en buses, tranvías o subterráneos abarrotados, o en los restaurantes y lugares públicos en general, e incluso en los lugares de trabajo que no están vinculados a la salud.

La sensación casi generalizada es que, aún si llegamos a contraer la enfermedad, esto sólo significa pasar unos días con fiebre y nada más.

Sin embargo, sólo en Canadá cada semana se mueren cientos de personas por este virus. Durante los últimos cuatro meses, por ejemplo, el promedio de muertes se mantuvo en alrededor de doscientas personas por semana, pero en los últimos días ascendió a más de trescientas.

Esto significa que nuestra falsa sensación de seguridad está más dada por el acostumbramiento que por los números de la realidad, aunque hay otro motivo: el perfil de los enfermos de gravedad ya no es el mismo que al comienzo de la pandemia.

Los médicos afirman que ya no se ven como antes a las personas jóvenes y saludables internadas con problemas respiratorios. Esa, al menos, es una parte positiva que le debemos agradecer a la extensa vacunación y a los contagios con Ómicron y sus subvariantes.

Sin embargo, esta realidad es muy distinta para aquellas personas que son mayores de 65 años o que tienen comorbilidades, es decir que padecen otras enfermedades o condiciones, como el asma, problemas cardíacos, entre otras dolencias crónicas.

Durante este año, un 80 por ciento de las muertes por la COVID se han producido en la población de 65 o más y el 75 por ciento de las personas fallecidas tenían al menos 3 condiciones preexistentes. Esto muestra claramente que la pandemia cambió gracias a la vacunación.

Para una gran mayoría de personas de buena salud la enfermedad puede ser leve, es decir pueden sobrevivir sin internación ni complicaciones, pero para una parte de la población, los más vulnerables, no sólo los adultos mayores sino todas las personas que tienen otros factores de riesgo, como quienes están inmunodeprimidos por la quimioterapia, las embarazadas, esta enfermedad sigue representando un alto riesgo de mortalidad.

Esto puede llevar a la conclusión equivocada de que son esas personas solamente quienes se tienen que cuidar, porque ellas corren riesgo, mientras que los demás podemos volver a la normalidad. Nada más lejos de la realidad, ya que al no cuidarse unos, el virus circula mucho más y eso aumenta el riesgo para todos.

Para quienes no tengan la enfermedad grave, podrán superarla. Sin embargo, un porcentaje sí padecerá el COVID prolongado, con consecuencias de largo plazo que pueden ser de tipo respiratorio y cognitivas mayormente.

En Canadá hay un total de más de 4 mil camas ocupadas por pacientes que padecen de COVID (al 24 de octubre) y el número va en aumento hacia noviembre. La situación en los hospitales está al límite por estos casos que no paran de llegar y por la falta de personal. Además, está previsto un aumento inevitable de la ocupación de camas debido a la llegada de la temporada de gripe, que aumenta las hospitalizaciones cada año, sobre todo en enero.

Ante este panorama, los especialistas como el Dr. Samir Sinha, director de geriatría del Sinai Health System y la University Health Network de Toronto recomiendan que toda la población elegible se dé las vacunas de la gripe, la vacuna bivalente contra la COVID (que protege también contra la variante Ómicron) y también la vacuna contra la neumonía.   

Quienes están bajo cuidado en los Long Term Care Homes tienen fácil acceso a estas vacunas. Sin embargo, la mayor preocupación son las personas adultas mayores que viven de forma independiente en la comunidad, y que tienen que transportarse hasta una farmacia o una clínica de vacunación para dárselas, lo cual no siempre es sencillo para este sector de la población.

Tampoco es recomendable que – por miedo a contraer la enfermedad – las personas se queden solas en sus casas sin hacer ningún tipo de actividad. Lo que se recomienda es hacer la vida normal, lo más activa posible, pero hacerlo con las precauciones del caso, siguiendo las recomendaciones de las autoridades de salud pública.
A esta altura, es muy claro que las vacunas solas no pueden resolver la pandemia. El virus sigue circulando, y seguirá circulando aún más durante los meses del invierno. Por eso es importante que, aunque uno tenga todas las dosis de las vacunas, debe seguir utilizando las mascarillas, lavándose las manos con frecuencia y evitando el contacto cercano con otras personas.

Es útil remarcar que toda persona elegible para la vacuna del COVID que se haya dado cualquier dosis hace más de 3 meses ya puede darse un refuerzo, sin importar cuántas dosis haya recibido. Eso es lo que le brindará una mayor protección.

Darse las tres vacunas mencionadas arriba, la de la gripe, la COVID y la neumonía es la forma más segura de enfrentar el invierno.









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