Viñetas Número 123

Reflexiones, diálogo y comunidad
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Boletín No 123, Toronto, 18 de Noviembre de 2022
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Viñetas Número 123

Boletín Línea Uno 123 Informativo y cultural - Consejo de Desarrollo Hispano / Hispanic Development Council - Toronto - Canada
17 November 2022
por Luis Carrillos
 
 
Estimadas y estimados lectores, en este número quiero continuar contándoles sobre el manual Qué Hacer, tema que comenzamos a mediados de septiembre pasado y que he alternado con otras historias.
En esta ocasión continuaremos con el capítulo Hablando Francamente Con Sus Hijos, nombre que originalmente le di, cuando lo escribí para mi programa de Maestría en Educación en la Universidad de York hace algunos años.  
Por su extensión, este capítulo será presentado en tres partes para no aburrirles.

Prácticas efectivas de comunicación

La relación entre la madre y el padre con sus hijas e hijos necesita ser revisada y repasada todos los días como una relación positiva que necesita ser alimentada. Las relaciones negativas necesitan ser transformadas para prevenir situaciones como separación familiar, jóvenes sin hogar, crimen juvenil, y uso o abuso de drogas y/o alcohol. El dejar esta relación sin chequeos frecuentes puede resultar en “un o una joven emproblemado/a, disruptiva alienada/o, enojada/o, desobediente, y/o conflictuada/o,” lo cual en el futuro pueda contaminar su comportamiento como persona adulta.” (Pohl 2004)

En orden de prevenir esta “contaminación” se necesita que la norma sea una comunicación abierta al interior de la familia. Es importante tomar en cuenta de que en esta dinámica habrá variables específicas debido al género; los retos de los muchachos son típicamente diferentes a los de las muchachas. Las respuestas y/o reacciones serán gobernadas en esta forma. Estas, el lenguaje hablado y el corporal, las expresiones y el comportamiento hacia la mamá o el papá serán disímiles.

De especial atención debería ser la comunicación y relación madres/hijas. Por lo tanto, en orden de evitar o prevenir resultados no deseados, recomendaciones de cómo reaccionar, darle tratamiento, tratar con el hijo o la hija respondones, cambios de genio, respuestas atrevidas, reacciones violentas y enojadas serán ofrecidas más adelante. Sin embargo, antes de presentar estas recomendaciones, como una forma de introducción y para sentar la premisa del tema, tres preguntas básicas deben ser tratadas:

1. ¿Qué pasa cuando los hijos deciden que ellos no quieren comunicarse con sus madres o padres? ¿Como deberían ellas o ellos responder a este desafío silencioso?
Algunas veces las personas jóvenes decidirán que no quieren comunicarse con sus madres o padres. O se niegan directamente, o permiten una respuesta inicial y la cortan abruptamente sin ningún indicio. Confrontados con este desafío, es recomendable para las personas adultas de la familia que se retiren de la situación de confrontación. Tomar un tiempo para darse un espacio (la mamá o el papá) lo mismo debiera hacer el hijo o hija para después de unos momentos renovar el esfuerzo de intercambio, cuando todo mundo se ha calmado y ha tenido tiempo de pensar las cosas calmadamente.

Es importante el entender de que este comportamiento no significa que la hija o el hijo estén distanciándose de la familia, pero que únicamente esté probando cuanto puede empujar y controlar la situación. Los hijos/as tienen un “temor de perder el control,” y al tomar esta actitud están demandando “de los adultos que tienen el cargo de sus vidas un rol adicional¨. Redl and Wineman (1952). Este podría ser el momento adecuado para un padre o una madre de jugar ese papel y tomar control.

Cuando los hijos se van de la casa, ¿continúan sus familias siendo responsables?

En Canadá, cuando los hijos se van de la casa es esperado que los padres cesan de ser responsables de su bienestar, sin embargo, muchas familias en la comunidad Latino/Hispana aún se sienten que lo son y actúan de acuerdo con esa forma de pensar. Aun si las personas jóvenes en este país reciben más independencia cuando se van de la casa, la comunicación, sin embargo, no debería cortarse y debería ser regulada o influenciada por las nuevas circunstancias.
¿Cómo pueden las familias responder cuando las personas jóvenes están actuando mal y crear una interacción positiva?

La respuesta más común e inmediata de las familias en circunstancias de jóvenes respondones, cambios de genio, respuestas atrevidas, pataletas violentas o coléricas de sus hijas/os es de enojo y frustración. Hay que recordar que el enojo y la frustración si no se controlan agravaran la ya volátil situación. El punto acá es construir una relación positiva. Norberto Levy, un psicólogo argentino nos dice esto acerca del enojo:
El enojo es, en esencia, un remanente de energía que está destinado a aumentar nuestros recursos para resolver el problema que nos produce el enojo. Sin embargo, al no saber cómo canalizarlo, termina convirtiéndose en un factor que daña aún más la situación a que nos enfrentamos… (2003)

Con los objetivos de producir relaciones positivas y de asistir en la construcción de comunicaciones saludables entre padres de familia e hijos, acá están unas recomendaciones.
  • No diga mucho en ese momento. La situación puede escalar. No entre en argumentos que puedan llevar a acciones de violencia. Evite una clase de acción que sea intransigente. No reaccione abruptamente o vaya a la ofensiva. Mantenga la calma y permítase un momento para enfriar los ánimos. Remuévase de la presencia de su hija o hijo para evitar un conflicto mayor. Acérquese a su hija o hijo cuando ambos usted y él o ella estén calmados. Entonces dele tratamiento al asunto cuando la tensión ha pasado.
  • Converse calmadamente como si lo está haciendo con una persona amiga, pero hágalo con respeto y autoridad. La mejor respuesta es la comunicación en una forma inteligente, no con insultos que vengan de ambos lados. Si usted siente que sus emociones pueden dominarle: pare, respire profundo y escuche primero. Después analice el problema y/o la situación. Sea firme. No dé un paso atrás de lo que usted y su hija o hijo han acordado de antemano de lo que es un comportamiento aceptable y no aceptable. En su forma de responder o de decidir, no deje pasar una, esperando que su hija o hijo le tome en serio la próxima vez que usted quiera ejercer la disciplina.
     
  • No tolere cualquier forma de violencia. Como madre o padre usted tiene que tomar una posición decisiva en cuando a la violencia se trata. Si como madre o padre no puede tratar con la violencia, busque ayuda profesional de alguien que usted piense que puede ser de ayuda para usted en resolver esa situación incómoda.

Para cerrar esta primera parte, quiero mencionar que el tema de comunicación con hijas o hijos es de mucha importancia en todas las culturas, ya que toca algo que tratamos con la pregunta: ¿Qué pasa cuando los hijos-as deciden que ellos no quieren comunicarse con sus madres o padres? ¿Como deberían responder sus familias a este desafío silencioso?

Alrededor del tema, en el periódico Toronto Star, del sábado 12 de noviembre en la sección Cultura. Allí un padre de familia escribe respondiendo a la consulta de otro con este consejo: “… como yo también soy un padre soltero que lucho con mi hija adolescente. Ella también es hosca y silenciosa conmigo, y tengo que luchar para lograr una conversación con ella. Yo siempre ando en busca de información relacionada con adolescentes… mi mejor consejo es que reserve unas cuantas sesiones con una persona especialista en psicología, ya que puede darle sugerencias que le apunten al camino adecuado a construir su confianza como padre…”   

En próximas viñetas compartiré información sobre cómo buscar ayuda profesional y cómo una madre o un padre podrá comenzar a solicitar estas respuestas.






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