Furgón de Cola Número 126

Reflexiones, diálogo y comunidad
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Boletín No 126, Toronto, 9 de Diciembre de 2022
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Furgón de Cola Número 126

Boletín Línea Uno 126 Informativo y cultural - Consejo de Desarrollo Hispano / Hispanic Development Council - Toronto - Canada
8 December 2022

por
Rodrigo Briones

Las efemérides sirven para reflexionar sobre temas que debieran estar en la primera línea de la ocupación cotidiana de cada sociedad humana. Tener presente los hechos del pasado nos ayuda a no cometer los errores en el presente y sentar las bases para un futuro más digno y no tan desigual.

La Declaración Universal de los Derechos Humanos es un documento que marca un hito en la historia de los derechos humanos. Representantes de todo el mundo trabajaron en ella, con diferentes antecedentes jurídicos y culturales. La Declaración fue proclamada como un ideal común para todos los pueblos y naciones. Allí por primera vez se establecen los derechos humanos fundamentales que deben protegerse en el mundo entero, y como lo dice en su título, su ámbito es universal. (1)

Lo que, en definitiva, desencadenó la internacionalización de los derechos humanos fue la conmoción histórica de la Segunda Guerra Mundial y la creación de las Naciones Unidas. La magnitud del genocidio puso en evidencia que el ejercicio del poder público constituye una actividad peligrosa para la condición humana, de modo que su control no debe dejarse a cargo, monopolísticamente, de las instituciones domésticas, sino que deben constituirse instancias internacionales para su protección.

El preámbulo de la Carta de las Naciones Unidas reafirma “la fe en los derechos fundamentales del hombre, en la dignidad y el valor de la persona humana, en la igualdad de derechos de hombres y mujeres”. El artículo 56 de la misma Carta dispone que “todos los miembros se comprometen a tomar medidas, conjunta o separadamente en cooperación con la Organización, para la realización de los propósitos consignados en el artículo 55”, entre los cuales está “el respeto universal de los derechos humanos y de las libertades fundamentales de todos”. El 2 de mayo de 1948 fue adoptada la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre y el 10 de diciembre del mismo año la Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

La defensa de los derechos humanos

El 20 de noviembre pasado falleció Hebe de Bonafini, una ama de casa que vivía muy feliz con su vida, a tal punto que en algún momento ella se preguntaba por el futuro, porque se percibía como una persona feliz: “padres buenos, hijos buenos, familia muy querida, me enseñaron todo, maestros que me enseñaron todo. Y siempre pensaba, qué me irá a pasar en la vida, que todo me va tan bien.”

Bonafini nació en 1928 en un barrio obrero de la localidad de Ensenada cerca de la ciudad de Buenos Aires, en Argentina. El 4 de diciembre pasado hubiera cumplido 94 años. El 29 de diciembre de 1942, a los 14 años, se casó con Humberto Alfredo Bonafini, con quien tuvo tres hijos: Jorge Omar, Raúl Alfredo y María Alejandra.
El 8 de febrero de 1977, durante la última dictadura cívico militar en ese país, su hijo Jorge Omar fue secuestrado y desaparecido en La Plata. El 6 de diciembre de ese mismo año ocurrió lo mismo con Raúl Alfredo, en Berazategui. Un año después, el 25 de mayo de 1978, la dictadura militar también secuestró y desapareció a su nuera, María Elena Bugnone Cepeda, esposa de Jorge.

Como madre recorrió todos los lugares y golpeó todas las puertas posibles. Hasta juntarse con otras madres y, entonces, decidir ir a pedir por sus hijos a los dictadores sentados en la Casa Rosada, sede del gobierno argentino. Esto fue en 1977, en plena dictadura militar, cuando fue a pararse en la plaza del palacio de gobierno y hacer evidente lo que se quería ocultar: una feroz represión ilegal por parte de todos los organismos de seguridad en connivencia con el poder judicial y el silencio cómplice de los medios de comunicación y de la Iglesia Católica. Un policía se acercó al grupo de mujeres y les dijo con típico tono policial: “circulen”. Entonces empezaron a caminar alrededor de la Pirámide de Mayo, ubicada en el centro de la Plaza de Mayo. Desde entonces todos los jueves de cada semana lo hacen. Y no han parado desde hace 45 años. Hoy se siguen buscando a nietos y nietas robadas por familias de militares.

Así nacieron Las Madres de Plaza de Mayo, una de sus fundadoras fue Hebe de Bonafini. La actividad de Las Madres se centró en reclamar ante los gobiernos, primero en la dictadura militar, responsable directo de la desaparición de sus hijos, y luego ante todos los gobiernos que siguieron en democracia, no han dejado de denunciar permanentemente la represión ilegal desatada por los militares que usurparon el poder.

Como presidenta de la Asociación Madres de Plaza de Mayo a partir de 1979, Bonafini se pronunció en defensa de los derechos humanos, tanto en Argentina como en el exterior, obteniendo reconocimiento internacional. Por su tarea recibió el Premio UNESCO de Educación para la Paz en 1999.

Adoptando en 1980 el grito de “Aparición con vida”, Bonafini exigió una rendición de cuentas inmediata de todas las desapariciones forzadas, incluida la de sus propios hijos. En medio de una relajación gradual de las restricciones dictatoriales hacia el fin de la dictadura y luego de la derrota en la Guerra de Malvinas, organizó una Marcha de Resistencia a lo largo de la Avenida de Mayo el Dia Internacional de los Derechos Humanos, 10 de diciembre de 1982. Este evento marcó la primera vez que el grupo marchó fuera de la Plaza de Mayo, y la primera vez que se le unieron grandes multitudes de adherentes a su reclamo.

Hebe de Bonafini ha encarnado el reclamo por la violación a los derechos humanos por parte de la dictadura militar en Argentina, y de quienes fueron cómplices permitiendo que se consumaran los crímenes desde el aparato del Estado. El acto testimonial de Las Madres se torna más valioso, en tanto el silencio cómplice rondaba por la sociedad argentina.

Recién a principios del dos mil y luego de la derogación por parte del gobierno de Néstor Kirchner de las leyes que impedían la búsqueda de la verdad, la justicia empezó a tomar las causas de violaciones a los derechos humanos. Los juicios habían sido circunscriptos a un puñado de figurones que ocuparon los cargos más visibles en la dictadura, como se puede ver en la ficcional película “Argentina, 1985”.

Luego, la ley de Obediencia Debida del presidente Raúl Alfonsín y la Ley del Punto Final, de Carlos Menem, terminaron por sellar la impunidad. Las Madres siguieron marchando y pidiendo aparición con vida. Empezaron a ser nominadas por algunos sectores negacionistas como Las Locas de la Plaza. Como si fuera posible dejar el reclamo por sus hijos. Y fue, precisamente, la intransigencia de Las Madres las que parieron una democracia con plena vigencia de los derechos humanos.

El premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel, se refirió al fallecimiento de Hebe: "sentimos mucho el fallecimiento de Hebe. Fue siempre una militante que tenía mucho liderazgo". Y agregó: "Hebe partió, pero no se fue". El referente de los Derechos Humanos sostuvo que "Hebe tenía una personalidad muy fuerte. Se esté de acuerdo o no, siempre fue una persona de ideas muy profundas, que defendía sus posiciones." (2)

Hebe fue emblema de la resistencia a los genocidas, pero también de la resistencia al hambre y al neoliberalismo. Sus cenizas quedarán para siempre en Plaza de Mayo, ese lugar que tantos jueves transitó con sus pies cansados de tanto buscar.

En una entrevista le preguntaron cómo quería ser recordada. “Que la gente sepa que no soy la mujer maravilla”, respondió. Pretendía que supieran que era una mujer común que salió a la calle a buscar a sus hijos, que se convirtió en una referencia política amada por muchos y despreciada por algunos y que, en ese camino, se convirtió en la madre de los 30 mil desaparecidos. “El día que me muera no tienen que llorar, tienen que bailar, cantar, hacer la fiesta en la Plaza porque hice lo que quise, dije lo que quise y peleé con todo”. (3)

Pulseadas a la democracia

Mientras escribo esto, las últimas noticias estallan en la pantalla de mi teléfono celular. El paso en falso del presidente Pedro Castillo en Perú terminó con su intención de frenar el neoliberalismo aplicado en su pueblo. Se cuelan otros titulares, con los ecos del fallo que condena a la vicepresidenta de Argentina, inhabilitándola para cualquier cargo electivo. En su descargo, CFK (Cristina Fernández de Kirchner) anunció que no buscará el amparo de fueros: “si me quieren meter presa vengan por mí, pero no seré mascota del poder”.

Se trata de otra pulseada contra el voto de las mayorías, encarnado en políticas del lawfare, que es el uso de sistemas e instituciones legales para dañar o deslegitimar a quien se le opone políticamente. Así fue como Lula, el actual presidente electo de Brasil pasó dos años en la cárcel, y también como el expresidente Correa de Ecuador, otro deslegitimizado. Con sus diferencias y características específicas cada una de estas personalidades de la política llevan en su discurso una apelación a políticas inclusivas que atiendan a respetar y promover una nueva gama de derechos humanos.

En efecto, así como han aparecido derechos humanos destinados a proteger ciertas categorías de personas –mujeres, infancia, la gente que trabaja, las personas refugiadas y personas con discapacidad o ciertas ofensas singularmente graves contra los derechos humanos, como el genocidio, la discriminación racial, el apartheid, la tortura, el derecho al acceso universal a la información o la trata de personas. En el campo internacional se ha gestado lo que ya se conoce como “tercera generación” de derechos humanos, que son los llamados derechos colectivos de la humanidad entera, como el derecho al desarrollo, el derecho a un medio ambiente sano y el derecho a la paz.

La realización de los derechos económicos, sociales y culturales no depende, en general, de la sola instauración de un orden jurídico, ni de la mera decisión política de los órganos gubernamentales, sino de la conquista de un orden social, donde impere la justa distribución de los bienes en cada sociedad.

Es cierto que, la sola insatisfacción de los derechos económicos, sociales y culturales no es demostrativa, en sí misma, de que el Estado los ha violado. Pero es necesario empezar a plantearse si la realidad de ciertas políticas configura la vulneración de los derechos económicos, sociales y culturales de manera parecida a los derechos civiles y políticos.
Es decir, ya no como consecuencia de su ausencia, sino por efecto de la adopción de decisiones políticas que pretenden la supresión de estos derechos. (4)

No son una imagen quieta en el tiempo, significan la supresión progresiva de privilegios y de los entes que los protegen, para dar lugar a la custodia del Estado para el bienestar de la ciudadanía toda.

Pero, por ahora, es mejor dejarse llevar por la corriente. Entonces a disfrutar del Mundial de Fútbol que, al menos nos puede dar alguna alegría. Lo digo porque el jueves pasado anduve todo el día como desorientado y recién al final de la jornada me di cuenta de que no había visto ni un sólo fragmento de algún partido: síndrome de abstinencia, puede llamarse.
Para evitarlo, sugiero que leamos la nota de Edna Amador, ahora que ya sabemos cuáles son los ocho equipos que aspiran a alzar la copa. Anticipo, siete son conocidos, pero hay uno que se coló con hidalguía en el selecto grupo por segunda vez, antes había sido en el 1986, lo cual no deja de sorprenderme por la coincidencia. Aquí se puede acceder a la nota completa.

Se nos cuela también, por la profusión de colores verdes y rojos, los frentes de las casas iluminadas y la decoración típica de fin de año. Una temporada en la que los bolsillos y las tarjetas de crédito son las que más sufren. Marcela Usua Bohorquez nos ayuda a desentrañar la trampa de las ofertas navideñas. La nota completa se puede leer desde aquí.

¿Cómo mantener la salud sin controles ni médicos de familia en medio de
En las viñetas de esta semana Luis Carrillos nos recuerda sobre la necesidad de la comunicación en la familia. Una buena idea sería aprovechar los tiempos de encuentro de estas fiestas para, después de leer la nota desde este enlace, poner en funcionamiento una práctica que dará beneficios a cada integrante de la familia.

Antes de la despedida, le recomiendo el Podcast Línea Uno, que prepara cada semana Sandra Farias y que se emite en OndasFM.ca todos los martes a las 8 am. Esta semana incluye una entrevista a Celeste Bilbao-Joseph una profesional que trabaja en el área de salud mental y que desde hace 15 años trabaja con la comunidad LGBTQ2S. En esta entrevista la terapeuta aborda el trabajo de prevención del HIV y el SIDA. El podcast completo se puede escuchar aquí.

Los días son notablemente más cortos, la luz del sol es esquiva entre tantas nubes, no olvides tomar vitamina D. Hay que mantener alto el nivel de melatonina. De esta forma, podremos acomodar nuestro cuerpo a la escasez de luz lo que ayuda con el buen ánimo, pese a que hay tanto que, a veces, nos desanima. Al fin tengo la certeza que volverá la luz y el calor del sol. Todo llega inexorablemente.



Fuentes




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