Viñetas Número 130

Reflexiones, diálogo y comunidad
Línea Uno
Boletín No 130, Toronto, 6 de Enero de 2023
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Viñetas Número 130

Boletín Línea Uno 130 Informativo y cultural - Consejo de Desarrollo Hispano / Hispanic Development Council - Toronto - Canada
6 January 2023

por
Luis Carrillos
 
Hola, amigas, amigos, colegas y demás que leen mis lienzos comunitarios.  En estas viñetas quiero contarles de una aventura que tuve con un pájaro que, misteriosamente, entro a mi apartamento en la noche de Navidad, mientras me encontraba ausente de mi vivienda.

La tormenta del 23 y 24 de diciembre del año pasado trajo cambios bruscos a planes que muchas personas teníamos. Por mi lado, planes que son de tradición familiar, ya que mi hija viene a pasar siempre la Pascua con nosotros. Ella vive al otro lado de la frontera sur y este año los puentes que se cruzan para entrar a Canadá fueron cerrados debido a condiciones peligrosas.

En Ontario, la agencia meteorológica emitió un aviso o alerta para la mayor parte de la provincia ante la llegada de una fuerte tormenta invernal durante el fin de semana festivo. Varias comisiones escolares de la provincia, incluida la de Toronto, cancelaron las clases para ese viernes.(1)              
                                                                           
El haber pospuesto la actividad familiar y que la tormenta me haya obligado a quedarme fuera de mi apartamento el 23 y 24 de diciembre, me trajo un acontecimiento raro. Y que al volver el domingo 25 temprano por la tarde me encuentro con una sorpresa, que hasta al relatarla me parece imposible que haya sucedido.

Al abrir la puerta escucho un ruido extraño como de aleteo. Al mismo tiempo observo una reguera de papeles en el piso de la sala y el comedor como si ha habido ventarrón. Adentrándome en la sala para investigar el ruido, por supuesto que aun con mi abrigo puesto, solo me había quitado las botas que las llevaba llenas de nieve, me doy cuenta de que un pájaro está aleteando contra la ventana entre las plantas y el vidrio, y con ello golpeándose. Es de imaginarse que tenía pánico y en su desesperación por escaparse aleteaba lo más duro que podía.

Entre el pensar como atraparlo de la manera más segura sin hacerle daño y de preguntarme de donde se metió, o como lo hizo, no paso mucho tiempo. Le dedique más a lo primero, pues entre más ese pájaro sentía mi presencia, más pánico le entraba, y más daño podría hacerse, especialmente las alas que las golpeaba contra el cristal de la ventana. En cuanto a cómo entró al apartamento, me bastó ver que nada estaba abierto la puerta al balcón está bloqueada por una tabla y las ventanas tienen una zaranda protectora, y ninguna estaba rota o despegada, lo que, para mí, se puso más misterioso, pero ya me iba a ocupar de ello, después de liberar al bichito con alas.

Mi pensamiento inmediato era poder atraparlo lo más cuidadosamente posible y meterlo en una bolsa. Sus cuerpos son bien frágiles, podemos verlo en las noticias cuando cientos de pájaros mueren al chocar con las ventanas de los rascacielos en Toronto. En la temporada de migraciones es común ver esto y si usted pasa por el centro financiero de la ciudad en esa selva de edificios, puede tener la oportunidad de ver el cuerpecito de un pájaro que tomo la vidriera por el espacio expansivo para volar y volar. Pienso que eso era lo que el pájaro en mi sala veía desde la ventana. Mi apartamento está en un sexto piso, ve hacia el sur y se ve una densa arboleda lo mismo que el amanecer, no importando si hay sol o no.

Después de lograr acorralar el pájaro en mi dormitorio, y este haber volado hacia y contra el vidrio de la ventana y quedar contenido entre la cortina y el panel comenzó mi cavilación ¿cómo lo agarro? Se me ocurrió tomar un ventilador que mantengo a la mano y puse de la ráfaga de viento del aparato en su máxima velocidad para contenerlo e inmovilizarlo contra el vidrio. La cortina lo protegía de la fuerza de la ráfaga y así no sufriría daño. Así logre ponerle la mano, y al sentir el pulsante cuerpecito trate de tomarlo con el máximo cuidado para no fracturarle.

El próximo y penúltimo paso fue ponerlo en una bolsa plástica, con aire por supuesto para no sofocarle. Sin embargo, el aleteo era tal que amenazaba con romperla y escaparse. Al tenerlo embolsado el próximo reto era bajar por el ascensor al primer piso, caminar hacia la puerta trasera y salir del edificio y caminar cerca de los árboles para liberarle sin que aleteara y tener yo que dar una explicación en caso de encontrar otra persona en el camino. Encontramos un par, pero felizmente el pajarito se mantuvo en silencio. Así salimos del primer piso a la parte trasera del edificio caminando bajo la estructura en forma de túnel que los trabajadores de los balcones han erigido para proteger a las personas que entran y salen del edificio. Esto lo hicimos hasta salir al aire y espacio libre.

Lo último de mi aventura fue liberar al pájaro de la bolsa plástica donde lo traía confinado. Quiero decir que es indescriptible el sentido de alivio que me llegó cuando esa ave emprendió el vuelo y voló hasta perderse en la distancia al verse libre, que pensé, “vuela pajarito, vuela y goza de tu libertad.” Me recordé de las Flores Libres de las viñetas de la semana anterior. Ya de regreso a mi apartamento decidí inspeccionar más detenidamente sobre el efecto de la estadía de mi visitante inesperado.

¿Como entró este pájaro al apartamento? La inspección la hice al estilo del detective de la novela que andaba leyendo, poniendo atención hasta en los menores detalles. Sospecho que el ingreso se dio por la puerta del balcón, cuando esta por alguna razón fue abierta por algún trabajador en apuros que fue al baño. Había la huella de una suela de zapato con un grabado que no es mío frente a la puerta del baño y del cuarto de Raff. El reguero en el piso de los papeles que mantengo para hacer notas en mi mesa con mis dos laptops, lo mismo que el montón de hojas de las plantas que solo son despegadas por un ventarrón, la inusual capa de polvo en el piso había limpiado mi apartamento un par de días atrás.

Y, por último, que el pájaro había hecho de mi casa su casa por los menos dos días. Sospecho que el entró el viernes 23 y yo lo saqué el domingo 25 por la tarde. Para su suerte, no paso hambre. En mi apartamento, al lado de la puerta del balcón tengo un árbol que topa al techo y en esta temporada es cuando da sus frutitas de color morado y de estas se alimentó. Ahora solo quedan unas cuantas y una gran cantidad de los cascarones de donde cogió las frutitas tipo cereza con su pico.

La otra pregunta que me quedo es ¿qué clase de pájaro era? Entonces, que basado en la imagen que guardé en mi memoria me fui a la internet y en Google tipié: clases de aves que habitan en Ontario durante el invierno. El resultado fue de una buena gran cantidad de nombres y fotos, y allí pude ver que el que más se parecía a lo que yo recordaba era el zanate canadiense que vemos en la foto.


El Zanate canadiense (Euphagus carolinus), ​también conocido como tordo canadiense o turpial rojizo, ​ es una especie de ave paseriforme de la familia Icteridae. Está amenazado por la pérdida de hábitat. (2)

Después de encontrar en la red que el pájaro que me visitó era del tipo Zanate, quise investigar más y encontré algo interesante que me trajo recuerdos de mi niñez cuando cuidaba de que los zanates no arrancaran las matitas de maíz que estaban brotando en la milpa que con mi tío habíamos sembrado.

Al principio ellos ganaban la batalla, pero después aprendí a emitir el grito rítmico que les molestaba y que les daba a saber que estaban vigilados. Lo otro es que aprendí a usar la honda y tenerla lista a lanzar el terrón, al ver que uno de estos bichos se asentaba entre las maticas de pocos centímetros. Este proyectil que, además de zumbar en su trayectoria, iba derramando polvillo ofensivo para estas criaturas.

En varias culturas originarias, los zanates y los mirlos están relacionados con el maíz. Esta conexión es acertada, ya que los zanates son la principal amenaza para la producción agrícola de maíz. Están dispuestos a comer el maíz que está madurando, así como los brotes de maíz. Se han dedicado muchos esfuerzos a resolver el problema de los zanate en la industria agrícola.

Esta ha sido mi historia del zanate, haciendo de mi apartamento su casa por un par de días. No quiero terminar sin dar las gracias a todas las personas, estudiantes, colegas, y participantes/clientes por todos los saludos que me han enviado en ocasión de estas fiestas de fin de año.





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