Retos en el trabajo con adultos mayores

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Boletín No 132, Toronto, 20 de Enero de 2023
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Retos en el trabajo con adultos mayores

Boletín Línea Uno 132 Informativo y cultural - Consejo de Desarrollo Hispano / Hispanic Development Council - Toronto - Canada
20 January 2023

por Carmen Delia Cruz

Cada persona es un mundo y cuando cuidas de personas adultas vas descubriendo mundos que resultan interesantes, llenos de historias y relatos que no tienen fin, donde encuentras personajes salidos de algún lugar que nunca imaginamos.

En el 2020 durante la pandemia decidí estudiar trabajo social,
Community Social Worker, en Medix College. Creo que es lo único positivo que obtuve de este periodo de pandemia, pues al no poder trabajar dediqué tiempo a estudiar una carrera tan útil, tan bonita.

Después de graduarme como trabajadora social he podido trabajar en diferentes especialidades, entre ellas atender a los adultos mayores.
Los adultos mayores son aquellas personas que tienen 60 años o más. Considerando la edad se puede clasificar a los ancianos como viejos-jóvenes de 60 a 74 años; viejos-viejos de 75 a 84 años; viejos-longevos de 85 a 99 años y centenarios a los de 100 años y más.

Cuidar a los adultos mayores no es solo cuidarlos materialmente, sino psicológicamente, pues debemos velar por su equilibrio emocional. Debemos evitarles estrés, frustraciones, angustia, ya que todos estos estados influyen en el deterioro del cerebro. Es una de las etapas en que las personas necesitan ser escuchadas, aunque repitan una y otra vez lo mismo.

Mi primera experiencia fue con Sara, quien sufría de Alzheimer, y necesitaba más cuidados porque no se valía por sí sola para hacerse su comida, bañarse o caminar por la casa. Siempre que la cuidada me preguntaba muchas veces cómo me llamaba y a qué hora regresaba su hija. Curiosamente, recordaba el nombre de su hija. Veíamos televisión y repetía los títulos. Se quedaba dormida y volvía a conversar los mismo. Yo le contaba historias sobre mi familia, llamábamos a mi hija alguna que otra vez para que viera a otra persona e interactuara.

Un día le llevé un juego de dama china y se molestó porque no lo entendía, y me comentaba que no le veía la lógica. Dentro de mí, pensé: creo que no fue una buena idea Para evitar su frustración  dejé que ganara y prometí no llevarle más juegos.

Me despedí un día de Sara porque a su hija le habían aprobado la solicitud de trasladarla a un hogar de ancianos. No la he podido visitar porque no está ubicada en Toronto, pero me gusta pensar que ella me recuerda cuando interactúa con la persona cuidadora del lugar en que vive hoy.  

Una dolencia de la mente

El Alzheimer, como sabemos, es una enfermedad neurodegenerativa, es decir, las neuronas del cerebro van muriendo de manera progresiva a lo largo de los años, es el tipo de demencia más común, se estima que alrededor de 57 millones de personas en todo el mundo sufren esta enfermedad. Las neuronas se dañan en las regiones del cerebro involucradas en recordar, procesar el lenguaje, razonar y planificar.

Los primeros síntomas del Alzheimer suelen ser el olvido de citas o acontecimientos, conversaciones recientes o la repetición de una misma afirmación o pregunta una y otra vez. A medida que la enfermedad progresa la persona puede perderse en lugares que ya conoce y olvidar el nombre de objetos cotidianos o de familiares.

Además del deterioro de la memoria, otros síntomas son problemas para concentrarse y para pensar en conceptos abstractos como los números, tomar decisiones razonables en situaciones cotidianas y también puede ser más difícil responder ante situaciones imprevistas.

A medida que progresa la enfermedad las actividades rutinarias que requieren de una serie de pasos, como preparar la comida, pueden presentar una gran dificultad.

Son comunes también los cambios en el estado de ánimo y en la conducta, como la irritabilidad, desconfianza, a veces llegando a una manifestación física como la pérdida de visión.

El caso de Eva

Eva era una señora argentina que sufría de demencia. Cuando la conocí tenía su enfermedad avanzada, estaba delgadita, casi no hablaba, ni comía, recuerdo que sus hijas y su sobrina le hacían papillas como a los bebes y trataban de darle a probar alimentos que le gustaran, para que comiera, aunque sea un poquito. La primera vez que fui a verla le pregunté a la hija si le gustaba el flan de leche y me dijo que sí, que era uno de sus dulces preferidos.

Al segundo día de cuidarla le lleve el flan de leche, no sé si fue porque ese día tenía deseos de comer o porque era su dulce preferido, pero comió un poco más de lo que acostumbraba. Me sentí muy feliz, porque pensé que había logrado algo y que si le podía hacer todos los días su dulce así comería más y engordaría un poquito.

Con Eva fue muy poco el tiempo que compartí o pude atenderla, ya estaba muy enferma y a pesar de toda la atención, todo el amor que su familia le dedicó no fue posible que su salud mejorara. Eva, donde quiera que estés, que siempre lleves contigo el dulzor de tu dulce preferido.

Demencia en las Américas

En la Región de las Américas, más de 10 millones personas viven con demencia. Las estimaciones muestran que cada 20 años, se duplicará el número de personas con este trastorno. América Latina y el Caribe serán los más afectados, con un incremento de 3,4 millones de personas con demencias en 2010, a 7,6 millones en 2030.

La demencia es un síndrome que provoca el deterioro de la memoria, el pensamiento, el comportamiento y la capacidad para realizar actividades cotidianas. Las personas con demencia pueden perderse en lugares familiares, experimentar cambios bruscos de humor, olvidar palabras sencillas y sufrir un deterioro de la memoria a corto plazo, el síntoma inicial más común.

En 2019, la demencia se clasificó como la tercera causa de muerte en las Américas, representando casi 400 mil defunciones. Esta cifra se triplicó desde el 2000 y las tasas de mortalidad ajustada por edad se incrementaron a 22,3 muertes por 100 mil habitantes en 2019. Las mujeres se ven afectadas de forma desproporcionada. En la Región de las Américas, el 66% de las muertes por Alzheimer y otras formas de demencia son mujeres.

El 20% de los países con las mayores tasas de mortalidad estandarizadas por edad por cada 100 mil habitantes en la Región de las Américas son: Estados Unidos, Canadá, Surinam, Cuba, Honduras, Bolivia y Uruguay.


Fuentes:




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