El remedio es invertir en salud

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Boletín No 138 Toronto, 3 de Marzo de 2023
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El remedio es invertir en salud

Boletín Línea Uno 138 Informativo y cultural - Consejo de Desarrollo Hispano / Hispanic Development Council - Toronto - Canada
3 March 2023

por Rodrigo Briones

En 2018 la Organización Mundial de la Salud (OMS) revisó sus prioridades y estableció una lista de enfermedades en las que, dado su potencial dañino, los científicos deberían centrar sus investigaciones. Esta lista quedó plasmada en un documento conocido como Plan de Acción 2018 R&D, en el que se recogieron estrategias y planes de contingencia para hacer frente a la amenaza que representan una serie de dolencias. Estas fueron las enfermedades identificadas como un riesgo global:
  
  • Fiebre hemorrágica de Crimea-Congo.gg
  • Enfermedad del virus del Ébola
  • Enfermedad por virus de Marburgo
  • Fiebre de Lassa
  • Síndrome respiratorio por Coronavirus de Oriente Medio
  • Síndrome Respiratorio Agudo Grave
  • Fiebre del Valle del Rift
  • Zika
  • Enfermedad X

La inclusión de la denominada Enfermedad X, un supuesto todavía inexistente, responde a la voluntad científica de prepararse frente a lo desconocido.  Esta hipotética Enfermedad X "representa la consciencia de que un agente patógeno actualmente desconocido podría causar una epidemia internacional grave.
Luego en enero de 2020 y poco antes de iniciarse la pandemia, la OMS publicó una lista de desafíos que amenazaban la sanidad en el planeta para la nueva década.

Según su director, Tedros Adhanom Gebreyesus, la lista refleja la profunda preocupación por el hecho de que los líderes mundiales no están invirtiendo suficientes recursos en las prioridades sanitarias ni en los sistemas básicos de salud, lo que pone vidas, medios de subsistencia y economías en peligro. Para Tedros, aunque ninguno de esos problemas era fácil de abordar, la salud pública es, en última instancia,
“una elección política”, como demuestra el hecho de que la diferencia de la esperanza de vida es de hasta 18 años, según uno viva en un país rico o en uno pobre.
Tenemos que darnos cuenta de que la salud es una inversión en el futuro. Los países invierten mucho en proteger a su gente de los ataques terroristas, pero no contra el ataque de un virus, que podría ser mucho más mortal y mucho más dañino económica y socialmente. Una pandemia podría poner de rodillas a la economía y a las naciones”, advirtió atinadamente.

Agregó que todos los desafíos en la lista requieren una respuesta que vaya más allá de los ministerios de salud, ya que son amenazas compartidas y todos los países tienen la responsabilidad de actuar.
Con la fecha límite para los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2030, acercándose rápidamente, la Asamblea General de las Naciones Unidas ha subrayado que los próximos 10 años deben ser una década dedicada a la acción.

Esto significa abogar por fondos nacionales para abordar las brechas en los sistemas y la infraestructura de salud, así como brindar apoyo a los países más vulnerables.

Invertir ahora salvará vidas

El costo de no hacer nada es uno que no podemos pagar. Los gobiernos, las comunidades y las agencias internacionales deben trabajar coordinadamente para lograr estos objetivos críticos. No hay atajos para un mundo más saludable”.  https://news.un.org/es/story/2020/01/1467872

Poco después de estos llamados se confirmaba la gravedad y extensión de las infecciones con el coronavirus que aún al tercer año nos mantiene en guardia, pues continúa siendo una amenaza a la salud pública global.

Los temas de salud quedan generalmente circunscritos a los ámbitos familiares, de las personas que las padecen y de quienes se encargan de cuidarles. Toman estado público cuando afectan potencialmente a toda la sociedad, como es el caso de las enfermedades contagiosas, de las cuales el COVID-19 es la primera del siglo 21.

Sin embargo, es útil llamar a la reflexión de los gobiernos y de la sociedad en general en temas de salud pública clave como la salud materno infantil. De ello dependerá la fortaleza de un buen sistema inmune y la prevención de enfermedades a lo largo de toda la vida.

Cada dos minutos muere una mujer en el embarazo o el parto, según las estimaciones más recientes publicadas en un informe de varios organismos de las Naciones Unidas. Si bien el embarazo no es una enfermedad y el parto no es una emergencia medica en la gran mayoría de casos , este hecho trascendente de la vida que ha sido apropiado por el sistema de salud como una condición médica y esta práctica tiene consecuencias en la salud de la madre y de los recién nacidos de largo plazo. El informe, titulado Tendencias en la mortalidad materna, revela alarmantes retrocesos para la salud de las mujeres en los últimos años, puesto que prácticamente en todas las regiones del mundo el número de muertes maternas ha aumentado o se ha estancado su descenso.

«Pese a que el embarazo debería ser un momento de enorme esperanza y una experiencia positiva para todas las mujeres, sigue siendo, por desgracia, una experiencia increíblemente peligrosa para millones de mujeres de todo el mundo que carecen de acceso a una atención de salud respetuosa y de alta calidad», señaló el Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la Organización Mundial de la Salud. «Estas nuevas estadísticas revelan la necesidad urgente de garantizar que todas las mujeres y niñas tengan acceso a servicios de salud cruciales antes, durante y después del parto y que puedan ejercer plenamente sus derechos reproductivos».

El informe, en el que se hace seguimiento de la mortalidad materna en el ámbito nacional, regional y mundial de 2000 a 2020, muestra que en 2020 se registraron, según las estimaciones, casi 287 mil muertes maternas en todo el mundo. Esa cifra constituye solo un ligero descenso desde los 309 mil fallecimientos maternos de 2016, cuando se pusieron en marcha los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas. Si bien en el informe se presentan ciertos avances considerables en la reducción de la mortalidad materna entre 2000 y 2015, las mejoras logradas se estancaron en gran medida, e incluso en algunos casos retrocedieron, a partir de ese punto.

Se hace necesario instalar el nacimiento de forma saludable, respetuoso de la madre y con la menor intervención externa posible favoreciendo la toma de decisiones informadas de un parto respetado. Solo con una atención de salud pública integral que garantice el acompañamiento gratuito y constante de la madre durante el embarazo, el parto y el postpartum los niveles de mortalidad o abuso obstétrico decrecerán.

Asimismo, vacunaciones preventivas de la madre durante la gestación protegen la vida del recién nacido en la primeras semanas, pero sin embargo miles de mujeres embarazas no reciben estas vacunas para prevenir enfermedades respiratorias como la tos ferina o el COVID-19. Educación y cuidados en lactancia materna son a su vez pasos claves de prevención de salud primaria desde el inicio de la vida y la salud infantil se decide en esta etapa. (1)

Enfermedades raras

Es importante destacar que hay un conjunto de enfermedades denominadas poco frecuentes que afectan en promedio a una de cada 2 mil personas. Aun así son un desafío para las personas afectadas porque, en general, son mal diagnosticadas y cuando se encuentra el diagnóstico adecuado han pasado décadas. Es un desafío que debemos atender pues sumadas las más de 10 mil condiciones que existen, alcanzan al 7 por ciento de la población mundial. Cada 28 de febrero se utiliza en todo el mundo un día para llamar la atención sobre estas raras enfermedades de cuyo conocimiento extendido muchas veces dependerá la calidad de vida de quienes las padecen.
El ámbito de la salud requiere del concurso de diversos actores a todos los niveles, supranacional, nacional y de cada municipio o ciudad. Hay además una primaria responsabilidad, la de cada uno de nosotros.

La prevención de lo posible

Hemos venido enfocando nuestra atención en el conocimiento de la pandemia y sus efectos. Siguiendo a la ciencia presentamos los diversos tratamientos disponibles, para no terminar siendo un número más en el concierto de las enfermedades a las que estamos expuestos.

Los CDC – Centros del control de enfermedades - son la organización líder de servicio en los Estados Unidos que, basada en la ciencia e impulsada por los datos, protege la salud del público en ese país y nos sirve como modelo. Por más de 70 años, han puesto la ciencia en acción para ayudar a mantener una infancia sana y para ayudar a que las familias,  empresas y comunidades luchen contra las enfermedades.

Desde allí provienen algunas medidas de prevención que se deben implementar en todos los niveles de COVID-19 en la comunidad y que son, además de las prácticas básicas de salud e higiene, como el lavado de manos, algo que los CDC recomiendan como medidas de prevención en todos los niveles de COVID-19 en la comunidad, entre ellas:
  • Mantenerse al día con las vacunas contra el COVID-19
  • Mejorar la ventilación
  • Hacerse una prueba de COVID-19 si es necesario
  • Seguir las recomendaciones sobre lo que debe hacer si ha estado expuesto al virus
  • Quedarse en casa si tiene COVID-19 presunto o confirmado
  • Buscar tratamiento si tiene COVID-19 y corre alto riesgo de enfermarse gravemente
  • Evitar el contacto con personas que tienen COVID-19 presunto o confirmado.
  • Existen ciertas medidas de prevención adicionales que pueden implementarse en cualquier nivel, pero los CDC recomiendan considerarlas especialmente en ciertas circunstancias o cuando el nivel de COVID-19 en la comunidad es medio o alto.
  • Usar mascarillas o respiradores aumentar el espacio y la distancia cuando es posible

       

Notas:



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