Soledad, pero sin aislamiento
3 March 2023
por Carmen Delia Cruz
El número de personas mayores está aumentando en todo el mundo. A medida que las personas envejecen, se enfrentan a numerosos cambios de roles físicos, psicológicos y sociales que desafían su sentido de sí mismos y su capacidad para vivir felices. La depresión y la soledad se consideran los principales problemas que conducen al deterioro de la calidad de vida de las personas mayores.
En los países desarrollados hay una tendencia a que las familias sean más pequeñas, sin una larga descendencia, lo cual hace que cuando las personas adultas envejecen, tengan mayor probabilidad de estar solas. Cuando las familias eran numerosas, siempre sus hijas o hijos podían turnarse en compartir tiempo con madres y padres, en cambio la vida moderna muchas veces genera la imposibilidad de que pasen más tiempo juntos debido al trabajo o la atención de sus propias familias.
No es lo mismo sin embargo vivir solo que sentirse solo. Hay casos de personas mayores que viven solas, pero tienen una red de interacción social, no solo con familiares sino con amigos de la misma edad, o participan en actividades de clubes y asociaciones donde comparten con personas de su edad y con similares intereses. En estos casos, la persona mayor puede sobrellevar mucho mejor los períodos de soledad sin que realmente le afecten mucho. Sin embargo, por falta de interacción regular con otras personas, cuando aparece como efecto la depresión, los miedos, el sentimiento de vulnerabilidad, en ocasiones surgen también las enfermedades físicas asociadas.
En realidad, pasar tiempo con los familiares ya mayores no resulta tan placentero. Depende del tipo de relación que se haya construido en la vida pasada, en etapas previas, con familiares cercanos, especialmente hijos y nietos. Si estas relaciones no fueron sólidas, basadas en el amor y el respeto, difícilmente puedan fructificar en las etapas finales de la vida. Por tanto, la persona mayor podría preferir compartir su tiempo con vecinos, amigos o con otras personas de similar edad.La soledad puede estar presente incluso cuando existe alguna interacción con familiares, puesto que no es productiva o no aporta felicidad real.
Según el psicólogo Michael Posner las personas mayores tienden a entablar amistades predominantemente con personas de la misma cohorte de edad. Al avanzar la edad, las personas comienzan a perder a sus coterráneos, a sus amigos y se les hace muy difícil entablar nuevas amistades o crear redes de interacción social. En dependencia de los recursos disponibles, materiales e intelectuales, socioeconómicos, estas personas tendrán mayor o menor capital social para participar de las plataformas de interacción personal.
En este aspecto, debe tenerse en cuenta que aunque las redes sociales son eficaces en generar interacción, incluso en crear nuevas conexiones sociales, las personas mayores generalmente no tienen la habilidad ideal para operar los dispositivos electrónicos, que cada vez son más complejos y, por tanto, están en desventaja a la hora de insertarse en el mundo digital. La buena noticia es que la vejez también puede ser una oportunidad para hacer nuevas amistades y desarrollar nuevos intereses.
¿Cómo afecta la soledad?
En términos de edad, hay etapas como la juventud donde la soledad por momentos se aprecia y es útil temporalmente para la actividad de creación. Esta situación merma, porque en las personas jóvenes la parte derecha del cerebro asociada a la creatividad es muy activa. Pero esto siempre ocurre en combinación con otros momentos en que el individuo interactúa y expone el resultado de lo que ha creado, socializando con otros.
Cuando ya hay un deterioro físico producto de los años, el efecto de la soledad es completamente negativo pues el área asociada a la creatividad en el cerebro no responde de igual forma a los estímulos. Por ello la persona mayor puede sentirse más vulnerable y preocuparse mucho más por los factores externos que pueden provocar una situación de peligro de la cual no pueden escapar. Así En vez de creativos, se vuelven reactivos.
Según muchos estudios médicos y psicológicos, la soledad afecta directamente el sistema emocional y la psique de las personas mayores, manifestándose generalmente a través de estados de temor, aislamiento, tristeza y, en ocasiones, con un retraimiento de la socialización aparentemente voluntario que, a veces, puede llevar a la ideación suicida.
¿Cuáles son las posibles soluciones y como ayudar a los adultos mayores para evitar el sentimiento de soledad no voluntaria? Cada caso varía en dependencia de la persona y de la familia. Tener recursos económicos no significa necesariamente que el problema de la soledad se ha resuelto. A veces la persona mayor es internada en un hogar con cuidados excelentes y esto previene quizás que contraigan una enfermedad. Aunque sus problemas de alimentación e higiene estén resueltos, no quiere decir que su estabilidad emocional sea la adecuada. Es muy probable que necesite la interacción regular con la familia, no con los cuidadores del hogar. Es por ello que la prioridad debe ser propiciar el contacto regular y periódico de la persona mayor con aquellos seres queridos que le producen emociones positivas, ya sean familiares o amigos.
Algunos especialistas recomiendan, entre otras, las siguientes acciones:
- Ir a su casa a prepararles la comida y comer juntos
- Pasar tiempo con ellos, visitarles a menudo aun cuando sea por corto tiempo de estancia. Es preferible realizar visitas cortas con más frecuencia.
- Realizar paseos por zonas verdes, zoológicos y parques.
- Involucrarse en sus tareas del hogar y preguntarles cuáles son sus preferencias y prioridades. Ayudarles a hacer actividades que tengan significación para ellos.
- Realizar juegos colectivos para mantener y desarrollar habilidades cognitivas.
- Hacer un viaje con ellos al menos una vez al año.
- Hacerles partícipes en reuniones familiares para que se sientan importantes.
Evitar la soledad de las personas de la tercera edad es una tarea de toda la sociedad en su conjunto. Las familias deben tomar conciencia, pero las instituciones vinculadas al servicio social y los gobiernos tienen también responsabilidad en crear mecanismos e infraestructuras necesarias para el bienestar y la dignidad de las personas mayores.
Los adultos mayores de 65 años representan el 15,6 % de la población de Toronto y se espera que este número aumente al 21,2 % para 2041. Esto significa que ahora hay más personas mayores en Toronto que niños menores de 15 años. Toronto se beneficia de la energía y la experiencia vivida que las personas mayores aportan a las diversas comunidades y vecindarios de la ciudad. La línea de ayuda para personas mayores de Toronto es el 416-217-2077.
